Capítulo 9: Juramento

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Nos demoramos alrededor de media hora en llegar, le pague el doble como había acordado con el taxista, en ese momento no me importaba el dinero mi mente pensaba en lo que debía estar sufriendo mi prima por mi culpa.

Comencé a subir al cerro por la entrada principal, era inmenso y largo, no se como podre encontrar a los tipos que tienen a mi prima, hasta que en una desviación del camino principal vi a uno de los poseído que me atacó esa noche, este al verme comenzó a huir.

Corrí y corrí detrás de él, pero no lograba alcanzarlo, era demasiado rápido, hasta que lo vi entrar en una casa  con una cruz en la entrada, al encontrarme al frente de la puerta no sabía si entrar o no, podría ser una trampa, y estaba a punto de caer en ella, pero qué otra opción tenía, tienen a mi prima y le pueden hacer daño, por lo que junte todo mi valor y entre.

Estaba un poco oscuro dentro, era un gran salón con varias filas de banca ubicadas unas en la derecha y las otras en la izquierda dejando un pasillo en el centro que daba a un podio, y detrás del podía un crucifijo grande que por la oscuridad no lograba ver bien, me encontraba en una capilla, y por los vidrios rotos, el deterioro de las paredes y los rayados por todos lados, me di cuenta que estaba abandonada.

Me percate que al costado izquierdo del podio había una puerta, por ahí debió haber escapado el poseído, comencé a acercarme lentamente al podio, pero una vez que logre ver el gran crucifijo, mi piel se heló al ver que la figura que estaba crucificada no era más que mi prima Victoria, y debajo de ella había un gran charco de sangre que había perdido de sus manos y pies.

Victoriaaaaaaaa!!!--Grité y corrí donde se encontraba--Victoria, Victoria despierta!!-- La intentaba hacer reaccionar, mis lagrimas ya no aguantaban más y comencé a llorar--Despierta por favooooor!!--En eso comenzó a reaccionar.

--¿Alex eres tú?--Su voz era débil.

-Si soy yo--Veía cómo corría sangre de sus brazo y piernas--Te bajare de inmediato, te dolerá un poco.

--No espera Alex--Dijo débilmente--Tienes que huir, ellos, ellos te quieren a ti.

--No te abandonaré--Grité, e intenté tomar la enorme cruz, pero era demasiado peso para mi--Mierda, mierda, vamos otra vez--Volví a intentarlo con más fuerza, pero me era imposible sacarla de ahí.

--Alex tranquilo, huye y sálvate--Dijo victoria con lágrimas en los ojos--no te preocupes por mi, estaré bien--Forzó una sonrisa, pero le fue difícil con todo el dolor que estaba sufriendo.

--Como que estarás bien, si no te saco luego y te llevo a un hospital te morirás desangrada, espera llamare a la policía y a una ambulancia--Saco mi celular y antes de marcar escuchó el chirrido de la puerta.

--Yo que tu no haría eso si no quieres que muera--Era Mauricio y apuntó en dirección a la puerta por donde entre, y se encontraba los poseídos que me atacaron el día anterior.

--Maldito como le hiciste esto a mi prima, no que te gustaba--Grite molesto.

--Se comenzó a reír-- Gustarme, perdóname pero no es mi tipo--Me mira con malicia--Puede que al otro Mauricio le guste.

--¿A que te refieres?--Pregunté.

--¿Tu piensa que soy Mauricio?--Se rio.

--Si, quien mas podrías ser--Me moleste.

--Idiota--Se ríe--Mauricio ya no existe en este cuerpo hace ya varios días, me conocen como el marionetista, y soy un demonio.

--¿Qué quieres de mi?--Estaba asustado.

--¿Qué quiero?--Se ríe burlescamente--Que mueras--Dijo y mi piel se erizo.

--No lo escuches Alex y huye--Gritó victoria desesperada--Déjame y sálvate--Sus lágrimas caían por sus mejillas, esto le causó gracia a el marionetista.

Señores OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora