Dos;

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Acercar.


La primera mañana que Kyungsoo pasa en la casa Kim es fría, el cielo cubierto de nubes plomizas y árboles un poco más anaranjados que el día anterior. Se baña y viste en el baño personal de su habitación, agradeciendo mentalmente a la Sra. Kim por tantos lujos y saliendo listo para desayunar, dejando para después el secado de su cabello húmedo.

Sentado a la mesa se encuentra Jongin, con una humeante taza de leche y masticando una tostada. Al sentir alguien aparte de él en el comedor, alza la mirada y la encuentra con la de Kyungsoo, quien le sonríe ladeando el rostro ligeramente. Jongin lo sigue observando con atención, como un niño, hasta que el mayor toma asiento en el lado contrario a la mesa quedando justo frente a él.

—Hola —saluda amigable, el menor asiente con la cabeza una vez y baja los ojos a la leche. —Soy Do Kyungsoo, te voy a cuidar mientras tu madre este afuera, ¿bien?

El afásico asiente por segunda vez y toma un sorbo de su leche. El mayor emprende a hacer su propio pan y servirse agua caliente desde el hervidor sobre la mesa, pero se detiene al darse cuenta de que desde que llegó, Jongin no siguió comiendo.

—¿Cómo está la comida? ¿Está bien? —pregunta atento, el menor mueve la cabeza afirmando. —Come, Jongin-ah. Te hace bien tomar un buen desayuno.

Jongin toma con cuidado su pan y saca una minúscula mascada, sube los ojos unos segundos y Kyungsoo lo atrapa sonriente, justo en el momento, entonces el chico vuelve a apartar la mirada avergonzado. De pronto, la Sra. Lee camina desde la cocina.

—Buenos días, joven. ¿Tuvo una buena noche?

—Sí, la tuve, —responde con amabilidad. —Gracias por preguntarlo.

—Si necesita algo no dude en llamarme.

—Lo haré.

La Sra. Lee se desvanece por el pasillo tan fugazmente como llegó y son Kyungsoo y Jongin nuevamente solos.

—¿Cómo dormiste, Jongin-ah?, —interroga a través de la mesa.

El menor lo mira, abre y cierra la boca varias veces indeciso, hasta que en un esfuerzo, habla casi inaudiblemente.

—B-bien.

KyungSoo amplía los ojos a causa de la voz, un poco más grave de lo que pensaba; por un momento había olvidado que Jongin no era un niño, sino un joven ya maduro. Se estira y con delicadeza peina el pelo del chico, quien se encoge ante el repentino tacto y de nuevo le dedica una afectuosa sonrisa.

—Me alegro mucho.

Entonces Kyungsoo lo observa con mayor detalle; Jongin es alto, probablemente un buen par de centímetros más que él, de tez un poco bronceada, bastante atractivo, pero de una belleza enternecedora. Es notable su personalidad retraída, lo cual esperaba de alguien con un problema como el suyo.

—Anoche fui tu habitación, a buscarte para cenar, pero estabas durmiendo. No te desperté, ¿cierto? —El más joven niega con la cabeza, pero KyungSoo vuelve a intentar hacerle hablar. —¿Cómo crees que estaba la tarde ayer? ¿Fría o calurosa? Yo tenía bastante frío.

—F-Fri... Frío.

—También hoy hace mucho frío, —dice satisfecho de estar logrando comunicarse. —¿No tienes frío ahora?

Jongin niega y se queda analizándolo

—¿Frío? —repite.

—Bien, —lo felicita. —Hace frío, Jongin-ah.

I. Repentant Aphasia; Kaisoo · Saga GCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora