Capitulo 4 - Verdad o Miedo

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Las cosas más emocionantes que me han sucedido en Dullsville en mi curso de vida, en orden cronológico:
1. El tren de las 3:10 saltó sus pistas, derramando los rectángulos del
Tootsie Rolls, que devoramos.
2. Un alumno de último grado vació una bomba de cereza abajo del tocador, estallando la línea de las aguas residuales, y la escuela estuvo
cerrada por una semana.
3. ¡En mi decimosexto cumpleaños se rumora que una familia de vampiros se trasladó a la mansión embrujada encima de la colina Benson!

La leyenda de la mansión fue como esto: Fue construida por una baronesa rumana que huyó de su país después de que una rebelión campesina en la cual mataron a su marido y la mayor parte de su familia. La baronesa construyó su nuevo hogar en la colina de Benson para asemejarse a su Estado Europeo en cada detalle, a excepción de los cadáveres.
Ella vivió con sus criados en completo aislamiento, aterrorizada de extranjeros y de muchedumbres. Era una pequeña niña a la hora de su muerte y nunca la conocí, aunque yo solía jugar por su monumento solitario en el cementerio. La gente dice que ella se sentaría junto a la ventana de arriba por las noches mara observar a la luna, y eso incluso ahora, cuando la luna es llena, si tu miras por el ángulo correcto, tu puedes ver su fantasma sentado en la misma ventana mirando hacia el cielo.
Pero nunca la he visto.
La mansión se ha sido abandonada desde entonces. Se rumora que tenía
una hija rumana bruja interesada en magia negra. En todo caso, ella no estaba interesada en Dullsville (Señorita inteligente!) y nunca demandado el lugar.
La mansión en la colina Benson era absolutamente magnífica para mí, de manera gótica. Era la casa más grande de la ciudad. Mi papá dice que es porque está en legalización de un testamento. Becky dice que es porque esta embrujada. Pienso que es porque las mujeres en esta ciudad le tienen miedo al polvo.
La mansión, por supuesto, me había fascinado siempre. Era mi casa ideal
de Barbie, y subí la colina muchas noches esperando ver un fantasma. Pero fui realmente al interior solamente una vez, cuando tenía doce. Esperaba que yo
pudiera arreglarla y hacerla mi casa de juego. Iba a poner un letrero que dijera,” NO SE PERMITEN CHICOS NERDS”.

Una noche trepe la puerta del hierro labrado y me escabullí por la calzada. La mansión era verdaderamente magnífica, con las viñetas goteando
hacia abajo como los rasgones que caían, la pintura picada, azulejos de azotea rotos, y una ventana fantasmagórica en el ático. La puerta de madera parecía un Godzilla, alto y de gran alcance- y cerrada. Anduve alrededor de la parte posterior. Todas las ventanas fueron selladas con clavos largos, pero noté a algunas maderas flojas sobre la ventana del sótano. Intentaba tirar de ellas cuando oí voces. Me agaché detrás de algunos arbustos mientras que por poco tropiezo con un grupo de chicos de último grado de la secundaria. La mayoría eran borrachos y uno estaba asustado.
-Vamos Jack, todos le hemos hecho,- ellos mintieron, empujando a un chico con gorra de beisbol desgastada hacia la mansión. –Entra y tráenos una cabella encogida!-

Podría ver que Jack Patterson estaba nervioso. Él era un chico hermoso que valía la pena, el tipo de chico que debería estar haciendo a las chicas derretirse, y no entrando en casas embrujadas para ganar amigos.
Era como si Jack hubiera visto ya un fantasma mientras que él se acercó a la mansión. Él miraba repentinamente detrás de los arbustos donde me ocultaba.
Jadeé y él gritó. Pensé que los dos tendríamos un ataque del corazón. Me agaché detrás del arbusto, porque oí el acercamiento del grupo.
-Él está gritando como una niña y él no está adentro todavía!- uno de ellos dijo.
-Váyanse de aquí!- Jack dijo a los chicos. –Se supone que debe hacer esto solo, verdad?-
Él esperó que los otros se retiraran y después cabeceó hacia mí dando a
entenderme que estaba seguro.
-¡Maldicion, muchacha, me asustaste! Que haces aquí?-
-Vivo aquí y perdí mis claves. Estoy tratando de entrar,- yo bromeé.
Él cogió respiración y sonrió. –Quien eres?-
-Jack sé quién eres tú. Tú eres Jack Patterson. Tu padre posee el almacén grande donde mi mamá compra sus bolsos. Te he visto trabajar en la caja
registradora.-
-Sí, pensé que me eras familiar.-
-Jack porque estás aquí?-
-Es una apuesta. Mis amigos piensan que el lugar está embrujado, y se supone que debo entrara y tomar un suvenir.-
-Como un sofá viejo?-
Él sonrió.-Sí, tonta. Pero no importa. No hay manera-
-Sí, hay!- Y le mostré las maderas flojas en la ventana del sótano.
-Tú entra primero,- él dijo, empujándome adelante con las manos temblorosas. -Tú eres más pequeña.-
Me escabullí fácilmente a través de la ventana.
Dentro, estaba realmente obscuro, incluso para mí. Apenas podía
traspasar las telarañas. ¡Lo amé! Había pilas de cajas de cartón por todas partes, y olía como un sótano que había estado allí desde el principio del tiempo.
-Vente- Dije.
-No puedo moverme! Estoy atascado.- -Tú tienes que moverte. Te gustaría que te encontraran con tu trasero
colgando?-
Empujé y tiré. Finalmente Jack salió para mi alivio, pero no para la suya.
Llevé al chico aterrorizado a través del sótano mohoso. Él se aferró a mi mano así que pensé firmemente que él se rompería los dedos.
Pero era agradable llevar su mano. Era grande y fuerte y masculino. No
como el muchacho nerd, cuya mano minúscula era siempre blanda y frágil.
-Hacia dónde vamos?- él susurró en una voz aterrorizada. -No puedo ver nada!-
Podía ver las siluetas de sillas y de sofás masivos, cubiertas con un paño blanco polvoriento, perteneciendo probablemente una vez a la mujer mayor que miró fijamente la luna.
-Veo algunas escaleras,- dije. -Solo sígueme.-
-¡No voy más lejos! Estás loca?-
-Que te parece un espejo largo?- Bromee, mirando a escondidas detrás de un paño.
-Tomaré una de estas cajas vacías!-
-Eso no está bien. Tus amigos te mataran. Tu serás un hazme reír para el resto de tu vida. Créame, yo sé como es.”
Miraba detrás él y vi el terror en su cara. No estaba seguro si estaba asustado por sus amigos de afuera o de los pasos de progresión del sótano que pudieron derrumbarse con la presión más leve. O él tenía quizá miedo de fantasmas.
“Okay,” dije. “Tu espera aquí.”
¿“Como su pudiera ir dondequiera? No tengo ninguna idea cómo volver!” “Pero primero…”
“Qué?”
“Suelta de mi mano!”
“Oh, sí.”
Él me dejó ir. “Raven”
“Qué?”
“Ten cuidado!”
Me detuve brevemente. “Jack, crees en los fantasmas?”
“No, por supuesto no!”
¿“Tu no piensas que hay un fantasma aquí? De esa mujer mayor?”
¡“Shhh! No hables tan alto!”
Sonreí con la expectativa. Pero por otra parte recordaba el atrevimiento de sus amigos y así su gorra de béisbol. Él gritó otra vez.
“Relájate, soy yo, no uno de esos fantasmas fantasmagóricos que tu no crees.”

Ascendí cuidadosamente progresando con pasos chirriantes y topé con una puerta cerrada en el fondo. Pero se abrió cuando di vuelta a la perilla.
Estaba en un vestíbulo amplio. El claro de luna era brillante a través de las grietas en las ventanas altas. La mansión parecía incluso más grande en el interior. Acaricié las paredes mientras caminaba, el polvo que se apelmazaba suavemente mis manos. Di vuelta a una esquina y tropecé sobre una escalera magnífica. ¿Qué tesoros habrá en encima de allí? ¿Es eso donde aparecieron los fantasmas de la baronesa?
Anduve de puntillas sobre las escaleras, tanto como pudiera con mis pesadas botas.
La primera puerta estaba bloqueada, al igual que la segunda y la tercera. Me incliné y puse el oído a la cuarta puerta, y oí el sonido de un grito débil del otro lado de la puerta. Una frialdad fría se ejecutó a través de mí. Estaba en cielo.
Mientras que escuché más cerca, realicé que era solamente el viento que silbaba a través de las ventanas. Abrí un armario, que crujió como un ataúd viejo.
¡Encontraría quizá un esqueleto! La única cosa que descubrí, sin embargo, habían varios ganchos de ropa viejos donde se divertían telarañas en vez de ropa. Me preguntaba dónde estaban los fantasmas. Miré con fijeza hacia la biblioteca. Un libro abierto estaba encima de una mesita, como si la mujer que miró fijamente la luna lo hubiera estado leyendo cuando ella murió.
Tome Castillos romanos de la repisa, esperando que con eso se abriría una pasadizo secreto que te llevase a un calabozo lleno de terror. Nada se
movió excepto una araña marrón melenuda que huyó a través del estante polvoriento.
¡Pero al siguiente momento, oí un sonido ruidoso y salté casi a la azotea era el sonido de una bocina de un cuerno! Asustada, deje caer el libro.

Había olvidado totalmente a los chicos que estaban afuera y mi nueva misión.
Me fui bajando la escalera magnífica, saltando algunos escalones. Una luz
brillante se emitía a través de las ventanas en la sala de estar. Trepe sobre la ventana y miré con fijeza hacia fuera, ocultándome con seguridad detrás de las maderas. Podría ver a los chicos sentados en cofre de su coche, las linternas que
brillaban para arriba a través de la puerta de la mansión.
Uno de ellos miraba en mi dirección, así que mostré la gorra de Jack y lo
agité como si acabara de aterrizar en la luna. Me sentía triunfante. Los chicos me hicieron una seña con su pulgar en forma de contestación.
Encontré a Jack sudado, sentado en una esquina del sótano encima de algunos cajones de madera. Él debió haber pensado en ratas así como fantasmas.
Él me agarro como un niño su madre.
Puse la gorra en su cabeza. “Porque tardaste tanto?”
“Que hiciste con ella?”
“Les hice creer que tu estabas bien. Listo?”
“Listo!” Y él tiró de mí a través de la ventana como si el lugar estuviera
incendiándose. Noté que él no se atasco de nuevo.
Empujamos la parte posterior de la madera en el lugar. Pareciera como si nunca hubiéramos estado allí. “No queremos que esto sea fácil para cualquier persona,” dije.
Él miró fijamente detrás como si no supiera que hacer conmigo, o agradecerme.
¡“Espera! No conseguí un suvenir!” él dijo.
“Volveré adentro.”
“De ninguna manera!” él dijo, tomando mi brazo.
Pensé por un momento.
“Ten. Toma esto” Le di mi collar. Una banda de cuero negra con un medallón de ónix. “Costó solamente tres dólares, pero mira como que fue poseído por una baronesa. Pero no dejes que cualquier persona lo aprecie.”
“Pero solamente tu hiciste todo el trabajo y yo no me tomo el crédito.”
“Tómalo antes de que cambie de opinión.”
“Gracias!”
Él puso el collar en su mano y me dio un beso caliente en mi mejilla.
Mientras yo me escabullía, el se fue con sus amigos, balanceando el collar delante de sus caras, consiguiendo altos choques de manos. Ahora lo adoraron y así como yo a él. Llevé a cabo mi mano asquerosa contra mi mejilla recientemente besada.

Después de ese día Jack se la pasaba con el club “cool” e incluso se convirtió en el presidente de la clase. De vez en cuando, lo veía por la plaza, y él siempre tendría una sonrisa enorme para mí.
Nunca tuve oportunidad de volver a mi casa ideal de Barbie. La palabras
se esparcieron diciendo que Jack se había metido en la mansión. Temerosos de que más chicos entraran, la policía patrulló el área en la noche. Pasarían años hasta que visité la mansión otra vez.

Vampire Kisses #1 - Ellen SchreiberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora