Desire...

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Harry llevaba días investigando sobre lo que eran las enfermedades alimenticias, si era sincero estaba espantado con las consecuencias y todas las cosas que había leído, no podía imaginarse que su novio, la persona que más necesitaba, estaba pasando por una situación así, y era cierto, había sido muy ciego al no darse cuenta de las señales que el cuerpo de Louis le daba. El constante frío que sentía en su piel, la palidez permanente y sus notables pómulos hundidos, eran algunas de las cosas que podía observar en el castaño, su cuerpo poco a poco se había deteriorado en frente de él y ni siquiera se había dado cuenta, se sentía frustrado y con un gran sentimiento de impotencia al no saber cómo continuar, amaba cada centímetro de Louis pero eso no era suficiente necesitaba que él se amara a sí mismo para recién en ese momento saber cómo amar a otro. El rizado estaba decidido a hacer lo que sea necesario para salvar la vida de su novio, y aunque suene extremista era verdad, el problema de Louis tenía como peor consecuencia la muerte y no estaba dispuesto bajo ninguna circunstancia a perderlo.

Cumplirían tres meses de noviazgo y Harry ya tenía todo preparado, el regalo que le entregaría al castaño era algo mucho más importante que lo material, quería demostrarle lo hermoso que era no tan solo a un nivel físico sino que quería demostrarle mediante un acto de amor cuanto lo quería y cuanto lo deseaba desde el primer momento que lo vio caminar por el pasillo de la escuela. Pero un miedo asfixiante lo atrapaba, temía de que Louis lo rechazara o que se avergonzara de mostrarse frente a él, porque si viene cierto sabía que debía tener cuidado de no hacerle notar al ojiazul lo angustiado que se sentía al ver su cuerpo de esa manera, nada le aseguraba que su novio aceptara que él lo viera desnudo, por eso es que tenía desde ahora hasta la hora en que había citado a Louis en su casa, para pensar como tocar a su novio en la forma en que él se sienta deseado, amado y por sobretodo deseaba transmitirle al castaño el verdadero significado de hacer el amor sin prejuicio alguno.

Harry había citado a Louis a las 6 en su casa con la excusa de que pasarían la tarde juntos viendo alguna película, por lo mismo el castaño no pensó en arreglarse demasiado para la ocasión. Si viene cierto sabía que cumplían tres meses de noviazgo no pensaba que era motivo de hacer algo especial, que estuvieran juntos bastaba para que entre todo lo malo que no podía dejar de sentir y pensar fuera capaz de sentirse a gusto, no consigo mismo pero al menos si agradecido de tener a alguien como el rizado a su lado, además cuando recién habían comenzado su relación el ojiazul le dejó claro al ruloso que no celebraría los meses que cumplían juntos porque lo consideraba que era algo que debía hacerse día tras día. Louis se encontraba en un punto donde realmente se sentía traicionado por sí mismo, la mayoría de sus demonios provenientes de la inseguridad y el miedo que sentía de dejar sus sentimientos en alguien más se habían ido, pero una voz mucho peor los reemplazó, esa que le decía que si seguía acumulando grasa en su cuerpo el ojiverde lo dejaría por alguien mejor que él, el castaño vivía bajo el constante miedo de perder a su novio por el cuerpo indeseado y desastroso que poseía, su mente le repetía una y otra vez que debía alcanzar la perfección, pero lo que él no sabía era que esa perfección conllevaba su muerte como efecto secundario.

Eran las seis en punto y Louis estaba esperando a que su novio le abriera la puerta de su casa, cuando lo vio aparecer una mezcla extraña de sensaciones vinieron a él, no era un día particularmente importante pero Harry traía en su rostro una expresión nerviosa y extrañamente luminosa, a través de sus ojos parecía querer transmitir todo el amor que sentía por el castaño en la forma más sincera que pudo hallar.

-Hola, que puntual- La pequeña risa nerviosa que soltó después de ese saludo le confirmó al ojiazul que algo extraño le pasaba al rizado.

-Siempre he sido puntual Hazz- Y entrando en la casa, el castaño se acomodó en el sofá del living, esperando a que el ojiverde despegara la mirada de la entrada y cerrara la puerta.

"Standing With An Army." (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora