Brad Pitt

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Tocan la puerta del baño desesperadamente, ya no estoy llorando, solo trato de mantenerme acorde y mantengo mi vista neutra.

— ¿Tris...?

Al solo pronunciar mi nombre, hace que algo muy dentro de mí, salte de felicidad, pero otra me hace fruncir el ceño.

—...¿Miguel?

Él entra sin cerrar la puerta y me mira, sin pensarlo dos veces me abalanzó a sus brazos. Él me sostiene y acaricia mi cabello.

— Tranquila... ¿Qué ah pasado?

Dejo descansar mi cabeza en su pecho y cierro los ojos.

— Vi las noticias...

— Entiendo, lo siento tanto.

Solo me limito a subir mis hombros y bajarlos de nuevo.

— No tiene caso, pero tenlo por seguro que cobraré todo el daño que nos causó. Si es posible matar y pasar por millones de personas, lo haré.

Miguel me aferró más a él y beso mi cabeza.

— Lo haría contigo.

Pasaron los segundos, los minutos y las horas, hablando de las cosas del pasado. Él había entrado a mi habitación porque estaba de paso por aquí y había dejado la puerta abierta así que entró cuando escuchó los vidrios romperse y gritos que salían de mi boca.

— ¿Y tú novia?

Estábamos acostados en mi cama boca arriba, yo tenía mi cabeza que reposaba en el brazo de Miguel, él con el brazo que estaba ocupado por mi cabeza, acariciaba mi brazo.

— ¿Miranda?—Asentí— Nuestro amor no funcionaría a distancia, decidimos que lo mejor era separarnos.

Miranda era la novia de él  cuando vivíamos allá.
Yo era la única sin pareja, pero le había dado las gracias a Dios por eso, sino, hubiera pasado por todo eso que salen en las películas, Helado, encierro, insomnio, llanto y desaliñada.

— ¿Por qué dejaste de enviar?—Pregunte—.

Él bajo la mirada y tenia sus labios fruncidos.

— Tu te habías ido, mamá había muerto, las cosas se pusieron de mal en peor. Todo se volvió complicado, te deje de enviar, pero prometí volverte enviar. Cuando decidí enviarte ya era tarde, tu habías cambiado de numero y tu dirección se me había olvidado. Cuando me entere lo sucedido vine lo más rápido que pude.

No sabía que decir, había pasado por todo esto y yo no sabía. Tenía ganas de llorar y no las pude contener.

— No llores.

—¿Cómo no llorar? Tú habías pasado por todo eso y yo no sabía, y tu has venido aquí por mí. Soy la peor amiga del mundo.

— No digas eso, tú no lo sabías por eso no eres la peor amiga del mundo.

Ríe.

Miré el reloj en la pared una aguja marcaba el 11 y el otro 2.

Mis párpados se cerraron lentamente hasta que me permitió ver unicornios, y hay supe que ya estaba soñando.

Miguel había dejado una nota en la cama diciendo que se había ido porque ya era tarde.

Tengo que buscar un trabajo,  empezaban las clases de la universidad el mes que venia, estudiaría derechos.

(...)

— 100$ diarios.

Con eso me alcanzaría para pagar la renta del departamento y comprar algunas cosas; como la comida y cosas personales.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2016 ⏰

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