El rechinido de los tenis contra el suelo resonaba en todo el gimasio. Era un entrenamiento de baloncesto, la misma rutina de siempre, la misma exhibiciòn de siempre. Aomine Daiki llevandosè a todo el equipo para hacer una canasta què lucìa fàcil, pero que requerìa la tècnica que no todos poseìan. En gradas, una pelirosa quedando asombrada por el juego del moreno que limpiaba el sudor de su frente con el antebrazo, a su lado, una presencia apenas notoria: un peliazul a quièn le llamaban "la sombra".
-¡Tetsu!
Grito la chica llamando la atenciòn de todos mientras lo saludaba con la mano en el aire con una enorme sonrisa y los atributos visibles, sonrojando a màs de uno de los presentes, el peliazul no hizo mucho caso. Siempre eran asì, ese trìo era asì: Aomine, Kuroko y Momoi siempre juntos, uno detràs del otro.
-Akashi-kun no vino hoy -dijo de repente el peliazul en los vestidores.
Aunque daba la espalda al moreno este pudo descifrar la preocupaciòn que denotaba la voz del menor, y despuès se preocupo tambièn. Akashi nunca faltaba.
-Deberìamos pasar por su casa -atinò a decir el màs alto.
-Midorima-kun tampoco se ha aparecido al entrenamiento -y fue como un click para ellos.
-Vaya, parece que ha pasado algo -dijo una tercera voz con una toalla en la cabeza.
Esos ojos siempre entrecerrados con o sin anteojos, esa sonrisita que rara vez se turbaba. Imayoshi Shoichi.
-Es algo adelantado decir esas cosas -dijo el peliazul
-¿Què se puede esperar? Midorima no es nada discreto.
No se dijo màs. Terminaron de vestirse, Imayoshi se fue por su lado mientras los otros dos seguìan el camino a casa de Akashi. Pero a mitad del camino, el moreno recibiò una llamada, no dijo de quièn era, solo se disculpo con Kuroko y se fue en direcciòn contraria. El peliazul suspirò. Nunca encontraba un espacio para pasar tiempo con el moreno, no ahora que estaban en la universidad. Antes, solìan estar mucho tiempo juntos... pero nunca tuvo el valor de decirle una sola palabra a Aomine sobre sus sentimientos, nunca tuvo ese valor porque estuvo convencido de que no tenia oportunidad con èl rodeado de chicas. Aomine siempre estaba rodeado de chicas.
Pero lo que encontro al llegar a casa de Akashi le preocupo màs que sus propios sentimientos: Akashi estaba fuera de su casa, con maletas incluidas, tenìa la mirada clavada en el suelo, sostenìa el balòn de baloncesto con la zurda, estaba inmòvil. Lo habìan corrido.
-¿Akashi-kun? -habìa llamado, pero fue ignorado por completo- Akashi-kun, ¿què sucediò?
Kuroko se acercò màs al susodicho, entonces el pelirrojo reparo en su presencia, aùn tenìa la vista perdida en algùn lugar desconocido. Despuès, sus labios se abultaron en una especie de pucheros, sus ojos comenzaron a humedeserse, pero no derramò làgrimas. Permanecieron en sus ojos mientras miraba al peliazul.
-No tengo a donde ir -dijo en un murmullo, tenìa la voz entrecortada.
-¿Què sucediò?
Akashi negò una vez. Despuès limpiò sus ojos tomando aire.
-Mi padre decidiò hecharme de casa. No sè què harè.
-Puedes venir conmigo. Podemos vivir en mi departamento.
El pelirrojo mirò al contrario con una ligera sorpresa en los ojos.
-Pero...
-Akashi-kun, si no te gusta, puedes irte despuès. Pero a mi, no me molesta en absoluto vivir contigo. -sin màs, tomò una de sus maletas- Vamos. Nos preguntaremos què hacer depuès.
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Do you have a cigarette?
Fanfiction¿Tienes un cigarrillo? "Intentò besarlo, y a pesar de que el alcohol invadia el sistema de ambos... El contrario negò y se fue. Permaneciò un momento en su lugar y despuès avanzò, pensando en que lucìa realmente estùpido, en que habìa sido realmente...