//Acercamiento peligroso//

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Miré con atención el reflejo de mi cuerpo en el espejo.

A pesar de que el agua se había llevado todas las sustancias pegajosas, aún seguían ahí las marcas rojas sobre diferentes áreas de mi piel, el dolor también lo hacía.

Nuevamente Craig lo había hecho, a pesar de que se lo había pedido durante el acto, él no se detuvo en dejar de morderme y sujetar con fuerza mi piel.
La figura de sus manos y su boca adornaba gran parte de mi piel.

Eso ya era característico de mi.

Con mis dedos tocaba las marcas, que pronto dejarían el color rojo por uno morado.
Dolían aún más si las tocaba.

-¿Qué tanto miras?

Mire a través del espejo a Craig, que descansaba despreocupado en la bañera.
Su mirada estaba clavada en mi, en mis movimientos, en mis hombros.

Apreté con fuerza mi mano que tan sólo hace un segundo había acariciado la herida que remarcaba en mi clavícula.

-Duelen más de lo normal.

Susurre manteniendo mi mirada con la de él a través del cristal.

La expresión de Craig no cambió en ambosluto, pero si su punto de observación.
La sensación de ser revisado de arriba a abajo me hacía sentir una presión inmensa y en especial si se trataba de él.
Los azulados ojos del pelinegro lograron hacerme desviar la mirada.

-Puedes caminar esta vez.
Alégrate de ello.

Regresando mi visión a mi reflejo, clavando mis ojos en mi mismo.
Asentí como si de esa manera yo me pudiera convencer de ello.

-¿No te gusta que lo haga?

Aprete con algo de fuerza los labios.

¿Esto era masoquismo...?
No.
No me excitaba ser maltratado, pero de alguna manera no daba la fuerza suficiente como para oponerme a ello.

A veces pensaba, que ¿qué pasaría si otra persona intentará morderme o hacerme algo parecido a lo que Craig hacia conmigo?.
Siempre sabía la misma respuesta.
Me negaría rotundamente y lo mandaría a la mierda.

Pero de igual manera, después de ello me venía a la cabeza algo que me preguntaba a cada segundo, pero que en cierta parte no deseaba descubrir: ¿cuál era la razón de permitir que él me hiciera todo eso?.

Asentí débilmente.

-Entonces no te quejes.

Por un instante me sentí débil.
Débil por el hecho de ser herido por sus frías palabras.
En mi interior quería que tomará responsabilidad sobre los tratos que me daba, quería que por un segundo dejara a un lado su egoísmo y cuidará el daño que me había hecho, sin sentirse obligado a hacerlo.

La luz de la mañana ya iluminaba la habitación del baño.
No había tiempo para meditar mis deseos ni darle más vuelta al asunto.
Sería mejor que tratase de continuar como siempre.

Era mejor que reprimiera todo este asunto en mi cabeza.

-Es mejor que nos... ¡Ngh!

Deje salir un grito en cuanto mi cuerpo se detuvo de golpe cuando gire, encontrándome con la presencia del azabache detrás de mi.

Él me miraba fijamente, su rostro no emitía nada, ni siquiera intimidación, pero en cierta forma al tenerlo así me hacía sentir raro.
Las manos comenzaron a temblarme.
Esperaba que mis piernas no me fallarán, tampoco mi voz.
Para suerte mía era imposible que él notará lo alterado que estaba mi corazón.

Odiame mañana (Tweek & Craig)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora