Oh, oh.

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Él me mira, con el ceño fruncido y una mirada oscura.

— De vuelve eso—dije arrebatándoselo, pero el fue más ágil y no lo logré —.

— Te lo repetiré una vez más, ¿de donde lo sacaste?.

¿Qué le importa a él? ¿Por qué tanta importancia?

Suspiro mientras cierro los ojos.

— ¿Serías tan amable de meterte en tus asuntos y devolver lo que no es tuyo?

Liam me mira por última vez, y luego me tiende el collar.

— ¿Cuál es tu nombre?

¿No le había dicho?

— Fatime.

— ¿Enserio?

— No.

Me voy corriendo de allí hasta la salida, salgo y respiro todo lo que pude. Noto que me ha seguido, ¿Pero que problema tiene?
Me volteo pero no veo a nadie, además de las calles llena de personas desconocidas.

Resoplo y me dirijo a donde iría.

14 años antes.

No recuerdo...

Mis padres suspiraron y se levantaron.

Debemos tener cuidado—dijo papá a mamá —.

Subo a mi habitación y cierro la puerta con seguro, abro la venta de marco blanco y me fijo si Gabriel está allí, pero no lo veo. Cierro la ventana y me dirijo a dormir, no me importa si mamá me regañaría si duermo con ésta ropa.

Al voltearme Gabriel está sentado en el mueble con la mirada puesta en .

Me acerco a él y me siento en el suelo junto a él.

— ¿Cómo entraste?

Solo me teletrasnporto.

Lo miro sorprendida, todo de él me sorprende.

— ¿Como lo haces?

Solo lo pienso—sonríe—.

— ¿Por qué yo no lo hago?

Porque no eres como yo.

Frunso el ceño.

— ¿Y como eres ?

OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora