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Sudou condujo por mas de tres horas sin parar. Tenía que llegar al avión. Cuando por fin abrió el pequeño compartimiento trasero de su auto, su presa, llena de moretones y sangre, estaba inconsciente.

A Sudou nunca le importó el dinero que pudiera ganar con el secuestro del muchacho. Sus pensamientos iban hacia otra perspectiva. Además  tenía considerables posesiones, entre ellas, un pequeño aeroplano, un sueldo decente y una casa de veraneo muy lejos en medio del bosque. Era perfecto.

Anochecía cuando Hiroki despertó , asustado y aturdido.
Se vio en un lugar diferente. Una lujosa cabaña rústica...
Miró a través de una amplia ventana que dejaba pasar la luz de la luna y el perfil de los árboles en la noche clara. Su tobillo estaba encadenado a alguna parte dondve la luz no llegaba.

Se supone que debería estar más preocupado por sí mismo en esa situación... Pero sentía que podría manejarlo.

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-¿dónde está Hiroki? -preguntó descuidadamente un chico que entraba al apartamento. Recinto que compartía con tres amigos más.
-no se, seguro en la biblioteca- añadió otro en tono molesto.

Allen, un chico británico, quien lanzó con el mayor descuido la pregunta estaba realmente preocupado por el asiático. No quería admitir, sin embargo, siendo quien más hombría mostraba, que la pasaba muy bien al lado de Hiroki, se sabía sus horarios, sus gustos y actividades cotidianas. Estaba siempre encima de él de forma tan sutil que nunca nadie notó su forma casi compulsiva de mirarlo...  Sin duda su conducta era la de un psicópata y él mismo lo sabía. Habitualmente Hiroki ya estaría en casa ahora, mirando hacia la ventana o estudiando con diligencia, no era común...
"si algo llega a pasarle a Hiro, se las verá conmigo" Allen pensaba lo peor aunque el retraso del asiático era de apenas dos horas.

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