True love...

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La luz que entraba por la ventana era débil pero aun así despertó a Louis que realmente ni siquiera era consiente de donde se encontraba, la cabeza le dolía como si lo estuvieran golpeando con mil martillos y sus nauseas no se quedaban atrás, sin abrir completamente los ojos comenzó a tantear su alrededor y al darse cuenta de que no reconocía su propia cama abrió los ojos completamente, al instante se arrepintió ya que la luz de la ventana le pegó directo en los ojos y eso le provocó inmensas ganas de continuar durmiendo, antes de volver a cerrar los ojos empezó a reconocer el lugar donde se encontraba, era la habitación de Harry pero extrañamente él no se encontraba ahí. Así como flashes repentinos visualizó imágenes de lo que había sucedido el día anterior, recordaba al rizado abalanzándose contra Niall comenzando una pelea innecesaria o al menos eso creía pero luego las imágenes de él mismo restregando su cuerpo contra el del rubio le provocó un asco mayor y sin más remedio tuvo que levantarse y correr al baño para vaciar todo lo que se encontraba en su estómago, al volver a la habitación pudo observar una de las imágenes más perfectas a su parecer, el ojiverde entraba por la puerta únicamente cubierto por unos boxers y con una bandeja en sus manos, el ojiazul estaba boquiabierto ante esa imagen, el cuerpo del ruloso era indescriptible la mezcla de sus abdominales y brazos trabajados cubiertos por aquellos tatuajes que tanto le llamaban la atención, definitivamente lo volvían loco y con ganas de quedarse mirándolo eternamente.

-No pensé en encontrarte despierto Lou, ¿cómo amaneciste?- Harry ni siquiera se había percatado de la forma en que el castaño lo estaba observando, ya que tampoco había reparado en lo que traía puesto.

-Y yo no pensé que desnudarías tan rápido- Dijo Louis levantando una de sus cejas.

-No estoy desnudo amor, pero si eso es lo que quieres solo debes decirlo- El tono coqueto en que el rizado se le insinuaba hizo enrojecer las mejillas del ojiazul haciendo que desviara su mirada hacia otro lugar volviendo a guiar su cuerpo en dirección a la cama.

-Eres un pervertido Styles, además tengo una pregunta, deduzco que ayer estaba muy borracho como para que me llevaras a mi casa así que decidiste traerme hasta aquí, ¿No abusaste de mi pobre inocencia cierto?- La risa del ojiverde fue sonora, le gustaba que su novio cada vez tuviera más confianza en él como para bromear de esa forma.

-Soy el mejor novio que tendrás en toda tu vida, deberías hacerme un monumento pequeño ebrio, jamás me aprovecharía de una borrachera para estar contigo así no tendría valor- Las cosas cursis o melosas solo escurrían fuera del boca del ruloso, ya no podía evitar sentir esas cosas en las que tanto decía no creer.

-Te lo dije una vez Hazz, que tengas los genes de una jirafa no es mi culpa- Tras esa frase y con una expresión triunfante el castaño volvió a taparse con las mantas hasta desaparecer debajo de ellas.

-Mereces un castigo por tanta osadía enano- Y dejando la bandeja que aún sostenía en sus manos en el escritorio que tenía al lado, saltó sobre la cama destapando a Louis y comenzando una guerra de cosquillas, el ojiazul le rogaba a su novio que lo soltara ya que era muy cosquilloso, pero este no podía dejar de pensar lo adorable que se veía el castaño en esa posición y más con su camiseta puesta, la noche anterior Louis dormía muy intranquilo y varias veces despertó al rizado con su movimiento, no fue hasta que se quejó de que tenía frío que el ojiverde decidió ponerle una camiseta más abrigadora para que pudieran dormir en paz. La pelea siguió hasta que los dos quedaron exhaustos de tanto reírse y se miraron fijamente, una inmensidad de emociones cruzaban sus cuerpos y mentes en esos momentos, se sentían en paz y llenos de algo que siempre les hizo falta, la fusión de sus miradas era lo más sincero que se podía entregar, sin mencionar una sola palabra se estaban amando de manera inconsciente y verdadera. El ruloso se recostó al lado de su novio y sin pensarlo dos veces comenzó a besarlo de manera lenta y pacifica inclusive tierna, la delicadeza era algo que le nacía estando al lado del ojiazul, los besos continuaron por largos minutos acto que cada vez se volvía el momento favorito de los dos, también la pasión se volvía presente y la necesidad de tocarse era inevitable, sus respiraciones agitadas y sus manos inquietas se rosaban de manera cuidadosa, sus lenguas eran una danza que para ellos era tocar el mismo cielo, y de un momento a otro el castaño tomo la iniciativa quedando a horcajadas sobre el cuerpo de Harry sin dejar de besarlo en ningún momento, hasta que la puerta de la habitación fue tocada.

"Standing With An Army." (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora