Los días pasaban con tranquilidad, y es que dicen que después de la tormenta siempre viene la calma es algo cierto. Aparte que no estaba buscando más drama en mi vida, así que éste no llegó. Mi papá dejó de insistirme en que buscara un trabajo, después de que creo que a Patricio se le "escapó" el chisme con su mamá y ella se lo contó a mi papá. El día que supongo que se enteró —y lo digo porque fue el día que estuvo más raro conmigo— pasó algo que jamás hubiera imaginado.
Entró a la casa, eran alrededor de las nueve de la noche, subió las escaleras en silencio y abrió mi puerta. Yo estaba pintándome las uñas en mi escritorio junto a una lámpara y dejé de hacerlo en cuanto vi la cara de mi papá. Entró a la habitación y comenzó a acariciarme el cabello con mucha delicadeza. Lo miré y el silencio del cuarto se hizo presenté. Me miró directo a los ojos con mucha fuerza y casi sin querer pregunté:
—¿Cómo te fue hoy, papá?
—Me fue bien, Citlally —contestó.
—Qué bueno, yo fui con Rodrigo al súper mercado, compramos frutas e hicimos licuados de mango, son los favoritos de Rodrigo —dije con una sonrisa en el rostro.
—Me alegro por ustedes, Citlally, pero quiero hablarte porque te tengo una propuesta... —se notó el brillo en sus ojos apenas tocó el tema.
Me quedé callada, le cedí la palabra.
—El equipo está encantado sobre cómo el público ha tomado mi noticia y quieren que te entreviste a ti al respecto —contestó.
"¿Encantado?" me pregunté.
Quería que mi papá definiera la palabra, ya que no tenía sentido lo que él decía para mí. ¿Encantado es que todos hablen mal de ti y hasta humillen a tu hija en el trabajo porque su papá es gay? ¿Eso es encantar para ti? ¿Que en Twitter te destrocen con comentarios horribles? ¿Eso es encantar? Vaya, si es así... tenemos definiciones de encantar muy diferentes. Pero no dije nada, no quería lastimar los sentimientos de mi papá, no ese instante.
—¿A mí? ¿Y yo qué? —pregunté un poco sorprendida por la propuesta de mi papá.
—Tú juegas un papel importante en mi vida, Citlally. Eres mi hija, eres mi sangre y después de todo lo que has hecho por mí. Y la manera en la que peleas y eres capaz de hacer lo que sea porque la otra gente respete mis decisiones, es algo que creo que se tiene que apreciar. Podrías ser la líder de un grupo anti homofóbico, ¡O lo que tú quieras ser!
Sin duda le habían contado, tenía una mueca en mi cara, y era difícil de quitármela, no estaba contenta, no era una noticia buena para mí. Suspiré antes de hablar.
—Suena excelente, papá, pero no gracias. No quiero ser líder de absolutamente nada que tenga que ver con intentar ser famosa —dije frunciendo el ceño.
La propuesta me molestaba. Yo jamás he intentado colgarme de la fama de mi papá, conozco gente que sí lo ha hecho, pero no era lo mío y el hecho de que en una entrevista me presentaran como "La hija de Alberto Domínguez" era casi tan desagradable para mí como para Rodrigo recordar las noches sin poder dormir por estar enfermo. Era algo que iba en contra de mis principios.
—¡No, no, Citlally! No lo tomes de esa manera, por favor, no es a la fuerza. Ok, digamos que no haces ningún grupo, pero quiero entrevistarte. Estuve todo el viaje a la casa formulando las preguntas, sé que te gustará salir en la televisión, eso siempre es divertido, a mí me divierte —dijo mi papá más tranquilo, tal vez como último recurso y me lanzó una hoja arrugada con diez preguntas.
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Cosas que no duran (Cosas que no duran #1)
AlteleDurante el verano, Citlally Domínguez tiene que atravesar la dura etapa de la adolescencia bajo la sombra de su padre un famoso conductor de la televisión regia que se declara homosexual a nivel nacional. Eso y la ausencia de su madre, la falta de a...