Los recuerdos borrosos

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Recordando:

-Puede ser...- rió al desviar la vista con sus mejillas ruborizadas.

¤¤¤

-¿Adrien...Agreste?- retomó las palabras que recordaba. "Es muy diferente...de hecho, se ve mejor aún en persona" pensó.

-El mismo- sonrió nervioso, sacudió su cabeza lentamente para reaccionar y despejar el delirio de ella -Ah...lo siento, fui descortés. ¿Desearías pasar?- con una reverencia como todo un caballero ofreció.

-No, ¡digo, si! Dije no porque...¡porque no tienes que disculparte!- metafóricamente, hizo un show con las manos moviendolas de un lado a otro para concluir con una risa pequeña -Creo que yo igual lo siento...nunca he tenido esta oportunidad de conocer a la familia Agreste-

-En ese caso...- pauso la charla por un momento, dirigiéndose a la chica primaveral, tomó de su brazo haciendo que caminaran juntos -No tienes de que preocuparte, sólo actúa normal, y muestra tu experiencia como diseñadora- curvó sus labios delicadamente.

-S-Si...- calló por la fuerza de su vergüenza, entre que agachaba la mirada al avanzar.

Por fuera el lugar se veía grande, pero por dentro era aún mucho más grande. La pared estaba pintada de un color blanco, sin embargo, este quedaba bien, contrastaba con cada marco. El suelo poseía azulejos totalmente fuera de rayones. Sin comparación alguna la invitada comentó:

-Impresionante- sonrió muy tenue.

-No es la gran cosa- se encogió de hombros -》Las mansiones son impresionantes cuando no estas solo《 Yo pienso eso- volteó a verla.

-Quizás tengas razón- un leve asentimiento de cabeza se dirigió a él.

-Bienvenida, señorita Dupain-Cheng- la chica no había puesto su observación más arriba de las escaleras, hasta que escuchó aquella voz madura y masculina -Espero grandes cosas de usted-

-Muchas gracias por la invitación, Sr. Agreste-

-En ese caso, hay que ordenar de una vez los diseños- el rostro del mayor era serio, no sonreía mucho, apenas se notaba una ligera curva de labios al recibir a la joven.

El rubio solo esbozó un suspiro, sabía mejor que nadie como era su padre, y como sería la reacción de la peli azul.

Siempre que le mostraba a una amiga, o a una chica que fuese común, hacía una mueca de disgusto para después marcharse.

-Por supuesto, comencemos- la alegría abundó en la oji celeste.

Estas palabras le impresionaron al esmeralda. Nunca vio tanta felicidad en una mujer al conocer a su padre.
Bueno, tenía sentido. Ella fue invitada, y no era cualquier chica, era una diseñadora profesional y de primera.

-Tome asiento, por favor, sólo hasta que llegue mi consejera que pronto la guiará al estudio- estas fueron las últimas palabras que mencionó.

-Gracias- asintió con la cabeza y aún sosteniendo el brazo del chico avanzó hasta tomar asiento.

-Eres alguien realmente auténtica- dejó salir una pequeña risa.

-¿Por qué?- confusa por el cumplido habló.

-Bueno...eres la primera que demuestra una actitud diferente hacia mi padre- sonrió al ver de reojo a la belleza que se encontraba a su lado.

-¿E-eso es malo? L-Lo lamento yo- tartamudeo hasta que la interrumpió.

-No, no, no. Tranquila...me refería a algo completamente "inovador"...y...distinto- rió nervioso al desviar la mirada.

-Oh...b-bueno. G-Gracias...¿creo?- copió la misma acción del modelo.

La atmósfera era incómoda, ¿Qué se supone que deberían hacer? Solo son un par de adolescentes que todavía no se conocen del todo bien, o más bien...no que ellos recuerden. Por fortuna en ese momento llegó Natalie, que rompió aquel fría y espesa tempestad de sentimientos.

-Sigame, por favor- ofreció esta al dirigirle la palabra y mirada.

-Por supuesto- se levanto nerviosa para seguir a paso de la otra.

》Es la primera vez que me alegro de ver a Natalie interrumpir en una conversación《 era lo que corría por la cabeza del chico. Pero además de ello, el modelo no podía parar de pensar en los majestuosos ojos de Marinette, su sonrisa, sus reacciones...

-Joven Adrien, joven Adrien- repitió un poco fastidiada la ayudante.

-Ah...¡¿si?! ¿Qué sucede?- y azotó de sus pensamientos a la realidad.

-Escolta a la invitada hasta el final del pasillo, si no es molestia, claro-

-No, con gusto la llevaré- sonrió confiado.

-Bueno. Me despido por ahora- se retiró respectivamente dejando solos de nuevo a los dos.

Y volvieron los nervios tanto como de la de cabellera oscura, como el rubio que la acompañaba, el cual no quiso quedarse callado, porque si lo hacía...sus mejillas lo delatarían.

-Bien, Lady. ¿Gustaría de mi servicial compañía?- inclinó un poco su postura y ofreció su mano, sin olvidar de guiñar el ojo.

Esta sólo se contuvo a reir por unos segundos con los pómulos de un tono carmesí. 》Una persona única que no está disponible a mi posición《 pensó esta al recibir su mano.

》Somos como el caballero y la plebeya《 imaginó Marinette

》Una chica como ella debería de estar rodeada de alagos todos los días《 se cuestionó Adrien

》Realmente necesito.......recordarlo/a《 decidieron ambos.

Fin de este hermoso capítulo :3
Ojalá les alla gustado.
Si quieren que mejore un poco en la redacción o trama díganme sin pena UwU

Bye bye maripositas, y hasta la próxima semana ♥

|| Only You  [Love Me] || CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora