Capítulo VII: Recuerdos Olvidados

1K 132 57
                                    

Un ligero sonido de agua fresca me despertó.

Los pájaros cantaban a lo lejos.

¿He llegado al cielo ya?

-¿Sacro Imperio Romano?- pregunté, un poco dormido.

Una voz grave rió un poco.

-No. No estás muerto, Italia.

Reconocí esa voz al momento.

Me senté de golpe, haciendo que mi cabeza doliera.

-No, no. Túmbate.

-¿Alemania?

Mis ojos por fin pudieron definir una imagen clara de la persona que tenia delante.

Parecía como si estuviera en el cielo, porque tenía un ángel justo delante de mis ojos.

Me sonrió, con una sonrisa que fácilmente podría cegar.

-¿Como te encuentras?- me pregunto.

-¿Q..Que ha pasado?

-¿No lo recuerdas?

-No recuerdo nada de nada.

Se sentó en el borde de la cama, justo a mi lado.

-Te caíste al suelo y te rompiste un brazo, luego te desmayaste.

-¿Y no pasó nada más?

Dudó durante unos segundos.

-No, nada más.

Le miré extrañado. ¿En serio no había pasado nada mas?

Me dolía demasiado la cabeza para que solo fuera eso.

Poco a poco, me levante de la cama.

Alemania me cogió del brazo.

-¿Seguro que puedes levantarte?

-Si, tranqui-

Mis piernas fallaron, y me caí al suelo.

Él me miró, preocupado.

-Ven, yo te ayudo.

Pasó su brazo por mi cintura, y el sonrojo se apoderó de mis mejillas.

-¿Ahora puedes andar?

Di un paso, y mis rodillas volvieron a fallar.

Esta vez no caí al suelo, porque Alemania me sujetaba de la cadera con fuerza.

Él rió un poco. Me cogió como si fuera una princesa.

Nuestras caras estaban a muy pocos centímetros. Mis ganas de besarle aumentaron, pero me contuve.

Mi cara estaba muy roja, y aparté la vista de Alemania para que no notara mi sonrojo.

Me llevó a la cocina, y me sentó en el sofá, mientras que él me preparó el almuerzo.

No recordaba nada sobre la última semana.

Estaba en el sofá, pensativo, cuando Alemania me trajo el almuerzo.

-Aquí lo tienes. Espero que te guste.- me dijo, con una sonrisa.

-Gracias.

El almuerzo parecía delicioso. Un bizcocho de chocolate hecho a mano por Alemania y un Capuccino.

Él se sentó delante mio.

-¿Cuantos días he estado dormido?

-Sólo una noche. Te desmayaste ayer por la tarde.

Addio, amore mio (GerIta Hetalia Yaoi) *En edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora