La recaída

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Me sentía muy enojada conmigo misma, las ganas de vivir se me habían agotado, no le encontraba ningún sentido a cada uno de mis pasos, latía mi corazón pero no tenía ningún motivo, yo sólo quería desaparecer, estaba temblando, sólo escuchaba las pláticas de mi mamá con mi papá por teléfono que ya estaba comiendo mejor pero que no obedecía a sus órdenes.

Trato de salir todos los días adelante, trato de que mi reflejo al espejo no sea tan fuerte, pero no logro nada, he vuelto a caer en la red de Mía, pero no tengo un objetivo fijo, todo lo hago mecánicamente, ya no siento, quisiera ser como antes, tener un poco de confianza en mí misma, un poco de tranquilidad, un poco de seguridad, pero cuando el alimento toca mi paladar mi cuerpo ya lo rechaza.

Muchas veces ya vomito sin ni siquiera provocarlo, es como si una mano en mi estómago lo empujara solamente, otra vez decido guardarme el secreto, porque no quiero una desilusión más para mis papás, no sé cómo salir, no sé cómo hacerlo, muchas veces pienso que tal vez no era el momento de dejarlo, la perspectiva en la que las demás personas me tenían ha cambiado drásticamente, como mi cuerpo.

Mis sentimiento hacía las cosas no están definidos, ya nada me llama la atención hacerlo, ya no hay nada que me motive, todas mis pensamientos y sensaciones están como un rompecabezas, por más que lo veo no le encuentro solución alguna y caigo en la desesperación, me derrumbo por no encontrar la solución y las ganas de regresar con ellas aparecen de nuevo.

Soy tan egoísta conmigo misma, no me tengo amor alguno, a mi entorno puedo mostrarle como salgo adelante, pero sólo yo sé que es lo que pasa dentro de mí en realidad, tengo la facilidad de escuchar a las personas pero nadie puede escucharme a mí nadie escucha mis gritos atrapados en el corazón, sólo mi almohada los recibe cada noche, siempre trato de pensar que mañana será un mejor día, son pocos los días en que la sensación de bienestar ocupa en mi ser, voy y vengo de la escuela, a veces siento que no existiera, las tristeza me carcome cada día un poco, y otro poco, y otro poco más, es tan cruel conmigo, no entiendo que es lo que ahora estoy pagando o porque este castigo para mi, que al final es un castigo que yo sola me impuse.

Tengo nauseas todo el tiempo, dolores de cabeza y mareos, he notado que uno de mis dientes está quebrado, cuando me baño me baño y paso mis manos sobre mi cabello, se me queda mucho entre mis dedos, y me asusto el cabello se me ha comenzado a caer descontroladamente, normalmente siempre tengo frío, mi temperatura corporal no está nada equilibrada, me estoy consumiendo.

FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora