Eran las 10:00 am y Adele estaba en el lugar de encuentro tan puntual como ella es. Preguntó por la Psicóloga y le dijeron tenía que esperar, estaban entrevistando a otra persona, una posible rival, pensó cuando le dijeron que esperara. Mientras lo hacía, leía un libro que llevó para tranquilizarse un poco.
- ¿Adele Adams? – Una voz femenina interrumpió su lectura.
- Sí, soy yo – Respondió mientras guardaba su libro y miraba a la mujer. Le llamó la atención dos cosas de inmediato. Uno, era muy joven, de su edad tal vez. Dos, era muy atractiva. Ojos color azul, pelo negro, alta, piel blanca y usaba unos lentes que la hacía ver muy sexy.
- Hola, mi nombre es Miranda Olguín – Estirando la mano.
- ¡Hola!, mucho gusto – Sonrió nerviosa mientras le daba la mano intentando calmar sus pensamientos.
- El gusto es mío. Por favor, acompáñame para que comencemos con la entrevista.
Mientras caminaban hacía la oficina de la Psicóloga, Adele iba observando todo. Un edificio lleno de arte, de colores, de vida. Simplemente le encantó. Al momento de que Miranda le indicó que entrara, se percató que la oficina también estaba decorada, el espacio era grande.
- Por favor, toma asiento. ¿Quieres un café? – Ofreció la Psicóloga.
- No, muchas gracias. Tomé café antes de venir aquí – Respondió educadamente.
- Me lo imaginé. Bueno, comencemos... – Adele estaba distraída, esa mujer era muy sexy y eso debía ser un pecado para alguien que hace entrevistas, ¿a cuánta gente habrá intimidado por ser tan atractiva solamente?, ella definitivamente sería una de ellas – Vives en el centro, eres soltera, tienes bastante experiencia en el puesto y además, tus referencias son muy buenas. Mi pregunta es, ¿por qué estabas sin trabajo?, llevas dos meses sin nada.
- Sí, es que he trabajado harto y quise tomarme un descanso. Creo que dos meses fue suficiente, ahora estoy lista para trabajar y comenzar nuevos desafíos laborales.
- ¿Vives sola?
- Sí, vivo sola.
- Interesante... ¿tampoco tienes hijos?
- No, no tengo. Vivo sola, sin hijos.
- Tú sabes que esta empresa es muy prestigiosa – Le dijo la psicóloga – Por lo mismo, la exigencia de trabajo es bastante. ¿Crees que podrás con eso?
- ¡Claro que sí!, ya he tenido este desafío antes.
- Bien, te comento que en este puesto debes encargarte de la Publicidad de cada producto que nos entreguen nuestros socios y además, debes hacerte cargo de un equipo de ventas que siga tus instrucciones y tus planificaciones. Por cada producto que un socio nos entregue para que le promovamos, debes tener un mínimo de ventas. Eso se debe cumplir. El equipo en el que estarás a cargo tiene 5 colaboradores. – Adele tomaba nota de todo, a veces se distraía por lo sexy que era esa mujer y luego volvía en sí para poner atención - ¿Crees capaz de lograrlo?
- Sí, sí puedo... pero para que tú puedas saber eso, me debes probar primero – Ok, eso sonó pésimo, pensó Adele –
- Encantada lo haría – Respondió la psicóloga riéndose al ver como la postulante se colocaba cada vez más colorada – Ahora necesito que respondas lo siguiente – Le entregó un papel y un lápiz – Tómate tu tiempo para responder, cuando termines, me avisas, ¿bueno? – Le sonrió y eso la estaba derritiendo.
- Está bien – Miró hacía su alrededor - ¿Lo respondo aquí mismo?
- Te puedes sentar allí – Le indicó una mesa que había dentro de la misma oficina –
- Gracias – Adele se puso de pie y fue hacía la mesa que le habían indicado.
Pasaron alrededor de 5 minutos y respondió todo. No eran preguntas de inteligencia, eran más de esas preguntas típicas si quería tener hijos – no - , si tiene disponibilidad para viajar – por supuesto que sí - y así con varias más.
- Terminé. – Dijo Adele mientras se ponía de pie.
- No, quédate allí. Voy en seguida, quiero verificar algo. – La psicóloga se puso de pie en dirección a donde estaba la postulante. Adele solo observaba aquella escena y cada vez verificaba que aquella mujer era verdaderamente atractiva, su cuerpo era increíble, su caminar era muy seguro y siempre estaba sonriendo, lo cual hacía que todo fuera muy agradable. Se acercó tanto a Adele, que hizo que esta inmediatamente se pusiera roja como tomate. – Tranquila, no muerdo – Le dijo Miranda de una manera tan particular, que si no supiera que era una entrevista, creería que le estaba coqueteando. Sintió su aroma, era parecido a... ¿frutas? O algo así le hacía recordar, algo fresco y dulce. Miranda tomó la hoja que tenía que llenar y comenzó a leer.
- ¿Todo bien? – Fue lo único que se ocurrió decir ante la escena, quería parecer lo más natural posible, aunque su cara roja y transpiración en las manos dijeran lo contrario –
- Sí, todo bien. Quería ver qué habías puesto. – Le respondió mientras sonreía – Bien, analizaré algunas cosas más y apenas sepa algo, te llamaré. ¿Bueno?
- Perfecto. Muchas gracias Miranda – Adele se puso de pie –
- Gracias a ti, Adele. – Le dio la mano y guio hasta la salida – Te llamaré si la respuesta es positiva o negativa. Adiós Adele – Le guiñó el ojo, se dio media vuelta y volvió hacía su oficina –
- Adiós Miranda – Le respondió.
De verdad esa mujer la dejó aturdida, ¿existe gente así en el planeta y ella no sabía?, era coqueta, sexy y segura de sí misma, algo que ella aunque tuviera, no sería capaz de utilizar. Al llegar al departamento, llamó a Nacho para contarle todo, luego llamó a su madre para ver cómo estaba todo por allí y una vez terminaron de hablar, se recostó a leer un poco. ¿Qué sería de la chica de cabello castaño?, ¿por qué pensaba en ella?, en realidad sí sabía porque pensaba en ella, porque esa chica la hechizó, era hermosa, pero si era tan hermosa como pensaba, ¿por qué no pensaba de esa misma forma por la psicóloga?, aquella mujer era tan sexy que opacaba a cualquiera que se pusiera a su lado.
¡Qué frustrante todo! – Pensó. Tomó su laptop e hizo una rápida búsqueda en internet con el nombre de Miranda Olguín. Las palabras que más se repetían eran "Psicóloga" –porque obvio, era psicóloga- , "Sexy" – porque definitivamente era muy sexy - , "Exitosa" – por la empresa donde trabajaba – y una última que la hizo colocarse involuntariamente roja igual o peor que cuando estaba en la entrevista. "Lesbiana" - ¿Qué? – efectivamente. Miranda Olguín era una conocida Psicóloga abiertamente homosexual y ella no tenía idea. De repente le vieron las frases con las que pensó que le coqueteaba. "tranquila, no muerdo". "encantada lo haré". ¡Dios!, ¿por qué no se le ocurrió averiguar más antes de ir a la entrevista? ¡No!, un momento, si lo hubiera hecho, habría reaccionado peor en la entrevista, mejor que no haya sabido nada. Tanto pensar hizo que le doliera la cabeza, así que decidió tomarse un té e irse a dormir.
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Adele
RomanceAdele Adams es una mujer solitaria. Lo más emocionante que pasa en su vida diaria, es cuando en un libro que lee pasa algo interesante. No, no tiene amores y no es porque no sea atractiva, su mejor amigo siempre le dice que tiene un cuerpo envidiabl...