"Prólogo"

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Abro la puerta del gimnasio, y el olor a sudor llegó a mis fosas nasales. Camino hasta la recepción y me doy cuenta de que solo hay hombres.

-Buenas tardes, vengo a inscribirme- le digo al recepcionista. Él, al estar en la computadora, levanta la cabeza y me mira con confusión y sorprendido.

-Oye, no es por ofenderte pero, ¿qué haces aquí?- dice él y yo lo miro con una ceja alzada.

-Pues me vengo a inscribir, ya te lo dije, ¿estás sordo o qué?- le pregunté un poco alterada.

-Ok, yo solo te digo ya que cada chica que se inscribe no dura ni un solo día- dijo él mirándome.

-Pues eso está por cambiar hoy- le digo cortante.

-¿En qué área te apuntarás?- me dice él.

-Boxeo- le digo con una sonrisa. Él me mira con los ojos como platos.

-¿Segura?- me pregunta.

-Más que segura- le digo.

-Ok- me dice. Teclea algo y luego me dice- Las clases son 4 días a la semana, de 3:00 a 7:00 pm- termina de decir, para luego entregarme el horario.

-¿Dónde es?- le pregunto obvia, ya que no sé.

-Oh sí, lo siento. Sigue derecho y dobla a la izquierda- me dice explicándole.

-Gracias- le digo para empezar a caminar a la dirección que me dio.

Cuando llego me encuentro con 2 chicos saltando la cuerda, otros 2 haciendo push up y abdominales, y un par mus en un octágono. Me dirijo donde un señor de unos 40 años gritándole a unos de los que están peleando, le tocó el hombro y este me mira. Le hace unas señas a ellos (de la que supongo y es un descanso), estos bajan y al verme me sonríe coquetamente. Ya cuando ellos se alejan hablo:

-Señor, me puede decir quién es el entrenador- le pregunté al hombre.

-Estás hablando con él, niña- dice él cruzándose de brazos.

-Bueno, quería preguntarle algo- digo nerviosa.

-Adelante- dice él.

- ¿Puedo entrenar con usted?- le pregunté y él me miró confuso- Boxeo- terminé de decir. Él, al yo terminar de decir eso, se rió.

-Mejor vete, que las niñas como tu tienen miedo a partirse las uñas, y eso y cosas peores haces en el boxeo.- dijo una voz a mi espalda. Me gire sigilosamente, y le dije:

-Pues no, esta niña de aquí- me señalé a mí misma- te puede partir la cara en 30 segundos- le dije fría y amenazadoramente.

-No te arriesgues tanto niñita, ¿ves este muchacho?- dijo el entrenador señalando al muchacho que me hablo- es uno de los mejores de este gimnasio.

-Eso veremos- dije retándole.

-¿Me estás retando?- pregunto él y yo asentí- Está bien. Después no digas que te partieron la cara- término de decir.

Me senté en una banca y saqué de mi mochila unos guantes y las vendas. Cuando terminé de ponérmelas me fui hasta el octágono y subí. Todos al verme se detuvieron y se acercaron. A los pocos minutos subió el chico al que rete, y atrás de él, el entrenador.

-Ok chicos, estas son las reglas- dice el entrenador- el primero que llegue al piso pierde, jueguen limpio- hace una pausa- 3...2...1, y...-

-Espere- grité yo, y todos rieron.

-Bien hecho niña- dice el muchacho- mejor que te arrepientas antes de poder golpearte- termina de decir. Me sentí ofendida, pero no lo demostré. Sin embargo, le dije:

-Está bien que seas idiota, y si te da miedo que esta niña te gane solo dilo- le dije fríamente. Todos los chicos que estaban dijeron ''uuuhhh'', y esto solo aumento su ira- Solo iba a decir si alguien quiere apostar- dije mirando al entrenador y a los chicos.

-¿Qué dicen chicos?- dijo el entrenador y todos asintieron- Bien, cuantos por Steven- dijo señalando al muchacho frente a mí, y todos levantaron la mano (incluyendo al entrenador), menos uno- Ok, cuantos por ella- dijo y solo uno levantó la mano- Ok, ¿están listos?- asentimos- ¡YA!- grita.

Empiezo a dar saltitos, y espero a que lance el primer golpe, y como predigo pasa. Me lanza un derechazo a las costillas y lo esquivó con facilidad, aprovechó que como está sorprendido le hago un jab, que lo deja noqueado pero no cae al suelo. Me tira un puño a mi pómulo que no logro esquivar. Retrocedo un poco, pero tomó fuerzas. Le devuelvo el golpe, pero esta vez un gancho en la mandíbula que lo desorientó, pero antes de que cayese al suelo, le lancé una patada, le agarre la cara y la estrelle contra mi rodilla 2 veces, pro pare cuando vi un chorro de sangre bajando por su nariz y este cayó desmayado al suelo. Me volteo y veo a todos con la boca abierta, y les grito:

-Esto les pasa a todo aquel que me subestima, así que más les vale que no lo hagan o no tendrán descendencia- les dije amenazadoramente.

-Wow, nadie de nosotros nunca ha derrotado a Steven- dijo un chico detrás del entrenador- y menos una chica.

-No soy como las demás, y creo que lo acaban de notar- dije sentándome en la banca y quitándome las vendas.

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Hola chic@s lectores, este es mi primer libro y espero que les guste.

- B


Peleando Por Tu Amor © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora