Capitulo 4

29 4 1
                                    


Abril, llovía afuera, aunque no estaba haciendo frio, estaba lloviendo muy fuerte, el rubio miraba por la ventana, las gotas escurriéndose por el cristal, estaba perdido en sus pensamientos, sobre el programa de ayer en la noche sobre retos, sobre sus estudios, pero sobre todos en los mellizos Pines, era algo de rutina, se preguntaba como lucían ahora, hace tiempo que no los veía. Suspiro y volteo a ver la televisión con un programa de música pop, tomo el control remoto y cambio el canal, aburrido, era la única palabra que podía sentir en ese momento. Apago el televisor, puso sus manos en su frente, McGucket había ido a una conferencia en los Ángeles, y vendría dentro de 2 días. Recordando esa mañana, era la primera vez que el chico veía a su padre con traje y corbata.

Siempre parecía pordiosero ese viejo, hizo una mueca cuando su estómago rugió reclamando por comida, fue a la cocina y abrió el refrigerador. Lleno de comida, no sabía que hacerse de cenar, no tenía ganas de moverse, estaba demasiado débil como para preparar su comida, después de tomar 5 tazas de café en la mañana y caminar como loco por toda la mansión.

Camino a la alacena para buscar unas barras que recordaba que había comprado con su padre adoptivo. Las encontró y se echó a la boca 2 para luego irse tambaleándose a su habitación. Se tiro a su cama, su hermano, el hijo verdadero de McGucket había venido hace unos meses, para avisar que se iría lejos a trabajar. Desde ese día el señor Mc, estaba raro. Era distante hacia Jeff, tal vez...

-¿Se siente triste? Bueno el viejo Mc, también es humano, tal vez si aunque yo también soy su hijo, no, solo me adopto en su casa, tal vez por su amabilidad, si, por eso me dejo aquí...- El joven mira la pared mientras decía esto, eso podía ser verdad, ¿Quién en su sano juicio dejaría entrar a un extraño a su casa? Tal vez el viejo no era tan cuerdo pero...También podría ser un sustituto del hijo que se apartó de él. Sustituto, sustituto, esa palabra era la correcta para describir su situación. Esto hizo que el rubio sintiera una punzada de enojo, peor después otro sentimiento raro, su nariz y ojos se humedecieron. Extraño, quería llorar, pero no de felicidad, ¿entonces de qué?

Eso era para McGucket, un sustituto de su hijo, se rio de lo estúpido que se sentía, pero sus labios temblaron he hicieron una mueca, algo en su garganta lo asfixiaba, algo mojado caminaba por sus mejillas, tapo su boca con su mano derecha, temblorosa su mano la apretó para no escuchar su propios sollozos. Las ilusiones rotas le hicieron levantarse, la desesperación hizo que golpeara sus muebles, todos sus papeles acumulados cayeron al suelo en un mar de libros, el desorden hizo que se tropezara y cayera al suelo.

-¡ESTUPIDO LIBRO!-Grito y pateo la enciclopedia, le dolió su pie, grito de dolor y sobo sus dedos. Estaba enojado pero sobre todo, ese sentimiento de pérdida era demasiado. ¡Oh! Lo que sentía era soledad. Tomo aire y sollozo lo más alto que pudo, las lágrimas saladas corrían hasta caer en su regazo. Grito y grito hasta que se cansó, se acostó en todo el mar de papeles y libros. Miro a su alrededor, a su izquierda vio algo, una foto, era una donde su padre le tomaba una foto aunque solo se veía la mitad de la cara del anciano, la tomo y la miro por unos segundos, la sonrisa alocada del barbón, y el, al fondo con un libro en sus manos y sonriendo. Apretó los dientes, abrazo la foto contra su rostro, cerro con fuerza los ojos.

¿Te sientes solo?

Si.

¿Por qué?

Porque él se fue y no volverá en días.

Entonces, ¿Por qué no vas y lo buscas?

¿Buscarlo?

Si lo encuentras volverá, es obvio. Sal a buscarlo.

Lo Buscare y hare que regrese. Aunque solo sea un sustituto de su hijo, lo quiero.

Jeff se levantó del suelo, camino al primer piso y salió, como iba, descalzo, a la lluvia. Estaba haciéndose de noche, camino por el bosque, buscando a su tutor. Al pisar un charco de lodo, resbalo y se estrelló contra el mojado suelo, se hizo un ovillo y ahí se quedó.

El anciano caminaba bajo un paraguas, sus zapatos elegantes se hundían en el suelo, cargaba muchas bolsas de cosas que había comprado en su viaje. Pero se detuvo en seco al mirar de reojo hacia el bosque y en un árbol miro a un chico de cabellos dorados. Estaba recargado en este, empapado. ¿Desde cuándo estaría ahí?

-¡Jeff! Dios mío, ¡Que haces? Ven adentro...- Cargo de un brazo al muchacho. Las bolsas golpearon en el costado al chico.

-Papá...Volviste.- Dijo en un tono alegre pero bajo al oído al viejo. Entraron a la mansión, aventó aun lado las bolsas y subieron a la habitación del joven. Le quito la ropa y le puso el pijama.

-Es mejor que te bañes, te puede enfermar... ¿No?- Sugirió McGucket. En eso pudo oír que tocia su pupilo, parecía que ya se estaba enfermando.-Demasiado tarde, ¿desde cuándo estabas afuera?-

-No lo sé...-

-Bueno, báñate, deja voy a buscar pastillas...-

-si.- El chico sin replicar se metió a la ducha, duro unos minutos, cuando salió estaba su padre, con un termómetro en la mano y pastillas para la fiebre. Se acostó en su cama, tocio varias veces y por fin cayo rendido.-Te espere.- Le dijo a la persona frente a él.

-Ya, ya, te tomare la temperatura...-Puso el termómetro debajo del brazo del chico.

-No te preocupes, estaré bien con dormir, solo está bien solo soy un reemplazo, así que no importa si me enfermo, podrá conseguir otro...-Su voz tembló un poco. El anciano con la barba color plata le miró fijamente sin entender, el pitido del aparato anunciaba que ya tenía la temperatura del chico, era de 38.5 grados.

-Pero, ¿De qué hablas Jeff? ¿Reemplazo?- Pregunto McGucket sacando unas 2 pastillas de la caja.

-Su hijo se ira, y por eso yo estoy aquí para sustituirlo...Lo hare, yo---

-¡Jeff! ¿Me estás diciendo que yo te adopte para llenar el vacío de mi hijo? No seas bobo, tu has sido mejor que mi hijo en muchos aspectos, pero tu eres tu...Y eso está bien porque te quiero asi como eres, no hay necesidad de cambiar nada de ti, bueno todos tenemos defectos, porque somos humanos...- Explica el viejo, Jeff mientras tanto lo escuchaba con atención, cuando termino su boca se abrió en una fabulosa O y casi se ahogaba con su saliva al tratar de gritar algo. Pero eso basto para que el joven volviera a su estado normal, no como los últimos 2 días, que estaba en un trance malévolo.

-¿Así como soy?-Pregunto el rubio.

-Sí, así como eres, tal vez me mostré triste con la noticia de mi hijo pero te tengo a ti ,¿No?-Acaricio la cabeza de su hijo adoptado. Este solo sonrió con sus ojos vidriosos-¿Quieres llorar?-

-¡NO! Solo se me metió polvo al ojo, es solo eso...- Se limpió rápido sus ojos y las próximas lagrimas a salir.

-Hablando de polvo necesitas limpiar tu habitación...-Miro a su alrededor el desorden de días, miro la foto y la rejunto.- Ahora que lo recuerdo te traje algo.- El viejo McGucket se levantó del borde de la cama y a los minutos regreso con un portarretrato.- Para ponerla aquí...Listo.- Se la mostro a Jeff, el portarretrato era bonito, con bordes plateados y un ojo de un color rojo en una esquina.

-Me gustan los ojos...-

-Lo se, Hijo.-

-Hey, ¿Podrías quedarte hasta que me duerma?- Dijo mientras se tomaba una pastilla sin agua. Se acomodó en la cama.

-Si, además también fui a hablar con los padres de los sobrinos de un amigo, vendrán este verano para quedarse a vivir con nosotros, están en universidad, y les queda cerca de aquí, así que tendrás amigos Jeffy...-

-Genial, y ¿Cómo se llaman?-

-Mmmmhhh...Creo que sus nombres eran Dipper y Mabel...Su apellido era Pines.- El chico sintió una agradable sensación, y cerro sus ojos al oír esos nombres, sin duda esperaría el verano como nunca...


Esperándote( Billdip Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora