Celeste con Esmeralda

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Recordando:

-¡Alya! Tengo que contarte algo increíble- levantó las cejas, sus ojos decían "felicidad" literalmente, y mostrando sus dientes como perlas conversó con la morena.

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Al finalizar la llamada apagó su teléfono, fue directo a su habitación y se dispuso a dormir; no quería llegar tarde a la gran reunión con Gabriel y Adrien Agreste.
Quitó la ropa que vestía, agarró de su armario una pijama, la cual constaba de una túnica delgada color rosa claro. Levantó las sábanas haciendolas a un costado de la cama, delicadamente el cuerpo de la señorita cayó boca arriba y se acurrucó cerrando los párpados dejándola en el mundo del sueño.

A la mañana siguiente despertó antes de que la alarma sonara, dio un brinco de su colchón y fue danzando por toda la recamara.

-¡Hoy es el día, el gran día!- las manos se dirigieron a una bata roja la cual después vistió al aventar la prenda de antes.
Alegre y rápidamente se encaminó hasta la ducha.
Terminó pronto la tardanza de ese momento; volvió al lugar del principio, abrió el cajón de abajo donde se localizaba su ropa interior. La chica estiró sus brazos al intentar ver un vestuario adecuado, tenía que ser formal...pero a la vez ella misma.

-Lo tengo- chasqueó los dedos al observar un vestido amarillo con escote ondulado que le llegaba a las rodillas, una flor pequeña del mismo color a la mitad de la cadera. Lo puso con gran entusiasmo en ella, dirigió su mirada al estante de sombreros y sin duda alguna posó en su cabeza uno pequeño de tono marrón claro. Sus zapatos eran delgados y blancos, y contrastaban con el vestuario.
Era la imagen de una mujer que vestía muy apegada a la primavera.

-De acuerdo, Marinette...todo saldrá bien- agarró fuerzas al tener la perilla en su mano, que al final giró.

Mientras en el otro lado de la ciudad, el chico rubio se vistió lo más casual que pudo.

-¿Qué son esas prendas?- dirigió la voz Natalie al ver al modelo -Joven Agreste, cambie ese vestuario inmediatamente- ordenó algo estresante.

-No es la gran cosa, Natalie. Además, me puse la ropa de siempre-

-Disculpe, pero esta es la oportunidad de su padre de hacer más grande la empresa al igual impresionar con los nuevos modelos buenos de esta joven- cruzó los brazos molesta, lo indicaba gracias al tono de voz.

-Esta bien...iré a cambiarme- suspiró caminando en dirección hacía el provador de ropa nueva.

-¡Alto ahí, Agreste!- gritó la azabache.

-¿Qué sucede, Natalie?- aguantando la frustración volteó de reojo a verla.

-Yo le daré el vestuario, es capaz de cometer el mismo error- le tendió sus manos, las que sostenían ropa doblada de color negro.

-...¿Un traje?...- levantó la ceja izquierda y frunció la derecha. Estaba confundido, y negó el ofrecimiento -Gracias, Natalie. Pero creo que es muy formal; me vestiré bien, lo prometo- sonrió, y la mujer sólo movió la mano diciendo "haga lo que quiera, entonces".

De esta forma el rubio volvió a caminar hasta su destino de antes.

-Veamos...- observó delicadamente cada prenda, aunque con un poco de prisa, pues ya eran las 10:35 a.m.

Descolgó unos jeans negros con dobleces en los tobillos, le quedaban a la perfección. Desdobló una camisa blanca totalmente lisa. Se cambió los zapatos por unos converse blancos con una tonalidad de pequeñas manchas verdes.      Acomodó un poco su cabello rubio de lado y salió listo a las 10:51 a.m.

-Trataré de no toparme con ella...-susurró hasta que el ruido del timbre sonó el cual fue contestado por la azabache.

-Si, ¿diga?- vio a una ojiceleste por la cámara.

-Hola, soy M-Marinette Dupain-Cheng- sonrió nerviosa

-Oh, señorita Dupain-Cheng, en un momento le abriré las puertas- apretó un botón negro con suavidad.
Las rejas se abrieron automáticamente, la peli azul pasó algo asombrada por lo grande que era aquel lugar, era como diez veces su departamento, demasiado espacio.
De aquella mansión, al abrirse la puerta mostró a un chico realmente atractivo, ojos que cautivaban, los cuales se quedaron paralizados al ver la imagen de Marinette. Al igual ella, no sabía como reaccionar.
Ambos se preguntaban "¿Nos conocíamos? "

El silencio abundó en ese entonces, y las mejillas rojizas se hicieron presentes.

-Quizás...lo he visto antes- bajó la voz la de rostro carmesí.

-Puede ser...- rió al desviar la vista con sus mejillas ruborizadas.

No escribí musho porque estoy estudiando para los previos exámenes que voy a tener en la escuela UnU

Hasta la próxima patatas!! :33
Y nos vemos hasta la siguiente semana. 

|| Only You  [Love Me] || CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora