Piel roja

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Salimos a cubierta, primero Kael y el gigante, en la cubierta habia una fuerte tormenta, los truenos, como disparos de cañon, ensordecian, los relámpagos los hacían saltar del susto, la luz los ciega, entonces un de los rayos cae a la cubierta, justo delante de Kael, no le a dado tiempo de moverse aun, pero la cubierta no se incendio, no se daño, en lugar de ello, al acabar el resplandor de aquel relámpago, se alcanzaba a ver una figura adelante de Kael, con una postura seria y formal, que con tan solo tocarlo lo lanzo a extremo contrario del barco, postura seria que duro aproximadamente 3 segundos después de tocar a kael, enseguida se inclino y metió las manos a sus  bolsillos, con un ojo bien abierto y el otro entre cerrado, con una media sonrisa que refleja locura, metió su mano derecha en una tela atada en el brazo izquierdo y saco una moneda de plata, todo estaba obscuro, podíamos ver su silueta, algunas facciones de su cara y el resplandor de la moneda, la cual lanzo por los aires diciendo
–solo 4.... Pff... Esta bien ¿jugamos? –entonces se enderezó y curvo los dedos de su mano a la altura de su cintura, la moneda comenzó a soltar rayos que sin ninguna coordinación, golpeaban contra lo que tuvieran enfrente, en todas direcciones volaban esos rayos, se acercaban a mis compañeros, uno golpeo a Kiven, pero el único efecto que tuvo fue dejarlo inmóvil, kael se levanto y fue hacia el oponente, a Saac lo golpeo otro rayo lanzándolo al mar, entonces tuve una idea
–¡hay que mantenerla ocupada! –grite–los rayos golpean con lo mas cercano que tienen, lanza cosas pequeñas a la moneda–enseguida cuchillos, maderos y piedras volaban a la moneda, no teníamos puntería suficiente para darle a la moneda, pero con acercarse bastaba, después de unos segundos la moneda cayo al suelo
–idiotas ¿creen que eso cambia algo?–dijo la figura apretando el puño, con ello genero un chispazo azul que se disparo como una nube de rayos al rededor de el, los cuales lo dejaron en el suelo
–que clase de ataque es ese–dijo kael riendo
–mientras lanzábamos cosas, hice que el agua de el aire se acumulara a su alrededor, como la neblina con la que nos topamos en la isla de los lagartos, la electricidad en esa neblina se revirtió en su contra dejándolo en ese estado–explique a kael
–y dicen que los rayos no caen dos veces en el mismo sitio, no es así mascota–dijo la figura en el suelo saltando carcajadas, kael encendió una antorcha y la acerco, a el, era rojo, no tenia piel, era aquel a quien llamaban Xipetotec el descarnado. Lo metimos en el barco y después de una larga platica dijo
–¿en verdad no lo recuerdas verdad?
–no se de que hablas–respondí
–o vaya.... Pues ¿por donde empiezo?...
–por el principio–interrumpió
–debes disculparlo... No esta acostumbrado a que lo electrocuten–dije
–Kael kendo raiga(kael es gracioso) –dijo Kiven
–gos ka(lo se) –dijo el hombre sin piel–pero tiene razón.... Bueno, yo nací así, ni un solo centímetro de piel, eso exponía mis músculos, nervios, ligamentos y huesos, como imaginarás, eso me hacia sentir un terrible dolor, tan sólo el moverme me hacia sentirme como una mierda,  eso poco a poco me fue perturbando, era un chico cayado y retraído, evitaba lo mas que podía el moverme, al ser el mayor, mi padre me enseño a trabajar como a un hombre desde pequeño, imaginalo, sentía dolor, siempre, no lo comprendía, me preguntaba por que la vida me deparó ese destino, no había hecho daño a nadie, de hecho, como si fuera poco, a mi cargo, un niño recién nacido de quien nuevamente mi madre decidió no hacerse cargo por que no era luminoso como ella, de hecho, todo lo contrario, era completamente negro, la gente le temía, normalmente al verme con el me golpeaban, un día, creo que simplemente me arte, fui a una cueva y trate de suicidarme, creí que seria sencillo, pero como todos, me acobarde, decidía lentamente cual era el método menos doloroso para matarme, por mas que le di vueltas decidí ahorcarme, pero tenia miedo, tal vez de no saber que me aguardaba al llegar al otro lado, así que decidí dejarlo a la suerte, saque una moneda de mi bolsillo y la lance al aire, cara me suicidaba, cruz me iba a caza, al llegar al suelo la mire, era cruz, pero no me sentía satisfecho, así que esperando un resultado diferente, la lance una vez mas, pero el resultado fue el mismo, y la volví a lanzar, una y otra vez, pero el resultado era el mismo, patee la moneda y tome una cuerda, la amarre a una saliente de las solidas paredes, la puse en mi cuello y me deje caer, pero eso fue una idiotez, tanto la maldita cuerda como la desgraciada pared se rompieron, dejándome en el suelo con un terrible dolor de espalda, entonces, el suelo comenzó a temblar, y sin darme tiempo siquiera de levantarme la puerta de la cueva cayo y se cubrió por gigantescas piedras y quede atrapado, no podía ver nada, y escuche una voz, sonaba como una pequeña niña, quien me decía que no estaba solo, había enloquecido, sabia que un efecto de estar solo mucho tiempo era las alucinaciones, sabes, esa niña decía una cosa que penetro en mi mente, ella decía “lo vez, tenia razón, al final no ibas a hacerlo" y me di cuenta de que era verdad, deje mi vida en manos de un juego y tanto me obsesione con seguir mi necedad, que trate de matarme a pesar de que me dio tantas indicaciones de que no lo aria, me di cuenta de que no importa el camino que tomemos, el destino es el mismo, no es el destino.... Es asar, la vida es un juego, logre salir de ahí cuando descubrí que podía usar la electricidad para calentar las rocas que estaban conformadas por hierro, solo lo suficiente para sacarlas de esa pared que cubría la puerta, logre hacer un agujero pequeño, lo suficiente como para que me escabullera a través de la pared, cuando logre salir, el orificio volvió a cubrirse, de camino a mi casa me encontré a unos niños un poco mayores que yo, uno de ellos tenia una cadena en el cuello, se acercaron a molestarme, como solían hacer, así que lo rete a un juego, saque dos monedas, le dije que si conseguía que salieran dos caras solo me iría,  si era una cara y una cruz lo golpearía, pero si eran dos cruces yo ganaba su cabeza, el no presto atención, las monedas ya estaban en el aire y el me golpeo, cuando vi las monedas góndola cerré mi puño y la cadena le destrozo el cuello, luego tome la cadena y me fui, a partir de entonces....
–te volviste un infeliz–dijo Saac entrando a la habitación lleno de agua–adicto a los juegos, tanto que Yabe te gano tu derecho a estar en el cielo, y sanguinaria, tanto que rebanaste un dedo a papa por tocarte mientras jugabas con las vidas de la tierra
–ni siquiera sangró
–no te dejo ver su sangre por orgullo infeliz
–y eso como los relaciona con Alba–interrumpió Kael
–yo la cree, al igual que Asaras y los angeles para Yabe, ella hacia trabajos inmundos para mi, hasta que Asaras me obligo a liberarla a cambio de que acompañase a mi hermana al infierno por un capricho, le dije que si tenia miedo rugiera y yo acudiría en su búsqueda.... En realidad soy piadoso no, tanto que he decidido acompañar a su pequeño circo de fenómenos un tiempo mas–dijo el hombre rojo con ese tono de locura–llamenme Oscar sabandijas
Antes de que pudiera decir algo Saac me recordó que estábamos en aguas peligrosas y era mi turno de hacer guardia, así que salí corriendo y subi rápidamente al carajo

La Maldición Del Caballero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora