Mi amigo el Psicopata

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Estaba a unos 20 minutos del centro de la ciudad, las calles se mantenían silenciosas y con un ambiente un poco espeluznante. Al cruzar por una calle, la luz del único poste de electricidad que se mantenía encendida e iluminaba toda la calle empezo a titilar repentinamente, como cuando un bombillo está a punto de quemarse, para finalmente apagarse, estaba oscuro y hacía un poco de frío, mire el reloj de mi celular y en el se reflejaban las 5:28 minutos de la mañana, el sol aún no salía, así que inmediatamente saque mi cámara y coloque la luz infrarroja. 

Un silencio abrasador acompañado de una fuerte brisa que le erizaria los pelos hasta a la persona mas valiente sobre la faz de la tierra soplaba con una gran fuerza. Yo seguí caminando sin prestarle mayor atención a la atmósfera que me rodeaba; hasta que el ruido de una rama rompiéndose cerca de mi posición me puso en modo de alerta.

-¿Quién anda allí?, exclamé con una voz entrecortada por la fuerte brisa.

El silencio fue la respuesta a mi temerosa pregunta, voltee mi cabeza hacia adelante y seguí caminando como si nada, todo de lo más tranquilo, hasta que escuche unas pisadas provenientes de atras de mi. Me dí la vuelta con velocidad solo para percatarme de que no había nada.

-Esto ya no es gracioso, dije con un tono serio que disimulaba el pequeño sentimiento de incomodidad que me causaba aquel ambiente.

-¿Quien me esta siguiendo? ¡¡Muéstrate!!

Exclame mirando hacia los lados con la cámara en búsqueda de la fuente de aquellas pisadas; con una expresión de estrés, voltee mi cara hacia adelante y seguí mi rumbo. Llego una parte de la calle que se dividía con un gran brecha, la cual separaba la carretera, la única conexión que tenía esta parte con la otra de más adelante era un viejo puente de madera colgante. Pocos lo saben, pero una de las cosas que no me agradan mucho son esta clase de estructuras, no sabes por cuánto tiempo han estado allí y en que momento caeran.

Sin mirar hacia abajo empecé a cruzar el puente, la oscuridad de la mañana parecía ser eterna, así que no me quedaba de otra que seguir gastando la batería de la cámara con la luz infrarroja encendida; llegue a la mitad del puente y de repente, escuche unas pisadas consecutivas detrás de mí. El miedo me paralizaba, no podía moverme por mas que quisiera, y mi respiración se hacía desesperada. Iba a voltear, y antes de hacerlo, aquella persona se me acercó y me dijo al oído con una voz lenta y grave: "Kevin... ¿No sabes como saludar a un buen amigo? Da la vuelta..y... estrecha... mi mano como en los...viejos tiempos". 

Por alguna razón, aquella voz se me hacia bastante familiar, así que sin arrepentirme, me di la vuelta lenta y calmadamente, el hombre extendió su mano insinuando que lo saludara, cabe resaltar que el sol apenas iba saliendo, y seguía estando oscuro, lo cual hacía que no pudiera distinguir por mas que quisiera a aquel hombre. Sin pensar en otra cosa, le di la mano y sentí algo pegajoso y húmedo seguido de un apretón, mire a la cara del sujeto, la cual no podía ver con claridad, y al fijar mi vista en el me dijo: "¿Sabes quien soy?". La voz me era muy familiar, así que levante la cámara, active la luz infrarroja nuevamente, para distinguir el rostro de aquel hombre, y al instante de hacerlo me dijo con una sonrisa de demente:

-¡Hola Kev!

Una sonrisa se me dibujó en el rostro borrando aquella expresión de preocupación que tenía anteriormente.

-¡¡LESTER!!, exclame mientras se le dibujaba una sonrisa de demencia en en el rostro.

-¡Hola Kev! ¿Te gusta la mayonesa?", me dijo mientras me mostraba un envase rojo de salsa.

-Eh... ¿No se supone que eso es un envase para catsup?, pregunté extrañado.

-Se me acabaron los recipientes para mayonesa, así que no me quedo de otra que vaciarla en este recipiente de catsup, me responde mirando el recipiente de salsa y llevándoselo a la boca para empezar a tomárselo.

-¿Así que esta cosa pegajosa que tengo en la mano es mayonesa?, le pregunto mientras me miro la mano con repulsividad.

-¡Si! Es que sin querer se me derramó un poco, y no la quería desperdiciar, me responde sacando una servilleta de su bolsillo trasero y entregandomela.

-¿Quieres un poco?, me dice extendiendo su brazo con el envase en la mano.

-No gracias, ya desayune, respondo limpiandome la mano sucia de mayonesa.


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⏰ Última actualización: Jun 06, 2017 ⏰

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El desastre que me llevo a enloquecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora