Piezas

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Cuando Angel entró a mi vida de una forma tierna, sentí mi corazón, como si un millón de piezas de el, volvieran a su lugar, cada que él me miraba, cada que él me besaba.

Es difícil describir lo bien que me hacía Angel, todo esto ni siquiera se acerca a todo lo que él me mejoraba

Así como me podía hacer muy bien, al mismo tiempo, me hacía perder la razón, tenía sentimientos nuevos y no sabia como controlar todas esas emociones que él me hacía sentir.

Yo soy muy controladora, y él me hacía perder el control, eso es lo que siento cuando estoy a su lado, eso es estar enamorado/a , ser vulnerable.

Ceder el control.

Cederlo, era algo muy complicado, porque era todo lo que tenía, y se lo estaba entregando a alguien, el poder de destruirme, el poder de hacerme feliz, él tenía el control ahora.

¿Porque lo hice?
Porque aunque no funcionará, aunque todo se arruinara, aunque me sintiera miserable y sola, la pequeña posibilidad de tener un momento con el, un recuerdo bello, era infinitamente mejor que no arriesgarme, que dejarle ir sin intentarlo.

Porque él me inspiraba, me mostraba que la felicidad era algo que podía tener en mi vida, porque nunca pensé que volvería a ser feliz y luego lo conocí.
Cambió todo para mí, salvo mi vida, estuvo a mi lado cuando necesite un amigo, me hizo reír, me hizo bailar, me hizo llorar y enojar, pero sobre todo, cada día me hacía feliz, me hacía ver que me quería, que no quería arruinarlo nunca más.
Y por esas y millones de razones más

Le cedí el control

Nos hizo falta tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora