Capítulo 4: La chica de ojos verdes

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No se donde me encuentro, todo se ve muy borroso, parece que es de dia, porque siento como la luz del sol me llega en mi rostro, cada vez veo mejor lo que tengo frente, fuego, veo fuego, algo se está consumiendo por las llamas, me percato que son vehículos, ¿donde estoy?, ¿qué hago aquí?, hace unos segundo estaba en el parque con esa horrible criatura de tres cabezas, ¿estoy muerto?, no lo creo, algo sostiene mi mano al costado, me giro para ver, es una persona, subo la mirada, pero no distingo bien su rostro, por su silueta es una mujer.

Está moviendo los labios, me está diciendo algo, pero no logro escuchar, se acaba de arrodillar, está sacando algo de su bolsillo, lo toma con las dos manos, me doy cuenta que es mi colgante, me lo acaba colocar alrededor de mi cuello, es ella la que me salvó cuando era pequeño, pienso, pero no se porque no veo su rostro, solo sus labios, ahora que me doy cuento no recuerdo bien como era su rostro, no se si era joven o mayor, solo se que era una mujer, todo está en silencio, hasta que escucho su voz que me dice:

-- Te estare esperando en santiago cuando seas mayor pequeño Alexander es una promesa--Me sonríe y desaparece de mi vista, todo comienza a desaparecer, hasta quedar en total oscuridad, ahí me doy cuenta que era un sueño, un recuerdo, solo debo despertar.

Comienzo a abrir de a poco mis ojos, veo una luz brillante que apunta a mi cara, es demasiado fuerte, lastimaba mis ojos, por lo que no me deja distinguir donde me encuentro, de poco mi visión comienza a adecuarse a esta luz, me encuentro en una sala en una camilla,  parece que estoy en un hospital,  me siento, en eso siento un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza, me toco con las manos, tengo algo puesto, es un vendaje, ahí recuerdo que es donde me hice la herida al caer de la estructura en el parque, en eso observo que la puerta se abre y entra una mujer,era la mujer encapuchada, ahora distingo bien su rostro,  tenía unas facciones muy bellas, unos labios muy bien formados y carnosos, su piel era morena, tenía el pelo negro y largo, pero sus ojos eran los que más resaltan, ya que son de un color verde esmeralda muy fuerte, preciosos pensé, en eso ella se acerca donde estoy, hasta quedar al lado.

--¿Cómo te sientes?--Me observa la cabeza.

--Creo que bien, solo me duele la cabeza--respondo--¿Dónde estoy?

--En el hospital de la florida-- se sienta en la silla al costado-- yo te traje después de que perdieras la conciencia.

--En eso recuerdo a la criatura--¿ que paso con la criatura?, ¿cómo lograste escapar?--Pregunte muy exaltado, en eso ella coloca su mano sobre la mía.

--Calmate-- Mira hacia el suelo-- La criatura se podría decir que esta muerta.

Mis ojos se abrieron los más que podían producto de la impresión-- Pero como, ¿tu la mataste?--Ella asiente-- Imposible, si era tan grande, tenía tres cabezas con unos colmillos gigantescos e inmensas garras, como lo hiciste.

Ella me observa, se notaba que no sabia que responder hasta que dijo--Mira calmate, todas tus preguntas seran contestadas a su tiempo--dice.

--¿Como que a su tiempo? , quiero las respuestas ahora, y quiero saber ¿que era esa cosa?-- dije molesto y exaltado.

--En eso ella aprieta mi mano, parece que estaba tensa por la situación--De momento te voy a pedir que no digas nada de la criatura, inventate una historia de cómo te caíste y te golpeaste la cabeza en el pavimento, es de suma importancia que nadie sepa lo que paso realmente--Me observa con esos ojos grandes y verdes en forma de súplica-- Se que estas molesto y asustado por lo que paso, pero como te dije ya te contestare todo lo que necesites saber, solo te pido que esperes un poco--Me toma la mano esta vez con ambas suyas, y me vuelve a mirar con esa mirada de súplica, por lo que no pude evitar ceder a su petición.

Señores OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora