#12 - Tú Eres Mi Chocolate

750 32 26
                                    

La decisión estaba tomada, nada podía salir mal, o por lo menos eso pensaban...

Kyoko y Ayano se habían hecho aún más cercanas después de los sucesos anteriores. Cada mañana, Ayano pasaba por la casa de Kyoko para recogerla, o más bien para despertarla, y aunque era algo tedioso lidiar con la rubia de esta manera, a Ayano no le importaba, estábamos hablando de Kyoko, el amor platónico de Ayano. Por su lado, la relación entre Akari y Chitose florecía más y más, haciendo que amas chicas se volvieran inseparables, iban juntas a todos lados, e incluso dormían juntas en algunas ocasiones, todo parecía un cuento de hadas para ambas parejas, excepto para dos personas... Yui y Chinatsu...

Yui por su parte, insistía a Ayano el estar juntas, pero la tsundere se negaba más y más, llegando al punto en el que Ayano le dijo a Yui que si la seguía molestando, no habría más remedio que no volverle a hablar, y esto puso muy mal a Yui, dado a que ella quería llegar más allá con Ayano, y aunque la relación entre Ayano y Kyoko era algo notoria, Yui simplemente desconocía de la misma. Ahora bien, Chinatsu había perdido totalmente las esperanzas en una oportunidad con Akari. Todos los días, la chica del cabello rosa tenía el infortunio de toparse con Akari y Chitose juntas, acarameladas, un gran golpe para los sentimientos de Chinatsu, pero, esto también había sido culpa suya. Ella le había dicho que la amaba, que era importante para ella, que sin ella probablemente no fuera nada, la ilusionó, y a pesar de esto, siguió tratando de enamorar a Yui, cosa que hizo a Akari perder las esperanzas, el cariño que le tenía a Chinatsu. Habían pasado tantas cosas que lo único que le quedaba por hacer a Chinatsu, era resignarse y olvidar a la chica pelirroja.

A pesar de todo esto, al menos había dos parejas felices, o por lo menos una de ellas lo sería brevemente...

Cita #1

Era un viernes por la mañana, y las chicas no habían asistido a la escuela debido a que hubo junta de maestros.

Temprano, Chitose se había levantado para cocinar algo especial. Chizuru, quien aún tenía sueño, decidió levantarse para ayudar a su hermana, aunque no sabía la razón por la cual su hermana cocinaba. Así, las hermanas Ikeda empezaron a preparar una mezcla de masa, leche, huevos, harina, esencias, y canela, todo listo en la masa, así dándole forma a cada bolita de masa, y metiéndolas al horno.

Chizuru - Nee-san, ¿Por qué te has levantado tan temprano a hacer esto?

Chitose - Mejor dime tú, ¿Por qué me has ayudado?

Chizuru - Bueno, me pareció que lo que ibas a hacer era para algo importante... Ahora bien, responde mi pregunta.

Chitose - Verás, tengo planeado hacer algo especial hoy... Hoy, hermana mía, hoy es el día - dijo con los ojos iluminados.

Chizuru - Bueno, si tú eres feliz, yo también lo soy - dijo mostrando una pequeña sonrisa.

Los pastelitos habían terminado de hornearse, así, Chizuru los sacó del horno, olían muy bien, deliciosos, riquísimos, a Chizuru se la hacía agua la boca, pero recordó que eran para algo importante relacionado con su hermana, por lo que no tocó ninguno.

Chitose - G-Gracias, Chizuru, siempre me apoyas en lo que hago, no sé cómo agradecértelo...

Chizuru se había sonrojado, pues a ella le gustaba cuando su hermana le agradecía o felicitaba por algo.

Chizuru - B-Bueno, Nee-san...

Chitose - ¿Dijiste algo, Chizuru?

De un momento a otro, Chizuru abrazó fuertemente a Chitose.

Chizuru - No debes hacer nada por mí para agradecerme algo, con ser tu hermana me basta y sobra...

Chitose - Chizuru...

En Mi Mente y Con Mi AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora