Mira A El Monstruo

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Y yo me introduje en las tinieblas y vi a la bestia que sobre sus hombros tenia diez cabezas y sobre cada cabeza mil dientes y dos cuernos, vi a las almas rogando clemencia a aquel que las escuchara y las pudiese entender, que parara su dolor, arrancar su piel con las uñas y sus uñas con los dientes y sus dientes con piedras, su carne soltaba vapores que los ahogaban en su repugnante naturaleza al oler como su carne se podría en sus huesos poco a poco, matarse seria una salida mas aceptable, pero ya estaban muertos, no había pecados que expiar, de hecho los pecados cometidos en tierra no podrán espiarlos nunca, lo único que los mantenía así era su culpa, esa culpa en sus mentes que los corroía, saber que no enmendarían nada ni tendrían otra oportunidad de vivir lo que no vivieron por su miedo a todo, y saber que desperdiciaron el tiempo, claro que el infierno no estaba bajo sus pies, de ser así rascar unos centímetros hacia abajo en la tierra bastaría para ver los cadáveres apilados de aquellos que perdieron su oportunidad y las montañas serian pilas y pilas de el montón de desgraciados, aquí todo lo envolvía una terrible tiniebla y el hecho de mirar en ella me volvía loco, y tarde o temprano incluso yo fui oscuridad, el aire era pesado y sabia al metal de la sangre de todos los que me rodeaban ya no hay luz, pero tarde o temprano llega un rayo al suelo, un punto blanco en toda esa obscuridad, pero al tocarlo mueres lentamente, pues ya eres parte de esa oscuridad, y a pesar de eso todo esta mas claro, ahora puedes mirar al monstruo tal y como es, en su horrible la naturaleza, es mejor que la luz, son tinieblas, ahora despojate de esa capa superficial que engaña al mundo y esconde al monstruo, vuelvete loco de una buena vez.

La Maldición Del Caballero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora