Él era amante de las fiestas
Ella era amanta a la escuela
Un día gracias a su mejor amiga ella rompe las reglas, quien diría que desde ese día dos mundos totalmente distintos se cruzarían y la vida de ambos cambiaría totalmente. Él no quiere dejar l...
El resto del fin de semana fue frustrante, Briana nunca me respondió el mensaje y tampoco supe más de ella luego de la fiesta. Ya por fin es lunes y hoy la veré en la escuela, hoy me desperté más temprano de lo normal. Terminé con mi desayuno y me colgué la mochila en el hombro.
-¿Ya te vas?
-Si mamá, tengo unas cosas que hacer en la biblioteca.
-Pero aún ni sale el sol, no creo que tu escuela esté abierta – miró por la ventana –Deberías esperar a que salga el sol por lo menos – observó mi vestimenta –¿Y tú por qué te vistes así hoy?
-No puedo esperar mamá – también observé lo que traía puesto –¿Me veo muy mal?
-No solo que – se calló unos segundos –No pareces tu.
-Lo importante es que si soy yo – sonreí –¡Nos vemos, ma! – salí e inmediatamente sentí mucho frío, respiré profundo y empecé a caminar a la escuela, yo no trato a toda la gente de mi vecindario pero si se quiénes son y ellos saben quién soy yo, muchos de ellos salían a sus trabajos, escuelas y universidades, yo no saludaba a nadie y ellos tampoco me saludaban a mí, solo me miraban raro, muy raro, entonces nuevamente observé mi vestimenta, seguro por eso me miran tanto, yo no acostumbro vestir así, de hecho, yo no soy así...me siento otra persona y eso me hace sentir rara. Bajé la cabeza para no sentir la mirada de todos en mí y aceleré mi paso. Llegué rápido a la escuela y por suerte no había casi nadie, mejor así, no quiero más miradas incómodas en mi. Entré rápido a la escuela y fui a la biblioteca, estaba cerrada ya que Meredith, la bibliotecaria aún no llega. Yo ayer le envié otro mensaje a Bri diciéndole que nos encontraríamos aquí temprano así que nuevamente le escribí que para que llegara rápido y nos encontráramos en el salón donde verías Castellano, fui al salón y estaba vacío, me senté en los últimos puestos y me coloqué en "posición de descanso" para esperar a Briana. La puerta se abrió y sentí a alguien acercarse a donde yo estaba.
-Por fin llegas – dije sin levantar la cabeza.
-Pensé que nos veríamos en la biblioteca – bastante extrañada levanté la cabeza y ahí estaba Verónica, con el ceño fruncido y su cabello bastante alborotado –Me hiciste correr de allá para poder encontrarnos.
-¿Q-qué? – empecé a tartamudear –¿D-de que habas? – miré lo que traía puesto y de nuevo lucía estupenda, siempre me llevará mucha ventaja, esa ropa si le luce bien, no parece un bicho raro, como yo...
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