Soñando con Ana

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Llegaron las vacaciones de primavera, era el momento de concentrarme totalmente en ellas, así que me puse a planear mis tres semanas libres para que nadie contara conmigo durante ese tiempo y no me faltaban muchos kilos para llegar a la primera meta que eran 69.200 kg pero si me quedaban pocos días, me miraba al espejo y veía que mi empezaba a notarse ligeramente la pérdida de peso, en mi casa no me decían nada, pensaban que ahora si tomaba las cosas en serio y por eso el cambio, nunca me cuestionaban nada, porque sabían que no lo respondía.

Empecé por levantarme bastante temprano y realizar un vídeo de ejercicios que tenía y después meterme a bañar, así encontré la manera perfecta para evitar el desayuno sin mayor problema, al caer el medio día que era hora de comer, aprovechaba para quedarme dormida levantarme ya que todos hayan terminado y al comer yo, no servirme ni la mitad de la porción que debía de comer, más tarde terminaría vomitándola, al llegar el atardecer respetaba mis horarios de entrenamiento, pero hablé con el profesor y dije que quería quedarme una hora extra y el sin ningún problema aceptó esto sumaban 3 horas de entrenamiento, al caer la noche platicaba unos minutos con Lidia, pero no duraba mucho ya que el cansancio me mataba, así dure la primera semana, aún me quedaban 3 días para poder pesarme y saber si había llegado a la meta, pero sentí que no alcanzaría y recordé lo que me había contado respecto a los ayunos, así que terminé por intentarlo.

Pasó el primer día sin ningún problema tomaba la comida que me daba mi mamá para llevarla a mi cuarto y más tarde tirarla, aumenté mi dosis de abdominales a 600, agregando el video y 3 litros de agua, el tercer día, me miré al espejo, prácticamente me veía demacrada, pero no me importó, hice mis ejercicios normales, sólo que ahora hubo una pequeña diferencia los mareos empezaron a aparecer, corté un cubito de queso panela lo pesé 10 gramos exactamente y me lo comí, llegó el cuarto día pensé que sería igual, pero no fue así.

Me levanté como de costumbre, me sentía débil, pero mi pensamiento solo eran ellas, ellas, ellas, me puse ropa deportiva, y coloqué el video que siempre hacía, pasaron diez minutos y mis piernas ya no aguantaban, veinte minutos y sentí que me moría, terminé por apagarlo, tomé mi toalla y me metí al baño, tenía mucho frío y temblaba, coloqué mi ropa en la tapa del baño, y me acosté en el piso y fue como si me hubiera quedado dormida, no tengo idea de cuantos minutos pasaron y oí que tocaban la puerta fuertemente:

-¡Sofía! Llevas más de una hora ¿Quieres apurarte?

Desperté muy desorientada, con una voz entre cortante contesté que no tardaba, me miré al espejo, me veía de color blanco, los labios los tenía resecos, mi piel estaba sumamente fría, abrí la llave de la regadera, me metí debajo el agua caliente estaba a lo que daba, pero no sentía que me quemara, me quedé ahí debajo un rato, no recuerdo si me talle o use shampoo, me vestí sin lógica alguna, y terminé por meterme a mi cama.

-Sofía, despierta quiero que me acompañes al centro comercial. -dijo mi mamá.

-Si ya voy, espérame dos minutos.

-Ok, no tardes apúrate.

Me sentía realmente mal, débil, incluso al levantarme de mi cama mis piernas no me soportaban, sentía que el piso se me movía y terminé desvaneciéndome de nuevo, me arrastré a mi cama de nuevo y me apoyé para levantarme, busqué entre mi mochila algún dulce o lo que fuera, y encontré un trozo de chocolate, me lo comí con desesperación y mee levanté de mi cama, con la blusa atorada tenía al descubierto mi estómago, me miré al espejo, y observé un gran cambio, sonreí, tome lo primero que vi, me recogí el cabello y salí a la sala.

Al llegar al centro comercial, lo primero que busqué era la máquina de pesaje, le dije a mi mamá que en unos minutos la alcanzaba que había visto a una compañera de la escuela y quería saludarla, ella se adelantó y yo me apresuré a subirme:

152.118 libras = 69.000Kilogramos.

Su índice de Masa Corporal es 25.97 Kg/m2.

Usted sufre de sobre peso.

¿Realmente era posible? Volví a introducir una moneda, y me regresó el mismo resultado, entonces pensé que valía la pena. En eso sonó mi celular, era mi mamá:

-¿Qué pasó?

-Ven que quiero enseñarte algo.

-Ok, voy para allá.

Le colgué y corrí a buscarla me guarde el papel, llegué y tenía un pantalón en su mano:

-Quiero que te lo pruebes, ve que bonito está.

-¿Qué talla es?

-38.

-¿No hay un número menos?

Mi madre me miró con extrañeza así que buscó un número menos, y me lo dio.

Me puse el 38 primero salí a mostrárselo a mi mamá me agarra las orillas de la cintura con las manos, ya que me quedaba bastante grande, me sentía muy contenta de mis resultados, así que fui por el 36 y ese me quedaba como anillo al dedo que terminé llevándolo pero sentí que mi mamá empezaba a notar algo, así que no hice ningún comentario al respecto.

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