Broken...

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Harry se mentiría si dijera que no estaba malditamente asustado con todo lo que había sucedido con Louis, principalmente porque no tenía claro qué le sucedía o quizás se negaba a aceptar que el ojiazul tuviera un problema mayor, para el rizado pensar un problema alimenticio era ir demasiado lejos, lo quería y le importaba demasiado, cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando sus propios sentimientos eran revoltijo sin solución, le dolía en una forma en la que jamás había sentido ver de esa forma a quien aceleraba cada uno de sus latidos, sabía que el castaño traía consigo miles de sombras que le impedían ver las cosas como eran, pero el ojiverde no dimensionaba el inmenso vacío que consumía a la persona que él estaba tratando de cuidar, ¿sería capaz de llenar ese vacío antes de que las sombras terminaran de destruir a Louis?

¿Qué había hecho? El ojiazul se encontraba en el piso de su baño con la espalda apoyada en la bañera, llevaba por lo menos dos horas encerrado y llorando sin poder parar, sentía que las voces y las sombras le estaban arrancando todo lo que él había conseguido, probablemente luego de lo que le había dicho al ruloso no querría volver a hablarle, lo había echado a perder y no sabía cómo lidiar con la presión que hacía su corazón contra su pecho, no quería quedarse solo de nuevo, había pasado demasiado tiempo sintiéndose poca cosa como para que alguien se fijara en él, y ahora que alguien lo miraba de manera sincera y le hacía sentir esos pequeños atisbos de felicidad, lo arruinaba, Harry solo estaba preocupado por él y sabía que tenía sus razones, estaba más delgado y pálido, siempre sentía frío y se sentía más cansado de lo normal, pero eso era parte para poder ser lo que el rizado se merecía, él no merecía a un cuerpo indeseado como el de él, él merecía a alguien esbelto y delgado, y que la gente no se diera vuelta a mirarlo por la diferencia aberrante que existía entre ellos dos. Se sentía estúpido, indeseado e incluso temía de su reflejo, se miraba en aquel espejo mirando a quien él quería destruir, ese reflejo era ajeno no se sentía propio y tenía una necesidad innegable y apremiante por dejar de sentirse tan roto. Cansado y casi sin fuerzas pero sin que las lágrimas cesaran se levantó del piso, afirmándose de las orillas de su lavamanos y levantando la vista se encontró con alguien demacrado, con los ojos hinchados y la nariz completamente roja, en ese instante algo indescriptible se removió en él desatando un odio incontrolable contra el reflejo que tenía en frente y en un acto casi involuntario levantó su puño contra el pequeño espejo rompiéndolo en mil pedazos, al bajar la vista se dio cuenta que algo de color rojo comenzaba a gotear en el piso y al mirar su mano derecha se dio cuenta que tenía los nudillos llenos de cortadas, unas superficiales y otras más profundas, ahí decidió que no quería estar así de solo y destruido y en un acto casi desesperado volvió a sentarse en el piso y sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón buscando el contacto de la única persona que lo podría ayudar, al encontrarlo escribió lo que su mirada borrosa le permitía ver, "te necesito".

El ojiverde tenía un mal presentimiento desde el inicio del día y no podía descifrar el por qué, habían pasado días desde el incidente con Louis y no habían vuelto a conversar, sabía que en algún momento deberían acercarse para arreglar las cosas, pero debía admitir que tenía miedo a enfrentarse a las cosas que el ojiazul podría decirle. Su celular vibró y le pareció extraño ya que eran por lo menos las diez de la noche y no solía hablar con nadie más que el castaño a esa hora, sacó su móvil para comprobar quien era y efectivamente era Louis pero el contenido del mensaje le respondió a su mal presentimiento del día, eran dos simples palabras que lo congelaron por un minuto, no quería pensar que algo malo había sucedido pero tampoco se quedaría con la duda, llamó incontables veces al ojiazul antes de decidir ir a su casa a esas horas de la noche, para su suerte logró salir sin que su madre se diera cuenta y comenzó a caminar con paso acelerado y la mente imaginándose cosas que él no quería. Cuando llegó a la casa del castaño la madre de este le abrió la puerta con expresión extrañada.

-¿Qué haces aquí tan tarde Harry?- Jay había conocido al rizado hace unas semanas y se alegraba que su hijo al fin y al cabo no fuera un antisocial como todos decían.

-Louis me llamó, ¿Dónde está?- El ojiverde dejo entrever la preocupación de su voz.

-En su habitación supongo, nunca sale de ahí, pero pasa y sube a verlo- Aunque a Jay le extrañaba una visita tan tarde, no haría problemas, ya tenía suficiente con la indiferencia de su hijo.

El ruloso entró en la casa y subió raudo las escaleras, al entrar en la habitación del ojiazul no lo pudo encontrar por ninguna parte así que supuso que se encontraba en el baño, espero un rato a ver si el castaño salía pero no fue así, entonces camino hacia la puerta y tocando suavemente lo llamó.

-¿Lou, estás bien?- Al no obtener respuesta, tomó el pomo de la puerta y lentamente la abrió con su corazón latiendo de manera desenfrenada.

La visión que tuvo Harry al entrar al baño literalmente lo rompió de una forma en la que nunca se imaginó, el ojiazul estaba sentado en suelo con la mirada completamente perdida en algún punto del desastre que había en el piso, estaba lleno de agua mezclada con un tinte rojo, la ducha estaba corriendo y salpicando hacia todos lados, los ojos del castaño estaban hinchados y con ojeras notoriamente visibles, los restos de lágrimas en sus mejillas también lo eran, al bajar la vista y mirar minuciosamente se dio cuenta que la mano de Louis estaba destrozada al igual que el espejo que ahora se encontraba repartido en mil pedazos. Sin poder atinar a nada más el ojiverde se acercó al castaño y lo levanto del suelo envolviéndolo en fuerte abrazo, era impresionante lo frío que estaba y como de a poco su pequeño cuerpo comenzó a temblar en sus brazos, el ojiazul tenía la mano destrozada y si no hacía algo pronto probablemente también le diera una hipotermia, lo único que se le ocurrió en ese minuto fue poner la ducha en modo de agua caliente poniéndole el tapón para que la bañera se llenara, Louis aún permanecía en sus brazos lo cual le dificultaba un poco más moverse, mientras esperaban que la bañera estuviera lista el ruloso solo abrazaba y susurraba palabras en el oído del castaño, mientras tanto también le quitó la polera y los pantalones y finalmente lo metió en el agua caliente solo con su ropa interior, el ojiazul parecía una muñeca, no reaccionaba, ni mucho menos hablaba, solo se dejó llevar por las únicas manos en las que confiaba.

Al finalizar de limpiarle las heridas de la mano y esperar a que entrara en calor, Harry sacó a Louis de la bañera pasando una toalla alrededor de su cuerpo, le dijo que lo esperara ahí mientras él buscaba algo de ropa, al volver con lo que al parecer era su pijama le dijo que lo dejaría solo para que se vistiera, el rizado sabía que podría haberlo ayudado pero nunca supo porque no lo hizo quizás por pudor o simplemente por no querer invadirlo. Mientras esperaba que el ojiazul saliera del baño, el ruloso hizo la cama que estaba hecha un desastre dejándola lista para que el castaño se metiera en ella y descansara, lo necesitaba, Louis estaba demasiado cansado de sentirse mal consigo mismo, que lo único que podría ayudarlo era dormir. Cuando el ojiazul salió del baño un poco más recompuesto y con las satisfacción de aún tener a su lado al ojiaverde, vio que este se encontraba sentado en su cama esperándolo, no habían palabras que decir, se le habían acabado las fuerzas para intentar excusar algo de lo que el ruloso había visto, así que solo camino hacia la cama y metiéndose en ella, sintió como el rizado lo arropaba y hacia el ademan de marcharse.

-Quédate conmigo Harry- Susurro Louis con voz casi inaudible, el rizado al ver la mirada suplicante del ojiazul, se recostó a su lado pasando uno de sus brazos por debajo del cuerpo del castaño abrazándolo de forma tierna y acogedora.

-Estoy cansado de sentirme roto, vacío y solo Hazz- El ojiverde se tensó al oír esas palabras ya que nunca lo había llamado así, pero solo pudo acercarse a la frente de Louis depositando un beso, un beso que representaba la promesa de jamás abandonarlo, la promesa de ser él quien se encargaría de reconstruir sus pedazos.

-Nunca más estarás solo Lou, te lo prometo- Y tras esafrase el castaño cayó rendido por el sueño en los brazos de quien literalmentelo estaba salvando de volverse loco.



Holaaa!! ¿Cómo están? Aquí les dejo un capítulo medianamente largo para recompensar mi pequeña tardanza, probablemente el capítulo haya roto sus feels igual que a mí cuando lo escribí, y como siempre mil millones de gracias por el apoyo. ALL THE LOVE.

"Standing With An Army." (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora