7 años después
Endia
-Líder.
Me llama un joven de rango tres mientras me dedico a entrenar en la sala de iniciados.
Desde que llegue aquí todo ha cambiado para mí, pero de lo único que estaba segura era que tenia que sobrevivir, por eso me dedique a poner todo mi esfuerzo en ello.
Cuando llegamos todos estábamos asustados, y quién no, el lugar era lúgubre y oscuro, la única luz que se podía ver era en el lugar que llamaban la hoguera, porque, al haber un duelo los bordes se encendían para que nadie saliera de su lugar, de todas maneras casi nadie retrocedía porque se considera debilidad y allí no existía esa palabra.
Nos ubicaron a todos a junto a muchos jóvenes que estaban igual o más asustados que nosotros.
Un hombre se paro enfrente de nosotros y nos escaneo de pies a cabeza, era un lobo poderoso, se le notaba por su forma de caminar y su olor.
-Me llamo Gregor y seré la persona a la cuál deberán obedecer si logran superar el entrenamiento. Los hemos traído aquí para que formen parte de nuestro ejercito a favor de el Señor Negro, tienen que sentirse afortunados, no todos tienen ese privilegio.
-Serán entrenados y los calificaremos en rangos, pero solo abran cinco escogidos como los mejores, ellos serán sus líderes. Según sus puntos los iremos asignado de el número uno al cinco, siendo cinco el más bajo, quién quede bajo la marca lo pagará con su vida.
Todos nos miramos asustados entre nosotros, era algo duro de digerir, la mayoría se notaba que aún no se había transformado, y eso los debilitaría para continuar, lo bueno es que ese no era mi caso me había transformado hace dos semanas atrás, ojalá que eso me de una ventaja.
-Comenzaremos en este instante, en esos cajones que están detrás de ustedes encontraran la ropa que usaran de ahora en adelante, la ropa que traen ahora déjenla en el centro para poder incinerarla.
Me daba vergüenza sacarme la ropa enfrente de todos, pero eso era lo de menos, seguramente si no lo hacia me esperaría un castigo y prefiero no tenerlo por ahora.
Después de cambiarnos la ropa fuimos dirigidos a una sala que poseía armas y varios objetos para practicar lucha cuerpo a cuerpo.También habían muchos hombres armados como los que retenían a mi familia.
Mi familia
Los extraño, dije para mi misma agarrando el collar que mi padre me dio a los quince años, tiene una piedra en el medio que representa la unidad entre nosotros.
Debo aceptar que no los volveré a ver, debo salir adelante.
Al comienzo estaba abrumada, pero después se fue mostrando mi habilidad para el combate, tanto como humana y loba.
No quería formar ningún lazo porque no estaba segura si sobrevivirían, pero no pude evitar encariñarme con una chica un año menor que yo.
Me dijo que su nombre era Marisa y fue secuestrada de la misma forma que yo. De esa forma nos consideramos hermanas.
En todo el proceso de evaluación me hicieron pelear muchas veces en la hoguera, pero pude ganar todos lo encuentros, me costaron varias cicatrices pero logré hacerlo.
El momento mas triste dentro de ese lugar fue que Marisa no corrió la misma suerte,ya que, murió a manos de una chica cegada por la ambición de ser una de las líderes.
No pude llorar su muerte, si me veían hacerlo seria expulsada de inmediato, lo único que pude hacer fue pedir un combate en contra de ella. Estaba cegada por la ira, no podía razonar, lo bueno es que aceptaron mi petición, casi nunca tomaban en cuenta la opinión de los iniciados pero hicieron una excepción en mi caso.
Nos colocamos en el centro de la higuera y se prendieron las llamas alrededor de nosotras.
Ella me miraba con una cara de maniática mientras tomaba un cuchillo de el suelo yo una daga.
Salían llamas de nuestros ojos, pero estaba segura que los míos ardían más.
Se abalanzo contra mi pero la esquive logrando hacerle un corte en el brazo, me miro con una cara de odio que borro al instante para luego hablarme.
- ¿Estas enojada por la muerte de tu pequeña amiga verdad?
No le respondí ya que no merecía mis palabras.
- La estúpida ni siquiera logro darme un golpe era cuestión de tiempo para que la mataran y tu no hubieras podido hacer nada,igual que ahora.
Me abalance sobre ella con furia por sus palabra y logré enterrarle la daga en su pierna.
Sus ojos se tornaron amarillos, para después transformarse, se notaba en su mirada que ella quería acabar conmigo, pero no dejare que lo haga.
Teniendo mi daga perdida y sin nada para defenderme la gran loba se abalanzo sobre mi y quede a la merced de sus grandes dientes y boca amenazadora.
Tome su cuchillo del suelo y antes de hacer un movimiento le corte la garganta en un segundo.
El animal se encontraba confundido, para luego salirse de mi y morir unos pasos mas allá.
Yo estaba en shock, nunca había quitado una vida, pero era la de ella o la mía, no podía hacer nada.
Entraron unos hombres y se llevaron el cuerpo de la aun transformada chica mientras yo permanecía en el centro aun con el cuchillo en la mano.
Llego Gregor y se acercó a mí.
-Veo potencial, felicidades Endia eres una de las líderes. Me dijo para luego retirarse por donde había venido.
Todos los que estaban alrededor aplaudieron, pero yo no tenia motivos para celebrar, simplemente me dirigí a el lugar donde dormíamos y me acosté para luego soltar una solitaria lágrima que se desvaneció en las sábanas de mi cama.
Marisa hubiera estado feliz por mi, pero no estaba aquí para verlo.
Lucharé por ella y mi familia.
Lo prometo.
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Incendio
Werewolf-Supongo que eso es todo. Dije para luego sentarme en la fría hierba. -No mientras estemos vivos. Aún quedamos nosotros, no podemos retroceder ahora Endia. - Pero solo somos dos. No podremos hacer nada. Dije llevándome las manos a la cara. El se ace...