Razones por lo cual el amor no existe

Capitulo 1

Razón #1

Somos demasiados egoístas como para amar a otro que no sea a nosotros mismo.

***

Hoy comienza las clases ¡si yupi!, nótese mi gran sarcasmo, me pare de la cama con todo el dolor de mi alma, me entro al baño hago todo lo que se hace en un baño, salgo abro mi closet y no sé qué ponerme por lo tanto cogí lo primero que vi.

Luego baje a desayunar, como siempre mis padres se fueron a un viaje de negocios y me dejaron con María, mi nana, la que cuida de mi desde pequeña.

-Hola nana-dije sentándome en el desayunador.

-Hola mi niña ¿Cómo amaneciste?-preguntó ella entregándome el desayuno.

-Se supone que debería estar feliz-contesté sin ánimo mientras comía mis tostadas, digamos que no a todos les emociona el primer día de clases.

- ¿Cómo que se supone? -pregunta ella con el ceño fruncido-tú siempre estás feliz.

-Para que veas que hasta la persona más feliz puede tener un mal día-dije parándome de la silla y yendo hacia la puerta.

-Espérate Brooke, ¿No vas a esperar a Pablo?, ahora le digo que prepare el coche para que te lleve al colegio-dijo ella.

-No es necesario nana ya tengo 14 es hora de que vaya sola al colegio-dije con orgullo.

-Corrección Brooke tienes 13.

-Un año más un año menos, que importa, no hay que fijarse en los detalles tanto nana.

-Según tú, ya vete sola que si no seguiremos así la mañana entera, eres más terca que una mula.

-Y eso es lo que te gusta de mi-dije saliendo de la casa.

Saqué mis audífonos puse una canción y me fui al colegio tarareando la canción.

*********
De encaminó al colegio alguien chocó conmigo haciendo que me cayera al piso, esto siempre pasa en las tontas historias clichés de amor, supongo que ahora se supone que me cae mal el tipo que me empujó y bla bla bla, al final termino enamorada y me caso, pero algo malo pasa haciendo que pierda la confianza en él y pues él hace algo haciendo que lo perdones aunque no lo merezca por ser un hijo de puta, termino quitándome valor como mujer permitiéndole aquello y él lo volverá hacer, en ese momento sí que no lo perdono, entonces termino sola y abandonada y debería dejar la droga.

Levanto la vista y él que está enfrente de mi es un chico de mi edad y con una sonrisa arrogante, venía con dos chicos más que supongo que deben ser los otros dos imbéciles que acompañan a imbécil mayor, ellos sólo estaban viendo la escena con una cara de diversión. Debería considerar ser una adivina, me sale muy bien, Mmm... ¿Debería aprovechar mis poderes para el bien o para el mal? A la mierda la bondad, ¡ A robar bancos!, enserio debería dejar la droga ya.

-Lo siento muñeca-Dijo este con una sonrisa de lado-ven deja que te ayude-dijo ofreciéndome su mano.

-No necesito ayuda de estúpidos como tú-dije empujando su mano para luego pararme.

-Yo tan sólo quería ayudarte, pero sí eres tan orgullosa de tan sólo alguien como yo ofrecerte ayuda pues estas muy mal muñeca-dijo él, los amigos sólo se limitaban a reír, babosos todos los chicos son unos babosos.

-Tú me disculpa pero yo sólo recibo ayuda de personas no de animales y con permiso que tengo cosa mejores que hacer que estar hablando con animales insignificantes-dije yéndome dirección a la escuela.