Mi asquerosa vida.

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Desperté como todas las mañanas, deseando no haberlo hecho, o al menos hacerlo, y que alguien este listo para matarme.
Desgraciadamente no soy una persona con enemigos, no me los he sabido ganar, ni de eso soy capaz, ni el odio de alguien merezco, mas que el que tengo hacía mi mismo.

Después de la acostumbrada hora de insultos propios, decidí levantarme de la cama, pasar al baño y lavarme la cara con mucho jabon, sin embargo aún con este proceso, sigo viendome al espejo y puedo presenciar un desastre de persona. Con mi barba sin rasurar, mi cabello maltratado, de un castaño claro, mis ojos grises hinchados a causa del insesable llanto, e incluso los musculos que alguna vez tuve, comenzaban a perder forma, todo esto hacian un conjunto que me servía para confirmarme lo jodido que estaba.

Procedí a bajar, y prepararme un desayuno, y por prepararme me refiero a introducir una sopa instantanea al horno de microondas, es el platillo que mejor se hacer.
Una vez terminado este manjar, lo deposite en el cubo de trastos a lavar, juro que si ponía uno mas, todo se vendría abajo, y tendría que comprar platos desechables, para evitar todo esto.

De regreso a mi habitacion, subí lentamente cada uno de los escalones, como si uno a uno fueran torturas infinitas e insoportables para mi mente, pero era mentira, ya las podía tolerar, uno ae acostumbra a esto.

Con mi primer pié en la habitación, no se me ocurrio mejor idea que tropezarme con mi ropa sucia, para acabar tendido en el frío suelo de madera, y aterrize a un costado de mi cama.... Podía ver debajo de ella... Y ahí se encontraban todos los recuerdos... Guardados como siempre, en una caja, dentro de la oscuridad, donde no los pudiera ver, pero ¿A quien engañaba? Todas las noches tomaba aquella caja y me ponía a inspeccionar su contenido, a pesar de que lo tenía memorizado a la perfeccion.
Esto me servía para saber que alguna vez fui feliz de verdad, que alguna vez hice feliz a alguien, pero como siempre, ese alguien encontro a otro alguien.... Y ese "alguna vez" quedaba muy atras.

Me puse de pié, y fui a la ventana, a contemplar la alegría de la gente.
Mi vecindario era uno bastante alegre, con gente alegre y días alegres.
Realmente no se que es lo que hago en este lugar, pero aquí estoy, rompiendo el patron de mis alrededores.

De un momento a otro, el sol ya había decidido caerse, abrirle paso a la luna, y por lo tanto, he optado por la opcion de dormir de nuevo, pero claro, esperando cerrarle bien las puertas al estupido e inutil de morfeo.

Este fue mi día... Esta es mi semana, esta es mi asquerosa vida.

Carta De Recomendacion (O No), Para Mi Ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora