Capítulo III

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Una alarma despertó a Adele, ¿qué era?, parecía una alarma de incendio, evacuación de ciudad o país, lo que fuese, estaba sonando demasiado fuerte y la estaba matando del dolor de cabeza. Comenzó a reaccionar y esa ruidosa alarma que sonaba no era más que su teléfono celular.

- ¿Aló? – Contestó aturdida, adolorida, perdida...

- Buenas tardes!, hablo con la señorita Adele Adams?

- Sí, con ella - ¿Por qué me grita?, pensó aún dormida.

- Hola Adele!, te llamo desde la Agencia PubliTouch, empresa a la cuál postulaste para el puesto laboral de Publicista...

- ¡Oh, sí! – Ya más despierta

- Quería saber si tienes disponible el día de mañana a las 10:00 am para una entrevista.

- Sí, dame un minuto para buscar un papel y lápiz – Dijo apenas levantándose de la cama

- No te preocupes, tenemos tu correo, te enviaré los detalles de la entrevista por allí, si te parece bien.

- Mucho mejor – Contestó Adele volviendo a la cama.

- Hasta mañana Adele, mucho éxito!

- Gracias! – Dijo mientras cortaba.

¿Qué hora era?, sentía que no había logrado dormir ni 5 minutos, pero no, habían llegado a las 07:00 am a su departamento y eran las 13:30 pm.

- ¿Tanto dormí y siento que fue tan poco? – Aún seguía intentando despertar - ¡Nacho! – Gritó esperando alguna respuesta de su mejor amigo.

- ¡En la cocina Bella Durmiente! – Respondió.

- Nacho, ¿por qué no me despertaste? – Le preguntó mientras se sentaba en una silla de su cocina y dándose cuenta del rico aroma que había.

- ¿Para qué te iba a despertar?, no tienes nada que hacer y tú no estás acostumbrada a las fiestas, así que me imaginé que agradecerías dormir un poco más de lo habitual... Hice el almuerzo!

- Huele demasiado rico, ¿qué cocinaste?

- Un mariscal para levantar tu ánimo, cuerpo, alma y vida. –Respondió mientras servía.

- Gracias, lo necesito. – Probó la comida – Está muy rico! – Dijo encantada.

- Lo sé, es un don. – Respondió Nacho con orgullo - Escuché que sonó tu celular...

- Querrás decir la alarma de emergencia para evacuar el país.

- ¿Cómo es eso? – Respondió riéndose.

- Eso pensé al principio cuando lo escuché, la fiesta me dejó tan mal que fue como escuchar una alarma de emergencia, escandalosa, donde debía arrancar o moría, pero no, era solo mi celular con su inocente tono de llamada.

- Ya veo – Seguía riendo ante la aclaración de su amiga - ¿Y?, ¿Quién era?, ¿alguna chica a la que le diste tu celular anoche? – Sonando picarón.

- No, anoche solo estuve contigo, ¿en qué momento haría eso?

- Cuando yo me fui con el chico que me coqueteó, por ejemplo. – Nacho estaba expectante esperando a que Adele le contara algo así. En ese instante ella recordó a la chica hetero de cabello castaño, la hermosa chica que la hipnotizó. Algo se le movió en el estómago al recordarla, ¿esas son las mariposas de las que hablan?, como iba a sentir eso por alguien a quién ni siquiera conoce, que tontería. - ¡Ya pues!, respóndeme!

AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora