Capitulo 3

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-¿Zayn?-dije con voz insegura.

A lo mejor el golpe había sido más fuerte y me había desmayado. No había forma de que Zayn Malik estuviera allí conmigo tocándome como si fuera de porcelana. Aunque no sabría decir por qué Zayn estaría presente en mis sueños.

-Rosie, te hice una pregunta, ¿Esos idiotas lograron... Hacerte algo?

-No lo que piensas.-negué abriendo lentamente los ojos y, Oh vaya, Zayn estaba realmente ahí.-Por lo menos dejé a uno de ellos estéril.-informé sonriendo.

Escuché algo parecido a una risa por parte de Zayn. Haciendo mi sonrisa aún más grande a pesar del dolor que se producía cuando hacía cualquier gesto facial.

-No puedo creer que estés bromeando en un momento como este.-bajó la mano que tenía en mi mejilla hasta mi cintura y pasó el brazo restante bajo mis rodillas.

-E-Espera, ¿Qué estas haciendo?-tartamudeé sonrojada. Esto parecía demasiado de princesa para mi.

-Te cargo.-ya me lo podía imaginar con una de sus perfectas cejas arqueada a pesar de la oscuridad.

-Em... Yo... Esto... Yo traía unas bolsas, ¿Crees qué podrías... Ayudarme a recogerlas?-me di un golpe mental. Torpe, torpe, torpe. Se va a reír de ti toda la vida si sigues hablando como una Sosa.

Pero en vez de burlarse, como esperaba, el dijo con voz tranquila:

-Claro.

Se agachó donde estaban las bolsas y agradecí que estuvieran en perfecto estado. Por lo menos algo me salía bien hoy.

No supe cómo hizo Zayn para sostener las bolsas y caminar conmigo en brazos al mismo tiempo. Pero claro, en esa posición, podía sentir los músculos de sus bíceps tensarse contra mi cuerpo. Eran aproximadamente del tamaño de mi cabeza. Bueno no tan así, pero eran grandes.

-Esto... Zayn, creo que... Ya puedo hacerlo sola.-dije después de verlo andar un par de cuadras.

Él hizo lo impensable. Agachó la mirada y me sonrió. Como, en una sonrisa real, que me hizo teñir las mejillas de un rojo más potente.

-No, Rosie.

-Em... B-Bueno... ¿Cómo sabías...?

-¿Qué estabas allí?-dijo quitándome las palabras de la boca. Me límite a asentir avergonzada.-Para empezar, esa era mi casa.-sonrió tenso mirando hacia la nada.

Tragué duro. Oh, que pena.

-Lo siento.-susurré.

Zayn frunció el ceño. Ahora si veía una expresión a la que estaba acostumbrada.

-¿Por qué?

Me encogí de hombros.

-No sé, por hacer una escena de ese tipo allí, supongo. Y por hacerte cargar conmigo. Siento ser una molestia.

-Eso no fue tu culpa, ademas, Tú eres la única persona que no es una molestia para mi, Rosie.

Me congelé allí en sus brazos. Esa podía ser la cosa más tierna que le haya oído decir al tipo intocable de la escuela. Hasta sé me estaba olvidando respirar. Aunque no sabía por qué estaba haciendo tanto espectáculo, de todas formas, nunca hablábamos así que podría haberle dicho lo mismo a mil y un chicas más. Sin embargo, en el fondo, presiento que a él le sorprendió tanto como a mi su reciente confesión.

-Gracias, Zayn.-de pronto me sentía llorosa. La fachada de chica fuerte se estaba derrumbando, vale, ¡Pero por qué allí en frente de Zayn!-En serio, gracias.

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