Epilogo - parte 2

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Parte 2.

- John, cásate conmigo - era viernes por la mañana, yo bebía mi café mientras leía el diario en mi sillón. Llevábamos 4 meses como pareja, pero 6 años enamorados. El miraba directamente hacia mi luego de estar dos horas observando su microscopio.

- ¿cuánto llevas sin dormir, Sherlock? - le pregunté intentando bromear pero para mi sorpresa, me miraba muy serio.

- No es un chiste John, cásate conmigo - me quedé observándolo sorprendido sin decir mucho. Resopló, se levantó, cruzó la habitación su bata flameando y levantó el cráneo (uno de sus escondites de cigarrillos) para sacar una pequeña caja roja - no se como ser romántico - se excusó con una tímida sonrisa poco propia de él mientras se ponía en cuclillas para quedar a mi altura. Protocolariamente me quitó la taza así como el diario y sujeto mi mano izquierda - ¿lo harías? John Watson, ¿serias mi esposo?

Una serie de sentimientos me recorrían el cuerpo y hacían implosión en mi cerebro. No me esperaba eso, en absoluto. Quiero decir, había creído que tendría que ser yo quien eventualmente lo pidiera, siempre después de una lógica y poco romántica conversación sobre los términos en los que se daría. Habría creído que discutiríamos sobre lo innecesario del matrimonio y yo tendría que recurrir a alguna treta para convencerlo. Pero allí estaba él, inclinado ante mí, mirándome con vehemencia arrebatadora como si yo fuera lo único que existiera.

-Cielos Sherlock – susurre con la voz estrangulada – cielos... - él no corría la mirada, pero sentía que sus esperanzas bajaban, lo veía en sus ojos. Solo que estaba en un shock del que mi cuerpo no parecía querer salir.

- Bueno entiendo que puedes tener tus dudas teniendo en cuenta mi forma de ser pero te prometo que... - pero lo bese para callarlo.

- Si – dije cuando nos separamos – por supuesto que sí – me sonrió sin quitar sus ojos de los míos – tu forma de ser es perfecta. Tú eres perfecto. Te amo tanto.

Me siento estúpido al confesar que estaba al borde de las lágrimas, pero me sentía conmovido. Esto me recordaba a aquella vez que había publicado la entrada ''La Historia sobre nosotros'' por mí. Sabía el esfuerzo enorme que significaba para él, que apenas estaba comenzando a acostumbrarse a dejarse a sí mismo sentir cosas tan fuertes como estas. En el momento que me pregunto '' ¿Afganistán o Irak?'' jamás hubiera creído que terminaríamos aquí. Comenzó a colocarme el anillo, pero vi que tenía algo grabado por dentro, de modo que lo detuve y le eche un vistazo de cerca. Decía ''i don't mind''. Volví a besarlo y luego deje que me lo colocara.

El resto del día fue un torbellino. Claro que yo quería ser su esposo, y en cuanto antes mejor, pero resultó que nos casaríamos ese mismo día. Y así fue. Comenzó a hacer llamadas, sobre todo a su hermano, y a Greg (aunque le costó encontrar el número porque el policía le había cambiado el nombre al de pila en sus contactos solo para molestarlo). Ya me imaginaba que no pasaríamos por la iglesia, pero necesitábamos firmar papeles, así oficiaría Mycroft y Lestrade sería el testigo. Yo estaba tan aturdido que apenas podía hablar. De alguna forma tome una ducha y me puse un traje costoso que mi prometido dejó sobre mi cama. Cuando nos subimos al auto que pasó por nosotros pude soltar mi única duda.

-¿Por qué la prisa Sherlock? –

- ¿A qué te refieres? ¿Te has arrepentido? – me pregunto con mucha preocupación en la mirada.

- ¡No! Por favor no – lo detuve entrando en pánico – pero estas tan apurado que... ¿sucedió algo? ¿Estás en peligro y necesitas legalizar lo nuestro por alguna razón? Puedes confiar en mí...

Se rió y sacudió la cabeza.

-Solo quiero asegurarme que el hombre que amo este conmigo para siempre – prometió – no voy a dejarte ir John Watson, nunca más.

Llegamos al club Diógenes, entramos a la oficina del hermano mayor donde nos esperaba junto con el detective inspector. Fue rápido, no demasiado romántico, muy privado, pero no me importaba. Yo flotaba en la idea de pasar el resto de mis días con el hombre junto a mí.

Además, esta sería nuestra noche de bodas, y jamás habíamos llegado más lejos que de un beso...

Supongo que él entendía eso también, y de repente, su prisa me parecía muy adecuada.   


N/A: Siento que muchos quedaran decepcionados con esta boda, porque no es muy armada o romántica, pero de verdad es así como lo imagino; ademas he leído varias versiones de como seria, todas maravillosas, pero quería  hacerlo un tanto diferente. De verdad espero que disfruten de esta segunda parte del epilogo, un tanto mas corta. Pronto tendrán la tercer y ultima parte. Les agradezco por los comentarios y todo el apoyo, me dan ganas de seguir. Los adoro!!

La historia sobre nosotros - Johnlock Donde viven las historias. Descúbrelo ahora