NOTA DEL AUTOR: Damas y caballeros, ante ustedes el final de la obra que tardé 10 meses escribiendo...
Un sueño... Un amor... ¿Tan difícil es tener algo que deseas?
Eso me vengo preguntando desde hace tiempo... Mientras más lo deseas, más difícil se vuelve el obtenerlo... ¿Por qué? ¿Qué hice mal?
He repasado todas mis acciones y actitudes, y sé que siempre he demostrado ser una buena persona... Vaya, pero aun así no es suficiente...
La verdad, pierdo las esperanzas lentamente...
.
.
Esto eran los pensamientos que rondaban la mente de una chica confundida... Una chica que había dado mucho y recibido poco... Saki, quien poco a poco empezaba a perder la chispa que la animaba... ¿Qué sucedía? ¿Qué tenía así a la pobre chica?
La respuesta era simple... La persona que le gustaba ya tenía a alguien que la hiciese feliz... ¿Acaso ya no necesitaría más de ella?
Este pensamiento inundaba la mente de Saki, temía que, en cualquier momento, Kyoko, de quien estaba enamorada, la olvidase y ya no necesitara de ella...
Saki quería demasiado a Kyoko, daría lo que fuera por ella, pero a pesar de ello, no podía, alguien más estaba en el corazón de la rubia... Saki no odiaba a Ayano, solamente le envidiaba la dicha de poder estar con aquella rubia, que, a pesar de no ser alguien meramente ejemplar, era alguien que desbordaba un carisma inigualable, capaz de hacer sentir bien a los demás a pesar de sus actitudes...
La madre de Saki había llegado un mes atrás, justo después de lo acontecido con Chinatsu. Esto hizo que Saki se retirara de la residencia Toshinou, dejando a Saki desolada, pero a Kyoko no pareció hacerle más que una despedida, claro, la rubia no comprendía los sentimientos de Saki.
Desde aquel momento, Saki pasa todas las noches pensando en la rubia, no se cansaba de pensar en ella y en lo felices que pudieron haber sido juntas... Seguía envidiando a Ayano por tener a la rubia, Saki se llenaba de coraje cada vez que lo pensaba, pero, a pesar de todo ello, no odiaba a Ayano.
Los días pasaban, y Saki seguía encerrada en aquel pensamiento. A pesar de estudiar en la misma escuela, Saki dejó de comunicarse con Kyoko y las demás chicas de segundo, limitándose únicamente a comunicarse con sus compañeras de clase.
Ella disfrutaba de la compañía de Akari, las peleas entre Sakurako y Himawari, pero aun desconfiaba de la recién recuperada Chinatsu, quien padecía amnesia, cosa por la cual, las chicas la apoyaban para su readaptación.
"Saki-chan, ¿ocurre algo?" – preguntó Akari.
"S-Sí, estoy bien..." – respondió Saki viendo al suelo.
"Déjame ayudarte..." – dijo Akari extendiendo su mano a Saki.
"¿Ayudarme?" – dijo Saki.
"Así es... Desde hace tiempo te he notado muy distraída y un poco triste, y estoy segura que debe haber una causa... Confía en mí, haré lo que pueda para ayudarte..." – dijo Akari.
Saki estaba sorprendida, ¿cómo era posible que Akari supiera que se encontraba mal?
Saki solo afirmó con su cabeza.
"¿Qué te parece si vamos a tomar algo solo nosotras después de la escuela?" – dijo Akari.
"E-Está bien..." – dijo Saki.
Entonces, Chitose entró al aula, dispuesta a saludar a Akari.
"Hola Akari... Oh, Saki-chan ¿qué tal?" – dijo Chitose muy animada.
ESTÁS LEYENDO
En Mi Mente y Con Mi Alma
RomanceCuando te das cuenta de la realidad, la fantasía se pierde. Diversos problemas amorosos, con un final indefinido. Los personajes son propiedad de Namori.