Capítulo 26

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- Ufff creo que ese maratón de Supernatural valió la pena-.

-¿Ya miraste la hora no?- me cuestiona.

Ignoro su pregunta al recordar la tarde que pase con Aaron el lunes, entre sus brazos se podría decir que me sentí la persona más feliz del mundo.

- Pero si ni siquiera conoces a todas las personas del mundo, para comprobar esa teoría-. refunfuño por que mi yo interior está muy negativa el día de hoy.

Trato de ignorarme por septuagésima vez y giro mi cabeza para comprobar la hora en la mesa de noche a mi lado 6:59 am, mi mente se demora aproximadamente veinte segundos en calcular que significa eso. Primero no he dormido lo recomendado por los médicos. Segundo tendré que esperar cuatro meses para el siguiente episodio de la serie y tercero hoy es miércoles, lo cual significa clases, sinónimo me dormiré como un tronco en todas las clases; sigo sin tener acompañante para la reunión familiar de este fin de semana.

-¿Sigues creyendo que el maratón fue buena idea?- pregunta en tono de reprocha.

La ignoro y me desperezo tratando de despertarme, pero no funciona. Así que me di pequeñas cachetas en mis mejillas, pues duhh. Sigue sin funcionar, así que decido a llamar a mi compañera de vida.

-¡Abiiiiii!, código 666-.

Llega en menos de un minuto, ya que ese código es uno de los peores.
Con su llegada se oye el sonido de algo liquido, con cada paso que da y se que eso solo significa una cosa, sólo una cosa.

Grito de los escalofríos que me dan al sentir un liquido, recorrer de mi cabeza para abajo. Soplo quitando unos cuantos mechones de mi cara que tapan la vistas. Ahora lo que viene es peor.
Resulta que tenemos una gran cantidad de códigos pero el 666
es especial, este es el de ayuda a tu estúpida y cabeza dura hermana con agua helada, pero resulta que este trato sólo estaba a favor de la que regaba el agua en la otra, así que propusimos que le venganza es necesaria. Esto significaría que la otra dejaría la mitad de la jarra para la venganza, la cual sólo se podrá hacer en menos de seis minutos. Muchos seis lo se, pero era nuestro código.

- Creo que te he atrapado- digo al verla encerrada entre una esquina de la cocina. Pero sin previo aviso se mete dentro de la puertecilla del perro, animal que no tenemos.

Corro hacia la puerta del otro lado de la cocina que da hacia el patio. La veo tomando el sol en uno de los parasoles.

- ¿¡Como tomaras el sol, si estás bajo un parasol!? ¡INTELIGENTE!- me hago caso omiso y sigo concentrada en mi objetivo. Cuando miro que tiene un cronómetro que va en el tiempo de Quince hacia cero, me doy cuenta que no la alcanzaré, pero.

- ¿Ya ganaste feliz?- cuestiono y miró como los segundos están por debajo de diez. Mirando como se acerca a mi.
Aprovecho los últimos tres segundos, corro hacia ella y la empujo en la piscina que está detrás de ella. Me termino tomando el agua de la jarra y río de mi victoria. Ella sale del agua con una sonrisa.

- Te la jugaste bien hermanita- me reprocha ladeando la cabeza a los lados.

Nos arreglamos a tiempo récord, ya que mientras comíamos nuestro desayuno no parábamos de reír, perdimos como media hora y las clases empiezan a las ocho.

- Tumi rápido- me avisa desde el primer piso mientras buscó mi mochila.

- ¿Donde la dejaste hija de las patatas?- me pregunta.

Me adentro a uno de los armarios más desordenados en la faz de la tierra, muevo unas cuantas prendas que se encuentran en mi camino, un triciclo e ignoro la razón de como llego hasta acá.

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