Capitulo #29

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Narra ______

Me sentía destruida, devastada, vacía, no sé exactamente cómo explicarlo, pero es lo más similar a todo lo que estoy sintiendo. Me encerré en mi habitación y me tire sobre la cama, la necesitaba, abrace mi almohada, aferrándome a su suavidad.

Por qué me siento así, no, no debería sentirme así, mucho menos por una estúpida canción que... que la escribió Kaulitz, tiene una maldita historia, ¡y qué¡ no es que me importe mucho... Rayos tal vez un poco, tanta tristeza y soledad acumulada, es la primera vez que pasa, y la verdad no sé a qué se debe todo este sentimiento.

Un olor exquisito ingresó por mis fosas nasales, un olor muy familiar a mí, impregnado a mí, mantuve mis ojos cerrados mientras inhalaba lenta y profundamente, diablos me volveré loca...

Lo que me faltaba, el maldito aroma de Kaulitz, está aquí, presente por toda mi cama, es atractivo, es exquisito, es intenso como si estuviera aquí junto a mí.

Mi corazón comenzó a acelerarse, al recordar la mañana en la que Tom estuvo aquí, la mañana en la que se metió a mi cama, el día en que todo esto se volvió más confuso, la primera vez que esas estúpidas imágenes aparecieron, con aquel beso, lento y cálido, con aquel con el que esta necesidad se incrementaba...

-Tom –susurre, aun con los ojos cerrados- jodido Kaulitz –suspire- dime que es esto, todo esto –dije con la voz amenazando con quebrarse-

-No lo sé – escuché en un susurro a la per que sentía como mi cintura era rodeada- me pregunto lo mismo –dijo, mas claro-

En este momento no se estoy alucinando, o todo esto me llevo a escuchar su voz, su tono era tan distinto al que normalmente usa conmigo, estaba tan sereno, tan calmo, tan especial.

A pesar de no querer abrir los ojos, temiendo a que todo fuera producto de mi imaginación, me convencí a mí misma de comprobar mi locura. Abrí lentamente los ojos, para asegurarme que todo era un engaño de mi mente, y no estuviese escuchando a Kaulitz...

Cuando mis dos lunas grises estuvieron abiertas por completo, me encontré con esos hermosos ojos marrón con destellos miel, un cosquilleo me invadió a notar la intensidad existente en ellos, a la par que el dolor que quería evitar, se agudizó, no se iba, mucho menos con Kaulitz cerca.

-Entonces... -intenté decir pero mi voz aun amenazaba con quebrarse a cada palabra-

-Shhh... -susurro despacio- eres mía _____ -volvió a susurrar acercándose a mí- sólo mía –sus palabras pasaron un flash back por mi cabeza de la primera vez que de su boca salió "mía"-

**FLASH BACK**

Todos comenzaron a seguir a Bill hacia el segundo piso, mientras hacían comentarios sobre que podríamos hacer durante todo el día. Día en el que tendré que aguantar a Tom Kaulitz, un suspiro frustrado se me escapo.

Me dispuse a seguir a los demás pero Tom me tomo por la cintura, cargándome hacía...es una puerta. Genial es el cuarto de limpieza, olía a... cloro.

Cerró la puerta sin soltarme, esta quedaba bajo las escaleras, todo estaba completamente oscuro, no veía absolutamente nada, me había soltado, no sabía dónde estaba Tom y eso me tenía nerviosa.

-To...Tom –nada- Tom¡ -Grite/susurre-

Tom me acorralo en la puerta, sentí su cuerpo hacer presión contra el mío, dejándome totalmente inmóvil y más nerviosa que antes. Una corriente eléctrica recorrió toda mi espalda al sentir su respiración cerca, muy cerca de mi cuello, mis nervios están por los cielos, como lo hace, Tom es una gran caja llena de sorpresas...

Antes de TomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora