《Capítulo 7》

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- ¡¿Por que no?! -Exalte sorprendiendolo un poco.

- No nos atrevímos a dejar a mamá sola -Explicó Vernon.- Cuando ella vuelva lo traerá consigo.

Habíamos tomado asiento en una de las varias bancas que se encontraban al rededor de esa fuente, en nuestro pequeño jardín.

Estaba emocionada por ver a ese hermoso perro del que me hablaba Vernon. Yo los amaba. Tengo una pequeña cachorrita que Nath encontró en la calle hace unos meses y se le hizo tan bonita como para dejarla ahí.

Recuerdo la noche en que la trajo. Era muy tarde y papá y mamá ya estaban durmiendo, esa noche llovía a mares y por alguna razón no podía dormir.

2:08 AM.

Me puse a ver la potente lluvia que se estampaba en mi ventana, tal vez habría relámpagos más tarde.

Decidí bajar a la cocina en busca de un tazón de cereal, al estar preparando mi bocadillo nocturno escuché que la puerta principal estaba siendo abierta, lentamente.

Inmediatamente deje de hacer el mínimo ruido para escuchar como ahora la puerta se cerraba.

Pero no lo entendía, todos estaban dormidos a excepción de mi, nadie podía llegar a estas horas a menos que fuera.... ¡un ladrón!

Me espanté tapandome la boca para no gritar, gracias a eso tiré un poco de leche en la mesa haciendo algo de ruido, me quedé inmóvil rápidamente y fije mi vista hacia el pasillo oscuro que conducía a la puerta principal. Ya no se escuchaba ningún ruido. Claro, por que noto que había alguien aquí, pero no se había ido, ya hubiera escuchado de nuevo el sonido de la puerta.

Tome lo primero que encontré, un cucharon gigante de madera y empecé a caminar lentamente y con mucha valentía hacia el pasillo.

- Se que estas ahí.- murmure esa mentirilla, realmente no sabia si estaba ahí, no veía nada.

Por un momento pensé que eran cosas de mi mente pero luego lo descarte al escuchar atentamente algunos sigilosos pasos tratando de ir a la sala y huir de mi el muy cobarde.

Si no venía por mi ahora y trataba de escapar significaba que me tenía miedo ¿no? Asi que me armé de valor y fui por el antes de arrepentirme, con el cucharon de madera en alto y levantando muy bien los pies para no tropezar con nada en esa profunda oscuridad me fui adentrando al pasillo hasta llegar a la sala.

Entonces fue ahí cuando toda mi valentía se fue al polo norte a invernar.

Un relámpago hizo iluminar toda la sala y cuando volteé lo único que vi fue un gigantesco bulto cerca de mi.

Comencé un grito inmenso que casi al momento fue interrumpido por una mano empapada. Aplicó su fuerza para que no abriera la boca y yo desesperada intentaba apartarla con mis manos hasta que la mordi.

- Ahrg.-Dió un leve gruñido y justo cuando me soltó empecé a golpearlo por las costillas con mi arma.- Ah, ah ¡ah!

- ¡Fuera de aquí si no quieres que te paralice con esto!

Él, con un ágil movimiento me quito el cucharon y yo me atemorize.

- Aaaaah -Lanzé un grito agudo.- ¡Te advierto que mi papá es policía y ya vi tu rostro!

- ¡Arehn callate ya! -Me dijo entre grito y susurró.

Soltó el cucharon a sus pies.

- ¿Nath? -Susurré.

- Temia que fueras mamá pero eres tan ruidosa que..-Dejó de susurrar y escuché un ruidito proveniente de uno de sus brazos. Era un gemido de animal.

- ¿Que es eso?

- Ven, no hagas ruido.

Seguí sus pasos sigilosamente hasta la cocina, era la única parte de la casa que tenía las luces encendidas. Cuando por fin pude verlo gracias a la iluminación pude notar el bulto que traía en sus brazos, enrollado en su propia sudadera.

- Lo pondré aquí.-Lo colocó con cuidado en la mesa. El animal apenas lloraba o se movía, entonces lo destapó.

Un hermoso cachorrito de un color dorado oscuro. Estaba menos remojado a comparación de mi hermano.

- P-pero ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? -Empecé a lanzar pregunta tras pregunta.

- Lo encontré como a 5 calles más abajo, estaba empezando a llover y lo tomé casi sin pensar, no tiene ninguna placa, no tiene dueño. -Explicó mientras le acariciaba melosamente la cabeza.

No pude evitarlo e hice lo mismo pero en su espalda.

- ¿Te imaginas que dirá mamá?

- Lose -Parecio pensar por un momento removiendose en su lugar.- Temia que me encontrara entrando con el a estas horas.

Los rayos se hacían sonar cada vez más y el perrito se puso un tanto inquieto.

- Oh oh, que no se mueva, que no se mueva.

El cachorro se puso de pie y comenzó a sacudirse, nos cubrimos enseguida y comenzamos a reír.

- Me mojaras toda -Musite riendo.- A propósito -Me dirijí a Nathan.- Deberias de ir a cambiarte, estas empapado.

El cachorro comenzó a caminar por toda la mesa y empezó a lamber aquella leche que derramé.

- Hay que darle de comer primero.

- Yo lo aré, tu ve a cambiarte -Tome al cachorrito en mis manos y entonces lo noté.- Y no es 'el', es 'ella'.

- Oh... -Murmuró el y cuando estaba a punto de irse me espanto con su grito.- ¡AAAH!

Volteé hacia el y entonces también grité. Mamá nos veía con el ceño fruncido y luego lo cambio a una ceja alzada.

Nathan posó la mano en su corazón dramáticamente y volteó a verme enseguida, yo había escondido a la perrita fuera del alcance de vista de mamá. Era pequeña, por lo que era fácil moverla y creo que hasta ahora no la había visto.

- ¿Que hacen ustedes dos despiertos a estas horas? -Nos miraba alternamente- Y tu jovencito -Se dirigió a Nath- ¿Que horas son estas de llegar? Y mira nada mas, te mojaste todo.

La perrita se movió entre mi mano haciendo que la soltara de una altura no tan alta, ya que estaba medio doblada para que no la viera mamá.

Me tiré en el suelo rápidamente buscandola sin exito.

- ¿Arehn? -Mamá me llamó y de un salto volví a la superficie sólo que con preocupación reflejada en mi rostro.

Nath lo notó, o noto a la perrita paseando por el suelo, mamá a un no la había visto por lo que Nath llamó su atención.

- ¡Mamá, mamá, me duele la cabeza! ¡No se que me pasa! El ojo... ¡El ojo! - Empezó a actuar y a caminar del otro lado para que mamá no viera nada.

Esperen la continuación ☺ y ya pronto se centrará más en el guapetón de Vernon 7u7

Mientras llovía... 《Hansol Vernon》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora