Capítulo V

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Habían pasado tres días de que había asistido a la entrevista y no había tenido noticias de cómo le fue, pero por el pasar de los días, asumía que mal. Sentía una leve decepción, pensaba que quedaría. Para no seguir desanimándose decidió salir. Necesitaba aire fresco, así que tomó un libro, sus llaves, cartera y se fue a un parque que quedaba cerca de su departamento. Buscó un asiento libre, pero todo estaba ocupado, así que finalmente se sentó en el pasto y apoyada en un árbol comenzó a leer. Luego de un rato, pensó que cómo en un libro el amor lo pueden describir de una forma tan simple cuando es tan complicado, no es tan fácil como que conozcas a alguien, le hables y en seguida se enamoren perdidamente. ¿Habrá alguien en la vida real al que le habrá pasado eso?

Con melancolía observaba la vista que tenía. Niños corriendo, madres y padres jugando con ellos, comiendo, otras parejas más jóvenes disfrutando de su noviazgo, otros discutían y así había un sinfín de escenas que podía notar. Su celular comenzó a sonar.

- ¿Aló? – Contestó sin ver quién la llamaba, distraída.

- ¿Adele Adams?

- Sí, con ella.

- Hola. Te habla Miranda Olguín, ¿te acuerdas de mí?

- ¡Hola Miranda!, claro que me acuerdo de ti – Cómo no acordarme de ti, pensó.

- ¿Cómo estás?

- Bien, gracias. ¿Y tú?

- Bien también, gracias. Adele, no te quitaré tanto tiempo. Quería decirte que finalmente tomamos una decisión y quería informarte que el puesto es tuyo.

- ¿De verdad?, pensé que ya no me llamarías. ¡Muchas gracias!

- Te dije que llamaría si era buena o mala noticia, ¿recuerdas?

- Sí, es que todos dicen lo mismo... -Rio.

- Lo sé, pero yo sí cumplo lo que digo – Se notaba que también reía –

- Así veo, ¿cuándo empiezo? – Preguntó.

- El Lunes, te enviaré el detalle a tu correo, ¿bueno?

- Perfecto. Muchas gracias Miranda

- No me des las gracias. Gracias a ti. ¿Te veo el Lunes?

- Sí, nos vemos el Lunes.

- Cuídate Adele. Un beso. – Cortó –

Ahora Adele se sentía feliz, encontró un buen trabajo y si se lo proponía, podía abrir su carrera a nivel Internacional. Llamó en seguida a Nacho para contarle la buena noticia y obviamente este le insistió que debían salir a celebrar. Era Viernes y la noche era joven como le decía su mejor amigo.

Eran las 23:30 hrs y Nacho ya estaba en el departamento de Adele.

- ¿Estás lista? – Le preguntó mientras entraba –

- Sí, estoy lista. ¿Dónde iremos?

- Te ves tan... guapa. No entiendo como sigues soltera.

- Porque no he querido estar con alguien puede ser.

- Morirás virgen, amiga mía.

- Cállate.

- Si quieres, puedo ayudar y buscarte alguna candidata – Le propuso Nacho. En ese instante Adele se preguntó si él conocería a aquella chica de cabello castaño - ¿Lo estás pensando?, acepta por favor.

- ¡No!, no lo estaba pensando. No quiero nada de esos encuentros preparados, me escuchaste bien, ¿Ignacio? – Respondió firme.

- Está bien, no te enojes. Hoy es tu noche. Iremos a un bar, no al mismo que la última vez, como sales tan poco, quiero que cada vez que lo hagamos sea un lugar nuevo.

- Ok. Vamos entonces – Adele no pudo evitar sentir algo de decepción. Quería volver al último lugar a ver si volvía encontrarse con ella.

Ignacio y Adele ya estaban en la disco, obviamente en sector VIP. Su mejor amigo era conocido en casi todas – por no decir todas – las discotecas de la ciudad.

- Toma lo que quieras nena, esta noche yo invito – Le gritó Nacho.

- Gracias – Sonrió. – ¿Me das un Tequila Frambuesa, por favor? – Le pidió al Barman.

- ¿Crees que estamos en un Happy Hour o qué?

- Dijiste que podía pedir lo que quisiera. La última vez que te hice caso apenas y me recuperé. Así que hoy tomaré algo más suave y de mi estilo.

- Ok, como quieras.

Adele sonrió mientras comenzaba a observar el lugar. Era un buen ambiente, la música estaba perfecta.

- ¿Quieres bailar? – Una chica se le acercó.

- Uh, no. Muchas gracias, estoy con mi amigo – Señalando a Nacho que estaba bebiendo su trago –

- Por mí no te preocupes, querida – Respondió su mejor amigo con evidente satisfacción –

- No, de verdad que no te dejaré solo – Diciendo con un tono casi de súplica para que Nacho la salvara 

- No te preocupes, entiendo que no quieras. Igual que lástima, eres lo más hermoso que he visto esta noche. Cualquier cosa, me hablas. Estaré por ese sector – Señalando hacía el lado derecho de la disco 

- Gracias por entender – Le sonrió Adele con vergüenza. Veía mientras la mujer se iba - ¿Por qué hiciste eso? – Retando a Nacho –

- Siempre es divertido verte en ese tipo de aprietos – Dijo riendo.

- Te odio.

- Me amas. A veces es bueno que te atrevas a dar ese tipo de pasos. Era solo bailar, no te estaba invitando a tener sexo salvaje, querida.

- Lo sé, pero sabes que no soy de las que baila con alguien que no conozco. Prefiero hacerlo contigo.

- Entiendo, sé que soy muy sexy y no te quieres despegar de mí – Respondió con orgullo - ... ¡No lo puedo creer!, ¡Viene para acá mi más hermosa inspiración! – De repente dijo Nacho muy emocionado - ¡Miranda Olguín!

- ¡¿Qué?! – Adele quedó sorprendida. Comenzó a voltearse a la dirección que Nacho miraba.

- Hola – Dijo Miranda mientras llegaba a donde estaban a ambos.

AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora