"Standing With An Army." (Larry Stylinson)

Save me...

Llevaban una semana de novios y todo parecía ir bien, Louis aunque le pesara era un excelente mentiroso y cada vez que debía comer en frente de Harry de alguna u otra forma se las arreglaba para devolver lo poco que consumía, a pesar de todo el rizado no era estúpido y sin que el ojiazul se diera cuenta lo seguía cada vez que éste se levantaba después de las comidas y escuchaba como su ahora novio rompía la promesa que le había hecho semanas atrás, le dolía la forma en la que le mentía pero tampoco sabía qué hacer, se sentía un completo inútil respecto al tema y no quería arruinar lo que hasta al momento habían logrado construir, lo que el ojiverde no sabía es que solo estaba dejando que los malditos pensamientos del castaño lo controlaran.

Louis estaba en el punto en el que era capaz de reconocer lo bien que le hacía estar cerca del ruloso, la voz nunca aparecía cuando se encontraban juntos y podía decir que gran parte del tiempo se sentía seguro, no podría definir qué tipo de seguridad porque no era la del tipo en que te miras al espejo y aceptas lo que ves, era el tipo en la que sabes que la persona que tienes a tu lado acepta todo lo que eres y no juzga lo que haces aun sabiendo que es algo malo, al menos así era para el ojiazul pero al contrario Harry odiaba no saber qué hacer para detenerlo, le dolía el pecho ver que el castaño cada vez estaba más delgado y que cada vez que lo tocaba era como tocar el mismo hielo, por el momento solo podía disfrutar los abrazos, besos y caricias que compartían y esperar que entendiera que lo quería y deseaba de cualquier forma, si fue capaz de enamorarse de lo complicado que era su interior, imposible no enamorarse de su cuerpo.

Niall que había presenciado la proposición de noviazgo hacia Louis llevaba días carcomiéndose en sus celos, muchas ideas habían pasado por su cabeza desde manipular al ojiazul para ponerlo en contra del ojiverde o también el inventar un simple rumor que sabía muy bien que haría dudar al castaño y perdería la confianza en el ruloso, pero se arrepintió no quería dañar a Louis más de lo que ya lo había hecho y el ver al ojiazul con una sonrisa en la cara le hizo ver que realmente Harry lo hacía feliz y que sería injusto que él estuviera en medio, lo había dañado por culpa de su cobardía y ahora aunque al menos el castaño le hablaba sabía que su oportunidad jamás llegaría, pero tampoco quería renunciar, para él todos tienen el derecho a luchar por el cariño de alguien.

Zayn estaría de cumpleaños el fin de semana y haría una fiesta, los padres del pelinegro tenían dinero y el tamaño de su casa alcanzaba para casi toda la escuela. El rizado le había insistido cada día y cada noche al castaño para que lo acompañara, al principio se había negado rotundamente, los espacios con demasiada gente no le gustaban eran muy expuestos y odiaba que lo miraran y el hecho de ser el novio del chico más popular lamentablemente los hacía un foco de atención, además de ser la pareja gay de la cual toda la escuela hablaba, pero finalmente aceptó, se había aburrido de las insistencias de su novio y aunque no lo reconociera quería hacerlo feliz.

El ojiverde y Louis se encontraban en la casa de este último, ya que el ruloso le había prometido que pasarían la tarde juntos y que luego se irían a la fiesta, Harry se encontraba de pie arreglándose el desastre que tenía en el pelo, por su parte el ojiazul estaba completamente embobado con la imagen que tenía en frente, el rizado estaba vestido con unos jeans negros muy ajustados a sus piernas y una polera blanca sin mangas con una camisa cuadrille roja encima y para terminar una bandana en el pelo para que no se le viniera a los ojos, cualquiera en su sano juicio quedaría pasmado ante la imagen, a los ojos del castaño era perfecto y a los de muchas personas más su novio era un dios griego en su máximo esplendor. Era en esos momentos donde Louis se preguntaba por qué el ojiverde se había fijado en él, por qué alguien que puede tener a cualquier persona a sus pies eligió al menos indicado o al menos eso pensaba, decidiendo dejar de pensar en su propio auto sabotaje se levantó de la cama donde estaba sentado y se dirigió al ruloso mirándolo más de cerca y detenidamente.