La decisión.

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A la mañana siguiente solo conseguí despertarme hasta que el sol golpeaba mi cara, aproximadamente 5 horas mas tarde de lo que acostumbro levantarme.
Tenia la mente nublada, me parecía dificil recuperar las memorias de lo que paso la noche anterior; mientras bajaba las escaleras pude apreciar el desastre de mi sala, objetos aqui y allá, cristales rotos por todas partes, esto ocasiono que llegaran imagenes a mi mente de lo acontecido hace unas horas, pero solo imagenes, lo que de verdad me refresco la memoria fue ver los trozos de la carta, en cuanto los observé, llego una flashback de recuerdos, ordenados y precisos.
Desearía no recordarlo, pero aquí estoy, con la mirada fija en los trozos de basura ubicados en el suelo.

Al fín conseguí salir de ese pequeño colapso mental, y proseguir con mi rutina diaria, solo aumentandole la actividad de limpiar mi desastre, tire todo, excepto los trozos de papel, ni siquiera los pude barrer de donde estaban.

No me preocupe por todos los demas destrozos, podía pagarlos, el dinero no es un problema para mi, supongo que es lo unico que no me altera.

Al termina el día, me recoste mirando a un lateral de mi cama, por una ventana se veía como el sol se ocultaba, por que la Luna quería ejercer presencia y dominio en nosotros.
En esta posicion permanecí bastante tiempo, no podía moverme, por que en ese momento fisicamente no existía, mi mente estaba en la sala, sentada, leyendo mil y un veces aquella correspondencia, cuyas palabras no podía borrar, la carta estaba rota, pero no eliminada de mi sistema.
No sabía que hacer, ¿Debía matar a Benedick? No puede existir alguien tan insolente.... ¿Que estoy pensando? Esta idea queda descartada.
¿Debería solo advertirle que nunca vuelva a acudir a mi?
¿Debía ignorar este suceso y proseguir con mi vida?
No.
Nada de eso.
Eso es algo que yo haría, y lo que yo hago me ha llevado hasta donde estoy, asi que debo decidirme por algo que no haría.... Lo tengo.

Mi mente volvió a mi cuerpo, y en un fragmento de segundo ya estaba de pié, decidido, camine con pasos firmes.
Baje las escaleras sin la dificultad de siempre, busqué mi cinta adhesiva, levante el papel destrozado y comencé a reconstruir la carta, tenía que regresarsela, no quería conservarla de por vida.
Una vez terminada esta labor, supe que era mi turno.
Busque papel, busque tinta, todo lo tenía preparado, ahí, en mi sala, en plena madrugada.
Estaba decidido, era una idea que nadie me sacaría con nada.
Iba a responderle.
Iba a complacer su solicitud.

Carta De Recomendacion (O No), Para Mi Ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora