Noche de estrellas

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Madrugada del  6 de mayo, para amanecer 7 de mayo.

He aquí, una persona insignificante para el mundo, un rubí precioso para la naturaleza, un cometa asombroso para el universo. Pero solo soy un humano, una niña, que tiene aspiraciones, pero no es más que solo un círculo de egoísmo, vanidad, y narcisismo, y a veces se aferra tanto a su razón, que se olvida de lo demás. Pero mis pies, mi cuerpo, está aquí en la tierra. Mi corazón late fuerte y profundamente que se pueden escuchar los ecos en el rincón del universo, retumban en los hoyos negros de él. Y cuando se detiene, es el silencio de la amargura; empieza a trabajar el egoísmo, el pesimismo hace su destrucción en mi mente, haciéndola no más que solo un desastre, una colisión de galaxias, enormes galaxias. Y las noches vacías y calladas se vuelven mis amigas, porque soy amante de la soledad. Y esperar 50 años para poder renovarme, me hace sentir bruja, algo sobrenatural.
Y hoy sentada en el balcón del cuarto de mi madre, viendo como las estrellas suben el cielo, verlas brillar a veces más, a veces menos, verlas mirarme con esa belleza superficial, me hace sentir especial. Contarles el gran desastre de mi mente, eso me hace sentir bien, pura, me hace sentir irreal, de las leyendas. Y las historias de cometas y ruidos silenciosos que solo la gente inteligente logra escuchar, aparecen, como si fueran lluvias de estrellas fugaces cayendo del viejo y obscuro cielo estrellado del 7 de mayo. Puedo escuchar sus voces susurrándose entre ellas, unas sintiendo lástima por mi, otras tristeza, otras ríen, otras comprenden, pero todas, todas, escuchan. Me escuchan a mí. Me hacen sentir única, especial. Y contarles de aquel niño que se ha robado todo lo que tengo, y le he dado todo lo que puedo, hasta más, me hace sentir relajada.
Podemos creer en lo que queramos, desde una religión, hasta nuestros propios pensamientos, puedes creer que vuelas, pero tu fe tiene que ser inmensa para poder ver la magia de la vida, de tu mente, y ver que estás volando de verdad. Tienes que ver otra dimensión, más allá de lo normal de este mundo, porque así es como funciona el universo. Déjate llevar. Conéctate en esta droga espacial, en esta fe. Cree lo que ves, siéntelo. Así como yo hablo con  las estrellas y creo que me escuchan.
Pienso que todos somos algo en el universo, y este es nuestro infierno, allá arriba, en el espacio sideral, esa es la gloria. Y esas estrellas, cometas, galaxias, y de más, son almas, son mundos hermosos, inimaginables, son almas y corazones libres.
Ellos también leen, también sienten, también ven. Solo son libres. Sí, también leen poesía, dudo que lean pedazos de poesía abstracta y vieja como la mía, de una niña que no sabe escribirla, pero plasma lo que siente, lo que vive dentro de ella.
Y si es necesario, llora con las estrellas, llora con tu fe. Yo lo hice, y se siente asombroso poder sacar todo con lo que tu mente cree, y un momento pequeño vivir, y feliz sentirse, porque por segundos así me sentí, por pocos segundos. Pero no vueles tanto, no dejes la realidad de un lado, porque las olas del mar también chocan y se pierden. Porque también nuestras almas se pueden perder y vagar por el universo, pero visto en otra dimensión.

La rosa del desierto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora