Capitulo VI

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Akashi Masaomi era un hombre de negocios, recto, pulcro, sin contratiempos, amaba el orden y tener el control, por eso cuando el médico familiar le comunicó cierta noticia sintió asco de su propio hijo, de su orgullo en muchos aspectos, lo más grande que en la vida le quedaba. Cada medio año él y su hijo se hacían revisión general, eso implicaba análisis de laboratorio, la sorprendió cuando el médico lo cito, no pensaba que hubiera algún problema de salud, y al decirle la noticia quedó en shock por un momento. El médico familiar sabía que tan difícil era el Sr. Akashi, un hombre tan pulcro que así mismo era cerrado de mente, las cosas se debían de hacer como eran dictadas, por eso no podía soportar alguna anomalía. Menos con su hijo. Por un momento Masaomi renegó de la memoria de su esposa y le cuestionaba por qué su hijo era así. ¿Pero qué tenía de malo que su hijo fuera un doncel? Para muchos eso no representaba mayor problema, pero para otros como el Sr. Akashi era para poner el grito en el cielo.

Sin embargo, después de ver su enorme mansión más sola y vacía de lo habitual se maldijo a sí mismo por haber echado de la casa a su único hijo. Incluso la servidumbre parecía triste. Todos extrañaban al pequeño amo. ¿Qué sería de él? ¿Qué estaría haciendo en esos momentos?

Mientras su padre se recriminaba sus acciones, Akashi Seijuro se encontraba terminando de dormir a Mirai. La Sra. Hirai había quedado encantada con el trabajo del par, así que cada viernes tendrían que cuidar a los niños hasta el sábado por la noche, eso resultaba muy bien, porque la Sra. Pagaba las horas completas a cada uno, ni si quiera tuvieron que negociar un precio. A Akashi le gustaba trabajar de niñero con esos niños, eran obedientes e inteligentes no representaban mayor problema a excepción de Yasu a la hora de la comida, como cualquier niño a esa edad que odia los vegetales y ama comer los dulces, nada anormal.

Después de eso, podía adelantar los deberes universitarios, él siempre cumplía con todo a tiempo, los retrasos no estaban en su rutina. Kuroko también adelantaba deberes, al final, con ese trabajo de fines de semana, alcanzaba para algo durante la semana, ambos ahorraban el dinero para una urgencia y ocupaban solo lo necesario. Pronto habría una suspensión de labores durante una semana, y los amigos habían acordado salir, a cualquier lugar, la cuestión era estar juntos. Todos estaban trabajando extra para eso.

Algunas veces, mientras iban al parque, se encontraban con Kagami y jugaban con los niños, Akashi notó instantáneamente la atención que le brindaba su amigo a el más alto, se preguntó si él estaba teniendo esa clase de sentimiento, esa que él pensaba que tenía, una más allá de afecto. Kagami parecía igualmente interesado, se preguntaba si le correspondía, pero no creía estar equivocado porque la sonrisa que le mostraba al peli celeste era tan diferente a la de cordialidad que le brindaba a Akashi.

Sin embargo, cada vez que Kagami regresaba y miraba a Himuro en su apartamento o algo similar se le revolvía el estómago. El tener a su hermano enfrente le recordaba las intenciones que tenía con el amigo de Kuroko, un tipo bastante amable. Además también le recordaba que para su hermano, Kuroko y Akashi eran unos juguetes, por ello mismo Kagami jamás había mencionado a Himuro sus encuentros de vez en cuando con ellos, aunque claro, el azabache de lunar no era nada estúpido, pero tampoco decía nada, sabía ser cauteloso a veces, porque también había visto como el rubio de la universidad de su hermano miraba a ambos. El rubio parecía siempre impresionado ante la fuerza del pelirrojo, y cada que sonreía un brillo peculiar aparecía en sus ojos, sin embargo, podía notar la piel erizársele cuando Himuro le saludaba con una sonrisita ladina mientras un cigarrillo colgaba de la comisura de sus labios. Himuro sabía seducir, Kagami llamaba la atención sin intensión si quiera.

Además, estaba el titán que parecía cada vez más retraído. Incluso Kagami lo notó, estaba con ellos en presencia, no en mente, lucía más callado de lo normal, ni si quiera hablaba con Takao. Este último contaba los días para llamarlo nuevamente amigo y no más novio, aunque ¿cuál era la diferencia? Nunca habían parecido novios, ni si quiera enredados entre las sábanas.

Do you have a cigarette?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora