La primera vez

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Rompiendo reglas P2

Alya simplemente no había logrado prestar atención en clase, estaba aislada en un mundo donde su mente solamente podía pensar en la escena de su mejor amiga y el intrépido héroe de París. Volteaba a ver disimuladamente a la chica a su lado intentando descifrar lo que esos azulados ojos expresaban.

Sin embargo nada...La azabache anotaba en su libreta lo que parecía ser un dictado mientras una gran sonrisa escapaba de sus ahora despintados labios, al parecer se había retocado nuevamente pues su ropa lucia impecable y su cabello se encontraba perfectamente acomodado.

-Tal vez estoy imaginando todo esto- susurró mientras tomaba un lápiz y mordía con brusquedad la punta. Tan sólo había visto un pequeño beso y un sin fin de teorías ya eran armadas una y otra vez en su mente, ¿Acaso su dulce y tierna amiga ya había perdido la virginidad? Su corazón comenzó a latir con rapidez imaginando todo lo que pudieron haber hecho y sintió sus muslos estremecer.

Fue liberada de su pensamientos cuando una mano tocó tímidamente su hombro, pensó que era Marinette pero ella ya no se encontraba.

-Hey, Alya- dijo un moreno de lentes -Despierta que las clases ya terminaron- dijo divertido al ver como la chica quedaba estática -Recuerda que hoy es tarde de videojuegos- mencionó con un leve sonrojo.

-¿Y Marinette?- hizo caso omiso a lo que Nino dijo. El moreno le observó extrañado.

-Ella ya se fue hace unos quince minutos ya que tu no despertabas de tu trance y decidió irse, dijo que tenía asuntos importantes que resolver- contestó como si fuese lo más común aunque en realidad lo fuese.

-¡Necesitamos ir a su casa!- Alya se levantó bruscamente de su lugar y tomó la playera azul del chico -A-h-o-r-a- Nino retrocedió asustado, ¿qué demonios le había picado a esa chica?

-Dudo que se encuentre, Adrien llegó a la hora de la salida y le pidió de improviso una cita- eso sólo hizo que la morena quedase cada vez más sorprendida.

-Oh por Ladybug- jaló su colorida cabellera y comenzó a caminar de un lado a otro alrededor del salón -¿Qué demonios estáis haciendo Marinette?- Nino tomó su muñeca y le obligó a observarle fijamente.

-¿Qué ha hecho?- preguntó extrañado. Alya se sonrojó inmediatamente, tener al chico de cerca le causaban demasiados nervios últimamente.

-No pu-puedo decirte- ¿Alya tartamudeando? -Aunque este cometiendo una locura es mi mejor amiga y yo soy fiel a su privacidad- movió sus dedos frente a sus labios haciendo el ademan de sellarlos.

-¿Esta bien...?- la cabeza del chico se dobló ligeramente intentando comprender lo que la castaña decía -Mira- tomó a la chica de la mano y ambos salieron del salón -No sé que fue lo que hizo pero creo que deberías olvidarle por un rato- caminaban lentamente a través de las transitadas calles mientras mantenían un terrible silencio sepulcral. Pasaron los minutos y finalmente llegaron a la casa de Nino, el chico sacó del bolsillo de su pantalón un par de llaves y abrió la puerta principal, hizo un gesto para que la chica pasase primero y finalmente ambos entraron.

-¿Y tu familia?- el silencio fue remplazado por la melodiosa música de jazz resonante al fondo de la sala principal. Nino llevó sus pies con torpeza hacia el estéreo intentando cambiar la estación de radio en la que se encontraba el aparato. -¡No le muevas!- imploró la chica -Me-me agrada esa música, me parece alegre y podría ayudarme a olvidar lo que acabo de ver-

-Seguramente tienen trabajo extra- dijo refiriéndose a su familia, levantó los hombros dando a entender que no era de mucha importancia -Ahora si- tomó los hombros de Alya y levantó su mentón con delicadeza -Tienes que explicarme que es lo que viste. Tal vez si me cuentas pueda ayudarte- la sangre subió a las mejillas de la castaña y con las manos temblorosas sacó su teléfono y buscó con torpeza la imagen que había capturado horas atrás.

Sinfulness- LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora