Capitulo 17 - Cita de ensueño

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Mi primera cita! Becky dijo que mi primera cita había sido la vez que fui a cenar a la Mansión, pero yo no acordaba con ella. Esta noche saldremos: a ver una película, jugar mini golf o compartir un refresco en Sherly. Pase toda la tarde hablando con Becky, especulando de a donde me llevaría, como estaría vestido y


cuando me besaría. Estaba tan excitada, corrí todo el camino hacia la Mansión. Tenia que encontrarme con Alexander en el portón de hierro. My mamá hubiera entrado en pánico si supiera que tenia una cita con el chico que vivía en la Mansión embrujada. No podía ni pensar llegando él a la puerta de mi casa y mi papá haciéndole preguntas acerca de los jugadores de tenis. Asi que tenia que ver a romeo en su balcón. Y ahí estaba, recargado sobre el portón de hierro, sexy con sus jeans negros y su chamarra de piel negra, cargando una mochila.
-Vamos de excursión?-. Le pregunte.
-No. A aun picnic.
-A esta hora?.
-Hay una mejor hora?- dijo él mientras yo negaba con mi cabeza.

No tenía ni idea de adonde me llevaría Alexander, pero podía imaginar las respuestas de nuestros amigos de Dullsville.
-Esto no te molesta?. Le pregunte señalando el grafiti. Alexander se encogió.
-Jameson queria pintarla, pero no lo deje. Un grafiti de una persona es el arte para otra.
Me tomo de la mano y me llevo hacia debajo de la calle sin señales de cuáles eran los planes de esta noche. Y no me importaba hacia donde iríamos, mientras estaba con él. Paramos en el cementerio de Dullsville.
-Hemos llegado-. El dijo.
Nunca había tenido una cita, y mucho menos en un cementerio. El cementerio de Dullsville era desde principios del año 1800.
-Traes aquí a todas tus citas?-pregunte -Tienes miedo?-. Él pregunto.
-Cuando era pequeña jugaba aquí. Pero durante el dia.
-Este cementerio probablemente sea lo mas vivo de esta ciudad- los rumores eran ciertos. Alexander venia aquí en las noches. El portón tenia candado para asegurarse de la entrada de vándalos.
-Tendremos que trepar-. Él dijo. -se como te gusta trepar portones.
-Podremos meternos en problemas por esto-. Le apunte.
-Pero está bien meterse en casas, verdad?-. Pregunto. -No te preocupes, conozco a una de las personas de aquí.

Viva? muerta? Cadáver? Tal vez algún pariente de Jameson que trabajaba


aquí. Alexander miro hacia otro lado mientras yo trepaba con mi vestido de spandex. Los dos saltamos y el tomo de mi mano y me guio hasta el medio de allí donde las lapidas estaban alineadas por montones. Él caminaba con rapidez como si conociera el camino. Hacia donde me llevaba? A quien conocía aquí? Dormiría aquí? Me traería para besarme? Y me convertiría en vampiro?. En verdad queria ser un vampiro? Y llamarle a esto hogar? Por la eternidad? Tropecé con el mango de una pala e iba a caer hacia el hoyo de una tumba, pero Alexander tomo de mi brazo en unos segundos. Quede colgada de la tumba vacía mientras miraba hacia abajo.
-No tengas miedo. Aun no tiene tu nombre-. Alexander bromeo.
-Creo que deberia de estar en casa-. Dije nervosa mientras me sacudía el


vestido. Pero él me llevo mas allá del cementerio con su mano firme. De repente estábamos parados sobre una pequeña colina detrás de un monumento de mármol.
-Quiero que conozcas a alguien-. Dijo viéndome con gentileza. -Abuela, esta es Raven.
No sabía ni que decir. Nunca había conocido a una persona muerta. Que


deberia de decirle? "se parece a ti"?. Por supuesto él no esperaba a que dijera algo mientras él se sentaba en el pasto y me llevo hacia él.
-La abuela solía vivir aquí, me refiero a la ciudad. Nos dejo la casa y finalmente después de años de aprobación nos la dieron. Siempre me gusto la Mansión.
-Wow, tu abuela era la Baronesa?.
-Vengo a visitarla cuando me siento solo. Ella entiende lo que es sentirse solo. Ella no encajaba con el resto de la familia Sterling. Mi abuelo murió en la guerra. Siempre me decía que yo le recordaba a él.- él tomo un gran suspiro y miro las estrellas. -Aquí es hermoso, no crees? No hay muchas luces que bloqueen las estrellas.

Estuvimos en silencio unos minutos viendo hacia el cielo. Solo podría


escuchar su suave respiración y el sonido de los grillos. Todas las primeras citas deberían de ser tan maravillosas como esta.
-Asi que tu abuela es la señora que se aparece en la vent... uh, quiero decir, bueno...
-Ella era una artista maravillosa. Me enseño como pintar monstruos y súper héroes. Muchos monstruos!.
-Lo sé.
-Tu lo sabes?.
-Quiero decir, se que debe de ser difícil para ti. Pero tambien me gustan los vampiros.- Él parecía estar pensando en alguna otra cosa.
-He viajado mucho y como estudio en casa, nunca he tenido oportunidad de encajar en alguna parte-. Él parecía perdido, solitario. Queria que me besara. Queria que supiera que yo estaría allí por la eternidad.
-Vayamos a comer-. De repente dijo parándose.
Él puso cinco velas negras en un candelabro y las encendió con un


encendedor antiguo. Desempaco una botella de jugo espumoso y galletas con queso y puso una manta negra sobre el césped.
-Alguna vez has estado enamorado?-. Pregunte mientras el servía el jugo en una copas de cristal.
De repente escuchamos un aullido y las velas se apagaron.
-Que fue eso?- pregunte.
-Creo que es un perro.
-Sonaba como un lobo!.
-De cualquier forma, será mejor que nos vayamos!-. Dijo con urgencia. Empecé a meter todo a la mochila.


-No tenemos tiempo para eso!-. Dijo tomando mi mano. Continuaba el aullido con el viento. El sonido se escuchaba mas cerca. Nos ocultamos detrás de un monumento.
-Si es un fantasma lo que vienes a ver-. Una voz familiar decía. -Puedo asegurarte que el único fantasma que veras, será a ti mismo.- Caminaba un hombre con una linterna. Era el viejo Jim el velador con Luke su gran danes. Si él me viera aquí a esta hora, tendría que sobornarlo con un año de bocadillos para perro, para que no le dijera a mis padres. Echamos un vistazo y podía ver al perro lamiendo el jugo tirado en el césped.
-Luke, dame eso-. Dijo Jim levantando la botella. Y la lanzo fuera de allí.
-Ahora!-. Susurro Alexander. Me agarro fuerte la mano mientras corríamos y trepando por el portón. Nada pudo haberme asustado tanto como haber visto a Jim y su perro.
-Creo que debí llevarte al cine después de todo-. Dijo Alexander con una


sonrisa después de que cogió aire. -Te llevare a casa.
-Podemos ir a tu casa?- le pedí.- Quisiera ver tu habitación.
-No puedes ver mi habitación.
-Tenemos tiempo.
-De ninguna manera-. Había una seriedad en su voz que nunca le había escuchado.
-Alexander, que hay en tu habitación? -Raven, que hay en tu habitación?.
Me contesto. -Vallamos a tu casa.
-Uh... de acuerdo-. Él tenía razón. No podía llevarlo a mi casa y presentarle a mi familia. No en nuestra primera cita. -Mi habitación es un desastre.
-El mío tambien-. Él dijo.
-En verdad, no tengo que ir a casa.
-No quiero que tengas problemas.
-Siempre estoy en problemas. Mi mamá no me reconocería si no lo estuviera.

Pero las calles que caminamos tomados de las manos nos llevaron a mi casa y no importaba que tan lento caminara, antes de darme cuenta ya


estábamos en la entrada de mi casa, despidiéndonos.
-Bueno... hasta la próxima...- él dijo mientras que su cara resplandecía con la luz de la entrada.
-La próxima vez a la morgue?.
-Crei que podíamos ver una película en mi casa.
-Tienes TV?-. Le dije. -Es con electricidad, lo sabías?.
-Chica tonta, tengo el DVD de Dracula de Bela Lugosi, como te gustan los


vampiros.
-Dracula? Genial!.
-Entonces es una cita. Mañana a las siete en puto, de acuerdo?.
-Sensacional!

Habíamos hecho otra cita y no había nada más que decir solo que adiós.


De repente él se inclino hacia mí con los ojos cerrados y sus labios llenos.


Cuando de repente la puerta se abrió y Alexander salió de la luz hacia los


arbustos.
-Crei haber escuchado voces-. Dijo mi mamá abriendo la puerta. -Donde está Becky?.
-Está en casa-. Que era la verdad.
-No quiero que salgas sin avisarme-. Me dijo abriéndome la puerta.
-Fueron al cine?-. Pregunto caminando hacia adentro.
-No mamá, fuimos al cementerio.
-Por primera vez, quisiera que me dijeras la verdad!-. Por primera vez decía la verdad.

Vampire Kisses #1 - Ellen SchreiberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora