—Ya, ¿por qué no entras? —escuchó a sus espaldas.
Completamente asustado por la repentina aparición, dio un pequeño brinco en su lugar, sacando una carcajada en el recién llegado.
—Eres muy tierno —volvió a reír—. No te asustes. Ven, entremos —colocó una mano en el hombro del menor, dirigiéndose a la entrada de la bodega.
Lo que sus ojos vieron a continuación le causó una indescriptible pero hermosa sensación en su pecho. Un grupo de aproximadamente quince chicos formaban un círculo alrededor de otros dos chicos que bailaban al ritmo de la energética música. A pesar de ser pocas personas, el ambiente era genial, y por alguna razón, Minghao sintió como si perteneciera a ese lugar, con esas personas.
—Están ensayando —dijo el desconocido chico bajo el sonido de la música y los gritos de apoyo a los bailarines—, para esta noche.
—¿Para esta noche? —Minghao no entendía nada.
—Sí, hoy hay HHNight —contestó como si fuera lo más obvio del mundo—. Espera, no sabes lo que es eso, ¿cierto?
La incertidumbre en el rostro del pequeño era demasiado obvia.
—¿En serio no has escuchado sobre la HHNight? —volvió a preguntar, atónito, aquel chico.
—No —contestó en un susurro, mirando el suelo.
—Bueno, ¡la HHNight no es nada más que la noche más sensacional de cada mes, donde todos los verdaderos bailarines callejeros se reúnen y compiten amigablemente el día 18 del mes!, además de eso, los mejores ganan una comisión al terminar la noche. Pff, no sabes cuánto deseo mostrarles a todos de lo que soy capáz en la pista —suspiró con ojos soñadores puestos fijamente en los chicos que ya terminaban su acto.
—Vaya... —fue lo único que el pequeño pudo articular, pues no sabía qué más agregar; nunca fue bueno siguiendo conversaciones, y odiaba eso.
—Oye, ¿por qué no vienes esta noche?
—Eh... yo-bueno-yo...
—La entrada comienza a las 8 —el más alto comenzó a caminar hacia la puerta de la bodega—, oh, y no olvides traer un poco de dinero para tener derecho a entrar, en esta vida nada es gratis, amigo —le guiñó un ojo y sin más salió del recinto, dejando a un estupefacto Minghao, con su desarreglado uniforme gris de la escuela y su mochila medio rota colgada al hombro.
En toda la tarde no dejó de pensar en aquel raro chico de la bodega ni en lo que sucede dentro de esa bodega, y mucho menos en la invitación que había recibido por parte del alto. Nadie jamás le había hablado sin conocerlo, y nadie jamás lo había invitado a algo. Además estaba el hecho de que ese algo era lo que amaba hacer: bailar.
Por eso no pudo comer gran cosa ni poner completa atención a su tarea de literatura –que era su materia preferida-, debido a la incesante emoción que provocaba un hilarante palpitar dentro de su pecho.
No se atrevía a decírselo a su madre por temor a lo obvio: que no le diera permiso; sin embargo, no quería perderse la HHNight. Ni siquiera sabía lo que esas iniciales significaban, pero lo emocionaban de una manera sobrenatural.
Recostado sobre su cama y con la vista perdida en el techo, trataba de idear un plan para pisar de nuevo ese lugar, pero no concebía la manera de hacerlo. Era su oportunidad de encajar en un lugar, pues sabía que esa gente lo entendería porque compartían el amor por el baile. Pero también sabía que era peligroso salir solo en la noche y andar en ese tipo de lugares, el cual está rodeado de bodegas abandonadas y de vagabundos buscando un techo donde pasar la noche. Y ni siquiera conocía a ese chico de la tarde, ¿qué tal si sólo quería hacerle una broma inventando todo eso de la HHNight?, además le dijo que llevara dinero, seguro lo estaría esperando ahí en la oscura y abandonada bodega para golpearlo y quitarle su dinero.
Negó con la cabeza, en un intento de eliminar cualquier pensamiento de su mente, sentía que en cualquier momento estallaría. Creía en ese chico... o al menos quería creerle. Se portó muy amigable, ¿por qué no creerle? Así son todos. Primero se portan amigables, y luego, cuando descubren tu extraña y penosa personalidad se alejan de ti porque los aburres. Su hermoso subconsciente lo lastimaba con sus duras palabras, pero se lo agradecía porque esa era la única manera de mantener los pies en el suelo y no ilusionarse, pues la caída siempre era dolorosa.
Sin darle más vueltas al asunto, desechó completamente la idea de la HHNight. No se arriesgaría por vagas ideas que un desconocido le había metido en la cabeza.
Durante la siguiente semana después de la HHNight, Minghao se lamentó día y noche el no haber ido, el no haberlo intentado, por lo menos. Pero con el paso de los días olvidó todo ese asunto, y se enfocó en seguir practicando wushu y unas cuantas coreografías en la comodidad de la sala de su casa. En una de esas tardes después de haber comido y finalizado la tarea, Minghao se encontró a sí mismo practicando una nueva rutina de wushu mientras escuchaba su nuevo cd de Brock Berrigan, su beatmaker favorito. Quedó fascinado al descubrir que algunas partes de su rutina de wushu coincidían con el ritmo de la música. Practicar wushu con Brock Berrigan de fondo se convirtió en su nuevo pasatiempo favorito. Dicho pasatiempo se volvió aún más grande cuando en los baños de la escuela, mientras orinaba, escuchó a dos compañeros hablando sobre los asombrosos mix-tapes que uno de ellos había escuchado anteriormente y sobre cómo su hermano mayor era un muy buen bboy.
¿Bboy? ¿Qué es un bboy? Se lo preguntó a sí mismo durante el resto de las clases, y ansiaba llegar a casa para googlearlo y saber al fin qué era eso de bboy.
Al ver varios videos de break dance o bboy, se dio cuenta de que ¡desde hace no más de dos semanas había estado practicando bboy!, ¡y le encantaba!
Esa tarde prefirió perderse su serie de tv favorita para pasar todo el resto del día pegado a la computadora, investigando más sobre todo eso del hip hop, break dance, y bboy. Inesperadamente, gracias a un click erróneo, llegó a una página web... pero no cualquier página web, sino la página web de la HHNight... HipHopNight.
Todo tuvo sentido para Minghao. Necesitaba ir a la HHN. Vio cada apartado de la pagina. Leyó cada artículo, cada noticia que eran posteados por, los que supuso, los organizadores del evento.
La siguiente HHNight sería el próximo miércoles de la siguiente semana.
Miércoles 18, Octubre, 2013.
Recordó que hace casi un mes aquel simpático chico le había dicho que la HHNight se hacía el día 18 de cada mes. ¡Entonces no le había jugado una broma! Se sintió tan patético. Tuvo la oportunidad de probablemente conocer a una nueva persona y probablemente ser amigos para probablemente poder encajar en un sitio al que sentía que pertenecía.
Pero ya no importaba, lo pasado en el pasado se quedaba, y no podía hacer nada por modificarlo, pero sabía que aún podía modificar su presente y, quizá, su futuro.
Durante las horas de clase no pudo siquiera escuchar una oración completa de ningún maestro, pues pensar en lo que haría esa misma noche se lo impedía. Al fin era miércoles, el cual su llegada se le había hecho eterna, y era lo que más ansiaba. Agradeció que no estuvieran en periodo de exámenes sino sería definitivo que explotaría de tanto estrés.
Al llegar a casa volvió a repasar el plan: decirle a mamá que iría a casa de Xuyaon, para hacer un proyecto en parejas -lo cual no era verdad-, y también le diría que llegaría un poco tarde, pero que no se preocupara porque tomaría un taxi de regreso a casa –lo de tomar un taxi sí era verdad, pues le aterraba la idea de caminar bajo la pesada oscuridad de la noche-. Sonaba sencillo y a la vez tonto, y dudaba que sus padres se lo creyeran, pero él no perdía las esperanzas. Sino, para eso estaba el plan B: escaparse por la ventana, y al regresar esperaría cualfuera el castigo que le pusieran, pues siempre escuchaba decir a las demás personas que más vale pedir perdón a pedir permiso.
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Becoming SEVENTEEN [En Pausa]
FanfictionMinghao, patéticamente se encontraba en ese escaso grupo de personas antisociales, retraídos, temerosos, -y según la sociedad en general-, RAROS. Odiaba eso de sí mismo. Lo odiaba, pero sabía que jamás lograría cambiar. Así era él, y punto. Se habí...