//Más allá de un simple pensamiento//

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Mire el móvil, ya pasaban las 5 am.
El cielo aún estaba demasiado oscuro como para considerar que la mañana se aproximaba, y el frío te motivaba a estar aún dentro de la cama y no mantenerte en un viejo sofá siendo sólo una sudadera la que te protegiese de la baja temperatura.

Craig no se había movido en toda la noche, estaba demasiado cansado como para tomar una posición más cómoda.
Le había visto casi durante toda la noche, aquella gran cantidad de tazas de café me habían quitado el sueño nuevamente.
Sabía que esto no era bueno, las marcas oscuras por debajo de mis ojos eran cada vez más notables.
Sin embargo, eso no me preocupaban tanto como el querer saber en que líos andaba metido Craig.

Ultimamente andaba más concentrado en sí, siempre a la defensiva, preparado para atacarte verbalmente cuando intentabas saber algo.
Algo que me fastidiaba, tanto a mi como a Token y Kenny.

Aunque ahora no era muy cercano a ellos, podía notar su preocupación por el azabache de igual manera.
Pero era imposible poder acercarte a él de la forma en la que los tres deseábamos.
Sin embargo yo era quien más lo lamentaba.
Al final de todo, era yo quien lo miraba en sus peores momentos.

Lo único que deseaba era que él pudiese hablar conmigo.
Todo esto estaba provocandome un daño cerebral, y un dolor de estómago.

Pero lo que me enfermaba, era el hecho de que, a pesar de siempre estar juntos, y ser yo quien presenciaba sus estados de ánimo, no conocer ahora nada de ese chico más lo que él quería mostrar.
¿Quién diablos era Craig Tucker ahora?
¿Quién diablos era yo en realidad?

Antes de todo, habría insistido por que me dijera las cosas, sin embargo, ahora hacia como si no me diera cuenta o como si no fuera mi asunto.
Pero si lo era.

No soportaba pensar cuantas cosas se guardaba para si mismo, cuantas veces se había tenido que tragar todo eso que lo estaba ahogando, cuantas veces había reprimido las ganas de sentirme mal.
¿¡Por qué mierda yo no hacía nada!?

Pero las cosas no eran tan fáciles como para simplemente llegar y decir: ¿Qué pasa amigo?
Ya no éramos los mismos.

Y odiaba haber dejado que las cosas tomarán esa dirección.

Mi mirada permanecía encima de él.
Pocas veces podía mirarlo tan fijamente si sentir la presión recorrer mi cuerpo.

Siempre llegaba a lo mismo cuando lo miraba.
Era demasiado atractivo.
Y esa era una de las principales razones por las que él era tan popular con las chicas.
Hacían un verdadero drama cada vez que él asistía a clases, siempre intentando hablarle o insistían en que las acompañará a sus respectivas casas.
Lo único que lograban era molestarlo, y extrañamente ese les parecía aún más atractivo y genial, aunque cierta parte de mi también lo gozaba.

La mayoría de ellas eran muy agradables, pero él las rechazaba por completo.
Esos senos grandes, cabellos suaves, sonrisas impecables, era rechazadas y reemplazadas por alguien como yo.
No me cabía la idea de que alguien como yo fuera el desahogo sexual de Craig.
¿Qué veía de bueno en mi?, ¿cuales eran sus sentimientos?.

Eramos una pareja, ante los ojos de la mayoría, pero ante los mios o los de Craig no lo parecíamos.
Éramos más como compañeros sexuales.
Sin embargo yo lo amaba, aunque no podía esperar el sentimiento por parte de él.

Jamás lo había escuchado decir siquiera que me quería, o al menos que le gustaba, así que me era imposible si quiera imaginar a Craig diciéndome que me amaba.
Eran el tipo de cosas que no se esperaban, a pesar de desear escucharlo.

El gruñido de mi estomago intervino rompiendo todos aquello pensamiento y exigiendo mi atención.

Todo había ocurrido de una manera tan inesperada durante la noche que ni Craig ni yo habíamos tenido la oportunidad de comer algo.

Odiame mañana (Tweek & Craig)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora