Aquel hombre desconocido abrió la puerta de madera y me tiro en el interior, mi espalda impacto contra el duro suelo, el hombre cerro la puerta. Trate de incorporarme, pero me fue imposible, después de intentarlo varias veces, lo logre. Observe el pasillo amplio, las paredes tenían un papel tapiz rojo con vectores dorados, el suelo estaba hecho de mármol negro y sobre el había una enorme alfombra que pasaba por el centro del pasillo, mesas de madera con centros de mesa florales estaban repartidos en el pasillo en zigzag. Cada mesa de madera tenia un ramo de flores diferentes, margaritas, azucenas, rosas; y demás. Lo que parecía ser un mayordomo se me acerco
-El príncipe la recibirá en seguida- dijo para luego alejarse por donde llego, prácticamente desapareció frente a mis ojos. Con que el príncipe. me estoy volviendo loca, no puede ser real, esto no es real
-Claro que es real, si no, no estuvieras aquí- dijo una voz masculina bajando las escaleras. Era él, el chico de la cafetería, el chico del cabello dorado como el oro y de ojos azules, solo que ahora estos eran rojos, el color de la sangre.
- ¿Quién eres?- retrocedí a cada paso que daba
- El príncipe Karius Vlader, el mas guapo y apuesto príncipe que pudiste haber soñado alguna vez- su voz me atraía pero detestaba al mismo tiempo
- Sácame de aquí- lo mire impaciente y ansiosa
- y si no quiero ¿Qué? – dijo preguntado- cierto la nena se va a poner a llorar como todos los débiles e inútiles humanos lo hacen- lo ultimo lo dijo en forma de bebe, se está burlando de mi
- y Tu eres un insensible, malcriado, egocéntrico, arrogante, odioso y pobre idiota que por tener poder cree que puede hacer lo que se le da la gana y tratar a las personas como si no tuvieran sentimientos propios y no te importaran en lo absoluto- lo mire retadoramente, mantenía mis ojos fijos en los suyos, estábamos tan cerca, que podía notar su pecho estático y la frialdad de su piel
- mira quien lo dice, la niña llorona que no hace sino desmayarse y contar la trágica historia de su vida para que la gente le tenga lastima, ¿Qué harás ahora?¿ir a llorar con tus papás? Es cierto, solo eres una huérfana mas-escupió con tal brusquedad que fue la gota que derramo el vaso, el cuchillo que se enterró en mi corazón para que comenzara a llorar
-Tu no me conoces- rompí en llanto, corrí en cualquier dirección, subí las escaleras por las que antes había bajado, y me perdí entre los pasillos del enorme castillo, solo quiero alejarme de el, de su rostro de todo lo que tenga que ver con karius vlader.
Me canse de correr sin sentido alguno, así que me recosté contra una de las paredes, por allí pasaba una mucama
-perdone señorita ¿usted es Alysa Kast?- pregunto dudosa
-Si señora- respondí dejando atrás el miedo y recogiendo el valor que se había caído en pedazos
-Es tarde, debería de estar en su habitación. Por favor sígame – no tenia mas remedio que seguirla, su tono de voz era amable, tal vez estaba acostumbrada a este tipo de sumisión por su trabajo, Llegamos a un pasillo repleto de puerta, abrió una y dijo
- esta es su habitación señorita Alysa si necesita algo, háganos lo saber- dijo para marcharse, entre y consigo cerré la puerta. Era una habitación grande y espaciosa, tenia una cama doble con un edredón rojo bordeado con dorado, al lado de ella había una mesita con una lámpara sobre ella. Suelo de mármol y el papel tapiz rojo claro dejaban de lado al primer piso del castillo, había uno que otro estante vacío o con un florero sobre ellos. Un poco mas allá se encontraba una mesa de centro y alrededor un juego de sillones de tela blanca y roja con toques dorados, tras de estos habían dos puertas una pequeña y una mas grandes, camine hasta la pequeña y gire el pomo, era el baño. Estaba cansada así que, fui hacia la cama, no quería recibir nada que proviniera de ellos, pero tengo que hacerlo. Mis ojos no tardaron en cerrarse cuando toque la suave almohada, otro día mas, uno de tantos pero uno diferente.
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Make a wish Alysa
VampireVamos alysa pide un deseo - dijo lorelain canturreando, y poniendo frente a mi el panecillo con una vela sobre el Exactamente que tengo que pedir- dije con una sonrisa de oreja a oreja, mirando la llama inquieta Lo que tu alma desee con mayor i...