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Ya estamos en la playa, bajo una gran sombrilla.

- ¿vienes conmigo al mar?- preguntó Cáncer, ella llevaba un traje de baño naranja de dos piezas, diablos, esa chica tiene un cuerpo fenomenal. Yo llevaba una pantalonera de ceda azúl.

-Sí amor- antes de llegar al mar cargé a Cáncer y corrí con ella al mar.

-¡Por Dios, Lan! - dijo Cáncer de pura risa. Se trepó encima mío y me hundió debajo de mar.- Eso te pasa por se un sabido- dijo sacándome la lengua una vez que ya había sacado la cabeza del agua.

-Amas a este sabido-

-Y ese es el problema- ¡Auch! Me dolió.

-¡Mierda, Cáncer! Tu si que sabes como hacerme sentir mal- ahora tengo que actuar un poco. Me giré para caminar hacia la sombrilla.

-¿Pero qué?, ¿te acabas de enojar?...vaya Lan, que maduro- no me giré, sentí que venía siguiéndome-¡Lan detente!... Mierda Lan, deja de ser infantil- Ya había salido del mar, caminé hasta la sombrilla y cogí la toalla, me senté en la arena, Ella se paró frente mío con las manos en la cintura -Es mentira, yo te amo como seas, no te enojes conmigo- Me paré y quedé cara a cara con ella.

-Jamás me podría enojar contigo- y sin mas la cogí de la cintura atrayéndola a mi y dándole un beso, examinado su boca. Nunca me cansaría de ella.

¿Te llamas cáncer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora