Capítulo cuatro: Moreno

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- ¿Cómo piensas tomarlo? - Soltó  Nicolás mirando desde la puerta a su amigo que estaba del otro lado.

- Puta no sé - Alex miraba a su jefe - si entras tú y lo empujas pa' ca - Con una seña le indicó su puerta - Así a lo mejor lo puedo tirar y bajarlo.

- Esta hecho bolsa weon - Rio en silencio el Moreno - puta ya, voy a ver si me lo puedo.

Nervioso el moreno entró a la limusina, ya había estado en ese lugar antes fumando marihuana con su amigo, pero en ningún momento había estado cerca del jefe del jefe de su jefe y eso lo ponía tenso y torpe. Al intentar sujetarlo para comenzar a empujarlo hacia Alex navarro tomó su muñeca con fuerza.

- Conchetumare - Susurró Nicolás mirando al dueño de la cadena quien lo miraba con el ceño fruncido.

- Qué eres lindo - Soltó Jaime sin pensarlo - Y asustado te ves hasta tierno - Rio.

Aún estaba ebrio y el rostro del chico de la piscina se tornó de un rojo intenso.

- Don Jaime - Alex contenía la risa - Llegamos al hotel, lo acompañaremos a su habitación.

- Solo si él se queda conmigo - Serio Navarro miraba al moreno que tenía en frente - Yo quiero dormir contigo.

La risa contenida de Alex explotó y Nicolás no encontraba un lugar donde poder enterrarse vivo y salir de la situación tan incómoda en la que se encontraba.

- ¡Alex! - Gritó - ¡Sacame de esta conchetumare! - Lo miró enfadado.

- ¡Pero así te ves incluso más bonito! - Jaime tiró de la muñeca a su acompañante dejándolo sobre el - Podemos llegar a un trato cuando estemos arriba Nicolás.

- Jefe no ponga incómodo al chiquillo - El chófer se limpiaba las lágrimas que habían corrido por su mejilla - Vamos a su dormitorio mejor - Jaime asintió tendiendole la mano a su mano derecha.

Cada chico tomó al dueño de la cadena por un lado y comenzaron a caminar, el moreno se mantenía en silencio mientras tenía una explosión de emociones. La más grande era la vergüenza por lo que había pasado, aunque sabía que para la mañana esto ya habría sido olvidado por el dueño de la cadena, no así por su amigo, quien lo miraba cada ciertos segundos con una sonrisa burlesca mientras aguantaba la risa.

-Yo no le saco la ropa ni cagando - El Moreno subió los pies del dueño sobre la cama - Que duerma con ropa no ma' por alcohólico.

Alex fue quien sacó los zapatos de su jefe y lo cubrió con una de las frazadas, prendió la calefacción del dormitorio que se mantenía frío y recordó que había dejado la limusina abierta.

- Weon dejé el auto abierto - Miro al chico que estaba ya en la puerta.

- No tengo telepatía pa' cerrarlo conchetumare' - Gruñó el más bajo.

- uy! Quien te manda a ser tan lindo - Rio el chófer - Mira que ahora aparte de limpiar los water vas a tener que limpiarte las cañerías por dentro - Soltó una risa mientras cerraba la puerta.

- ¡Ni weon! - Gritó apurado - Sacame de esta wea Alex o hago que te cambie por otro chofer menos saco de wea.

Fue el jefe de Nicolás quien interrumpió la conversación, pues lo miraba desde la entrada a la sala de maquinarias golpeando el pie contra el suelo en un repetido y silencioso movimiento.

La resaca con la que despertó el señor Navarro al otro día era algo que no había sentido desde que estaba en la universidad y se levantó solo a recibir su almuerzo. La siesta que se dio luego duró hasta las diez de la noche y hambriento se levantó para darse una ducha y bajar al restaurant.

Pagaría tu vida Nicolás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora