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18: Valemos por dos

"¡Te estás enamorando!" Chilló Alexandra de alegría al escuchar las palabras de su amiga. Maddie se tapó su rostro con ambas manos negando eufórica. 

"¡No es amor! Es amistad".

"Oh vamos, Edward es un chico muy lindo, además es tu Cullen..." Movió sus cejas de arriba a abajo.

La castaña comenzó a reír mientras le daba los últimos retoques al tema que subiría ese día a su blog. 

Hablaría sobre los hombres que tenían mejor cabello que algunas mujeres... como el de 'Edward'.

"¡Ya basta!" 

"Oh vamos, es la tercera cita que tienes con él". 

"Alexandra, por favor, solo nos topamos por casualidad y fuimos a comer un poco de algodón de azúcar". Rodó sus ojos. "Nada fuera del otro mundo, y no he tenido ninguna cita con él hasta el momento". 

Actualizó su blog utilizando un nuevo seudónimo para despedirse. 

"Aún así me parece un chico muy especial, y a lo mejor para él si fueron citas".

"Hablando de chicos especiales, revisaré el blog del soquete". 

"Ya que mencionas a los soquetes, en estos días me conseguí a John en el centro comercial y el pretendía que volviera a..."

Maddie dejó de escuchar a su amiga en cuanto se fijó en el pie de página del blog del supuesto 'soquete'. Se quedó sin respiración, sus latidos aumentaron y sentía la cara ardiendo... de cólera por supuesto.

Se despide... Cullen. 

Rezaba con letras blancas sobre el fondo azul. 

¡Cullen! ¿Qué sabía él de Cullen? ¡¿A quién quería engañar?! ¡Su Cullen era el mismo que la había llamado perra odiosa! ¡Ya se daba cuenta de la verdadera alimaña que era! 

"¡Por todos los infieles!" Exclamó golpeando la mesa de su escritorio con ambos puños.

"¡Maddie! ¿Qué sucede?"

"¡Mira esto! ¡Es un mentiroso!"

Alexandra leyó un poco, y luego entendió lo que pasaba.

"Ay no". Murmuró haciendo una mueca. 

La cosa se pondrá fea, pensó viendo como su amiga respiraba como toro.

Mientras tanto, Harry se encontraba tirado en la grama, con las piernas y brazos extendidos y con la laptop sobre su abdomen. 

Se despide... Vella.

"Esto apesta".

"No fui yo". Harry rodó los ojos al escuchar a su amigo. 

"¡¿Es que no lo entiendes?! ¡Le dije perra!" Llevó uno de sus brazos a su rostro para tapar su vista. "Me odia, y si no lo hace, lo hará, estoy seguro, solo debo esperar a que me escriba... si es que me escribe... ¿y si elimina su blog? ¿Y si...?"

"¡Harry cállate!" Riñó su amigo. "Déjate de suposiciones, aún no sabes si es ella". 

"¡¿Suposiciones?!" Gruñó exasperado quitando su brazo para fulminar a su amigo con la mirada. Se afincó en sus codos dejando ver su largo cabello lleno de grama. "¡Es mi apodo! ¿Entiendes eso rubio? ¿A cuántas personas se les puede ocurrir ese apodo?" 

"Estoy seguro que no eres el único en Inglaterra que..." Se calló al mirar a su amigo respirar como toro. "Bueno, de acuerdo, tienes razón, es ella la del blog y es ella tu novia vampiro". Asintió. "¿Ahora que vas a hacer?"